¿Cómo debe el Gobierno cumplir su promesa de condonar deuda a todas las comunidades autónomas? Desde que PSOE y ERC pactaron el perdón de 15.000 millones de la deuda catalana en el marco de la investidura de Pedro Sánchez, esta es una de las preguntas más complicadas que los economistas tienen sobre la mesa. Aunque la prórroga de los presupuestos generales del Estado y el adelanto electoral en Cataluña hayan paralizado el proceso, la intención del Gobierno es que el Estado asuma deuda de todas las regiones para compensar los altos niveles que se acumularon durante la crisis financiera.

La iniciativa está congelada a la espera de que se resuelva la situación en Cataluña, puesto que son dos procesos completamente ligados. A principios de marzo, antes de la convocatoria electoral, la vicepresidenta y ministra de Hacienda confiaba en que la mayoría de las comunidades autónomas se adhirieran a la propuesta del Gobierno. Pero todo este proceso parte de una promesa hecha a ERC a cambio de que apoyase las cuentas públicas… algo que interesaba al partido mientras estaba en la Generalitat. Ahora, el PSOE espera que no cambie de estrategia, pero lo cierto es que nadie sabe qué pasará.

Si la situación se resuelve favorablemente para Pedro Sánchez, cuando se conforme un Gobierno en Cataluña se retomarán las negociaciones de cara a los Presupuestos de 2025 y podrá consolidar la legislatura. En cualquier caso, los economistas del centro de estudios Fedea y el Consejo General de Economistas coinciden en que los altos niveles de deuda autonómica constituyen un asunto que debe abordarse, aunque discrepen sobre en qué dirección debería evolucionar la medida.

Una condonación parcial, asimétrica y con condiciones

“¿Por qué estoy a favor de una condonación parcial, asimétrica y condicionada de la deuda? Porque, a mi juicio, es la única forma viable y creíble de que todas las comunidades autónomas se financien de manera ortodoxa en los mercados”, opinaba Diego Martínez-López, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla e investigador asociado de Fedea en el evento organizado por ambas instituciones que tuvo lugar este jueves.

Estoy a favor de la condonación porque es la única forma de que todas las CCAA se financien de manera ortodoxa en los mercados”

DIEGO MARTÍNEZ LÓPEZ, ECONOMISTA

“Hay que buscar una solución”, apoyaba José María Durán, profesor de la Universidad de Barcelona, director del Instituto de Economía de Barcelona (IEB) e investigador del Servicio de Estudios del CGE, “y ser conscientes de que parte del volumen de esa deuda vino de momento muy excepcional, que se utilizaron unas herramientas muy excepcionales que cumplieron su papel en un momento en el que las comunidades no podían acceder a los mercados o si acceden entraban con unos precios prohibitivos”.

La cuestión que enfrenta a los economistas es si es conveniente o no perdonar a regiones parte de su elevada deuda. Como en caso de niños que lo han hecho mal, existe el riesgo de que ese perdón se tome por norma y sea todavía más difícil exigirles portarse bien en adelante, pero no hacer nada también conlleva riesgos: que no puedan salir a mercados a financiarse por esos altísimos niveles de endeudamiento, algo que se antoja imprescindible.

El objetivo, por tanto, no es solo que las regiones queden liberadas de devolver al Estado miles de millones, más sus intereses, sino conseguir que puedan financiarse de forma autónoma en los mercados, sin tener que depender del Tesoro como actualmente está sucediendo. Es decir, que se sanearía la situación financiera de las comunidades y se facilitaría su vuelta a la financiación a través de los mercados de deuda.

“Yo le tengo un miedo atroz al riesgo moral. Arreglarlo en aquel momento [hace 20 años] hubiera supuesto una cantidad razonable de dinero y no tanto riesgo moral. Pero ahora estaríamos convenciendo a las comunidades autónomas de que pueden gastar más de lo que tienen porque en algún momento se las terminará rescatando, y si lo hacemos ahora se confirma esa percepción y no habrá manera de que tengan cierta disciplina parcial. Entiendo el problema, pero tengo más miedo al riesgo moral”, opinaba el director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente, quien está considerado como uno de los mayores expertos en la materia.

Ni De la Fuente ni el resto de expertos presentes en el foro entraron a valorar qué parte de la deuda autonómica debería ser objeto de quita. En el caso catalán, los 15.000 millones pactados equivalen al 20% de la deuda catalana con el Estado, pero desde el Gobierno ya han anticipado que el porcentaje no podrá ser el mismo para todas las regiones. La idea es calcular cuánta deuda está relacionada con la crisis financiera anterior: la propia vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha responsabilizado en varias ocasiones a su predecesor Cristóbal Montoro del desastre, al tiempo que ha adelantado que los criterios serán objetivos y comunes. Según algunos cálculos, como los de la agencia de rating S&P, apuntan a que el coste total para el Estado será de entre 50.000 y 72.000 millones de euros.

Un punto intermedio

“Yo lo que propondría sería un punto intermedio”, propone Ángel de la Fuente, sugiriendo otorgar un tratamiento diferenciado a la deuda que ya está en el FLA. “No vamos a dar dinero gratis a todo el mundo”, insiste el experto. De cara a la quita, la ligaría a la infrafinanciación acumulada en el pasado con respecto a la financiación media por habitante ajustado a igualdad de competencias y esfuerzo fiscal. “Si se insiste en ir más allá, las condonaciones por habitante (o habitante ajustado) deberían ser iguales para todos”, recomienda.

“Se podría pensar en ir condonando poco a poco ese dinero que está en el FLA como premio por buen comportamiento. Cada año que no tengas déficit te descontamos un 1% del saldo, o X miles de millones, de forma que tengan incentivo a tener una disciplina fiscal que ahora no tienen. Pero que no perdonemos esa deuda porque en el momento en el que estén libres de esa carga vuelven a empezar de cero, de cero o de menos X… que la amenaza está ahí y que sepan que si no hay un respeto a condiciones de disciplina fiscal pues es reversible y hay una amenaza más creíble”, recomienda. 

La idea del profesor Diego Martínez-López de que la condonación sea asimétrica está muy relacionada con esto: con tratar de que no se produzca “un manguerazo generalizado de condonación”, ya que la situación a corregir es muy heterogénea. ¿Cómo hacerlo? “Con negociaciones abiertas en otras dimensiones: ordinalidad, status quo… No es fácil, lo reconozco, pero en mi opinión es cómo debería abordarse el tema. Y con ajustada condicionalidad: la condonación no puede ser gratis. Planes de ajuste factibles y verificables en las CCAA beneficiarias. Podría atenuarse así una parte del inevitable riesgo moral”. 

Las regiones que más han aumentado su deuda entre 2007 y 2022 respecto al PIB son, según conclusiones extraídas por Funcas a partir de datos del Banco de España, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Andalucía y Madrid. 

Un mecanismo de financiación propio

Más allá de la condonación de la deuda queda, no hay que olvidar, la ambición de ERC es conseguir un mecanismo de financiación propio. Menos de una semana después de convocar las elecciones anticipadas, el entonces president Pere Aragonès presentó su propuesta: que Cataluña recaude todos los impuestos que genere la región, que calculó en el entorno de los 52.000 millones de euros. De nuevo, la situación que se abre tras los comicios es distinta, y que el Gobierno esté dispuesto a concederle el deseo es algo mucho menos claro que lo firmado en el acuerdo de investidura, pero tampoco hay que olvidar que estos dos debates también están importantemente vinculados.