El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que haya una contraoferta por el fabricante de trenes español Talgo frente a la oferta pública de adquisición (OPA) planteada por el consorcio húngaro Ganz-Mavag.

"Observamos la OPA con el máximo cuidado y a la espera de que otros actores entren en juego, entre los que se encuentran inversores y otros fabricantes. Se puede constituir una alternativa sin el auspicio del Gobierno, pero si hubiera que auspiciarla, valoraríamos esa opción", ha dicho en unos desayunos informativos de la agencia Europa Press.

"En eso estamos", ha proseguido el titular de Transportes preguntado sobre un posible cambio de manos bajo el liderazgo de otra empresa española. Además, ha insistido en que Talgo es "una empresa estratégica a la que hay que proteger".

La posible contraoferta podría venir de los competidores de Talgo como la española CAF, la suiza Stadler y o la francesa Alstom. Estas dos últimas tienen fuerte presencia en España, mientras que la primera hasta ahora parece haber descartado la posibilidad. La otra vía podría pasar por una intervención directa del Estado a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), como ha ocurrido con el caso de Telefónica tras la entrada de los saudíes de STC en el capital de la operadora.

Puente también ha dudado de que el grupo húngaro tenga la capacidad industrial que la compañía requiere en estos momentos para atender su cartera de pedidos que asciende a cerca de 4.000 millones de euros. "La tecnología de Talgo es muy moderna. No tenemos muy claro que las fábricas de Hungría tengan la capacidad para, en el corto plazo, resolver el problema de falta de producción que tiene Talgo", ha expresado. El consorcio magiar cuenta con ocho establecimientos industriales allí.

Al margen de eso, el ministro ha recordado las implicaciones geopolíticas que tiene la operación si finalmente los inversores húngaros se hacen con el control de la compañía. En este sentido, ha subrayado que la patente de rodadura desplazable de Talgo es "critica" en zonas como los países Bálticos donde puede afectar a "la movilidad militar". Aunque no se ha referido expresamente al asunto, se investiga si detrás del grupo húngaro participado por el Estado podría haber intereses rusos.

El grupo industrial húngaro ha formalizado ya su oferta a 5 euros por acción, lo que elevaría el importe de la operación a 619 millones de euros. De momento, el Gobierno tiene que estudiarlo y podría vetarlo usando el denominado escudo 'antiopas' que está activado hasta final de año por real decreto. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) también debe esperar al visto bueno del Gobierno antes de dar luz verde a la operación.