Los resultados electorales en el País Vasco han supuesto un balón de oxígeno para el Gobierno de Pedro Sánchez. La victoria del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que necesita de los socialistas para reeditar el gobierno de coalición, permite al Ejecutivo continuar con la negociación para que el partido de Imanol Pradales medie en la entrada de la vasca CAF en el capital de Talgo. Fuentes conocedoras de estas conversaciones explican a El Independiente que si bien ya se habían producido antes de los comicios, el resultado de las urnas facilita a los socialistas su objetivo.

De la misma forma que el Ejecutivo ha actuado en Telefónica y está pendiente de las negociaciones entre Criteria y Taqa para hacerse con las acciones que los fondos quieren vender en Naturgy, en el caso de Talgo, Sánchez quiere evitar que la compañía ferroviaria quede en manos húngaras. Para ello, necesita buscar un accionista que pueda entrar en el capital y mantener en España los intereses de la compañía.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, se refirió hace unas semanas a Talgo como una empresa “estratégica”, un término que también se ha utilizado para Naturgy y para Telefónica y que permitiría al Gobierno justificar una participación a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), como ha hecho en Telefónica. Pero en esta ocasión, y según las fuentes consultadas, la opción de Moncloa sería otra.

"Observamos la OPA con el máximo cuidado y a la espera de que otros actores entren en juego, entre los que se encuentran inversores y otros fabricantes. Se puede constituir una alternativa sin el auspicio del Gobierno, pero si hubiera que auspiciarla, valoraríamos esa opción", dijo el ministro Puente.

Así, el Ejecutivo sí habría decidido “auspiciar” una opción viable y española para Talgo y estaría buscando el apoyo de los nacionalistas vascos para presionar a CAF, competidora de la primera, para que contraofertaran a Ganz-Mavag. 

El grupo húngaro ha lanzado una oferta pública de adquisición (OPA) por el 100% de las acciones de la compañía española por un valor de 620 millones de euros. Esta oferta ha sido admitida a trámite por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) esta misma semana. Sin embargo, al tratarse de una oferta que supera el 10% y ser sobre una empresa cotizada estratégica, vuelve a ser el Ejecutivo -como en los casos mencionados anteriormente- quién tiene que dar el visto bueno.

El Gobierno no tiene ningún plazo para tomar una decisión sobre si acepta o no la OPA de Ganz-Mavag y estaría aprovechando para tener otra opción para el futuro de Talgo, antes de pronunciarse. Esto es algo que ya ha hecho en Telefónica, donde la SEPI está aumentando su participación sin que el Ejecutivo se ha ya manifestado sobre la intención de compra de la saudí STC del 9,9% del capital de la teleco.

Apuesta por la industrialización

La compra de Talgo por parte de CAF no solo garantizaría que se mantiene la “españolidad” en el accionariado de la primera. Además, supondría una operación clave para la industria, en un momento en el que el sector demanda inversiones para adaptar su producción a la transición ecológica y digital.

No obstante, fuentes conocedoras de las conversaciones alertan de que la Dirección General de Competencia de la Unión Europea podría vetar la compra de CAF de la totalidad de las acciones de Talgo, por lo que podría verse obligada a compartir el accionariado con otras compañías del sector.

Criteria y Trilantic

En la actualidad, el máximo accionista de Talgo es el fondo británico Trilantic Capital Partners. Este periódico se ha puesto en contacto con la compañía que ha declinado hacer comentarios sobre las negociaciones existentes. 

El Economista publicó que el fondo habría planteado a Criteria la compra conjunta de Talgo. Sin embargo, en esta ocasión, y tras el papel que el holding que preside Isidro Fainé está jugando en otras operaciones dentro de compañías estratégicas españolas, el Ejecutivo habría optado por la vía vasca.