El trabajo de los reclusos en la cárcel no solo les facilita mantenerse activos y adquirir experiencia laboral, sino que también les hace percibir al final de la jornada una retribución económica. En España miles de internos trabajan en diversas actividades del centro penitenciario desde la lavandería hasta la producción industrial, pero, ¿cuánto dinero reciben realmente?. Conocemos cuáles son los sueldos de los presos y la incidencia que tiene en la reinserción social de los mismos.

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Salario medio en la cárcel: ¿cuánto cobra un preso en España?

Retribución económica de los reclusos

Los reclusos que realizan trabajos en el centro penitenciario perciben un salario que va de los 3,24 euros hasta los 5,68 euros por hora de trabajo, lo que significaría un sueldo mensual de unas 200 a 300 euros, dependiendo de la tarea que se realice y las horas que se trabaje. A pesar de que la remuneración mensual es sensiblemente inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) vigente, la cantidad económica es una cierta cantidad de dinero que puede contribuir a algunos internos más que a otros, así como a sus familias.

Tipos de trabajos dentro de la prisión

Los internos pueden desempeñar diferentes funciones en los centros penitenciarios. Las más comunes son las de lavandería, panadería, cocina, limpieza... así como otras que realizan los internos en talleres industriales regidos por el Organismo Autónomo de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo (OATPFE) con los cuales se realizan productos para empresas externas.

El empleo en la cárcel: beneficios y polémicas

Ventajas del trabajo en prisión

El trabajo en los centros penitenciarios ofrece a los internos una rutina diaria, lo que disminuye notablemente el efecto negativo de la prisión en los reclusos, y además permite poder conseguir el acceso a los beneficios de la Seguridad Social (la pensión u otras podrían ser el subsidio de producción) y también se considera para adquirir la libertad condicional, ya que se tiene en cuenta además en las evaluaciones que se hacen en los centros penitenciarios.

Críticas al sistema de trabajo penitenciario

Las críticas al trabajo penitenciario son variadas a pesar de sus posibles aspectos positivos. Por ejemplo, la APDHA denuncia que algunas empresas se están beneficiando directamente de una mano de obra tal vez involuntariamente barata, pues carecen de las obligaciones laborales que tienen los trabajadores en libertad. También, dado que la demanda de empleo dentro de la cárcel es elevada, no todos los internos deben acceder a un trabajo remunerado.

Reinserción social y oportunidades laborales tras la cárcel

Formación para el empleo en prisión

Uno de los fines que persigue el hecho del trabajo penitenciario consiste en la preparación de las personas privadas de libertad de cara a su futura reinserción en la sociedad. En este sentido, son diversos los centros penitenciarios que implementan programas de formación ocupacional en oficios como la carpintería, la jardinería, la mecánica, etc. Estas formaciones profesionales persiguen, en definitiva, mejorar el futuro acceso al mundo del trabajo de las personas privadas de libertad que han cumplido su condena.

Desafíos tras la salida de la prisión

Algunos de estos exreclusos sí han podido formarse o bien hacerse una cierta práctica mientras estaban internos, pero su reintegración ha sido muy complicada cuando han salido de prisión, pudiendo ser motivado por estratos sociales que los ocupan y con pocas oportunidades. Pero existen programas que acompañan a las instituciones penitenciarias en las acciones para la reintegración de aquellos exreclusos que buscan un empleo.

En términos concretos, las retribuciones por trabajos realizados en régimen penitenciario son escasas; sin embargo, hacer trabajo en prisión tiene una importancia crucial en el desarrollo del proceso de reinserción y rehabilitación. A pesar de las problemáticas y carencias que presenta el sistema penitenciario, el trabajo penitenciario sigue siendo la pieza clave para la reinserción y rehabilitación, junto a otras tareas que tienen como objetivo permitir a las personas reclusas poder abrir las puertas de la prisión y llevar a cabo, en un futuro, su vida en libertad.