A partir de 2030, aquellos propietarios que deseen vender o alquilar su piso se verán obligados a cumplir un requisito fundamental, una etiqueta de calificación energética del tipo “E”. Esta medida forma parte del Programa Nacional para la reducción del consumo energético y de las emisiones contaminantes en consonancia con el objetivo propuesto por la Unión Europea.

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¿Qué implica esta nueva normativa para tu piso?

A partir del año 2030, cualquier vivienda que se comercialice, bien para alquiler bien para en venta, en España deberá contar con una etiqueta energética igual o superior a la clase “E”. Dicha etiqueta se mide con unas escala que va de la letra “A” (que es la máxima eficiencia) hasta la letra “G” (que es la mínima eficiencia) donde alcanzar una etiqueta de clase “E” supone una eficiencia moderada.

Con esta normativa el objetivo está muy claro y es el de avanzar hacia un parque de viviendas mucho más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Las viviendas que no tengan esta etiqueta no podrán ponerse en el mercado con lo que no podrán ser alquiladas o vendidas y esto puede afectar económicamente a los propietarios en función de las leyes estatales territorialmente obligatorias.

2033: un paso más allá en la exigencia de eficiencia

A partir del próximo 2033, la exigencia se elevará, los pisos y las viviendas deberán lograr, al menos, la calificación energética "D"; lo que va a suponer un esfuerzo más para muchos propietarios que van a tener que realizar un esfuerzo adicional a la hora de adaptar sus inmuebles a unos estándares más exigentes si desean vender o alquilar sin restricciones.

Los expertos apuntan que ante todo es recomendable planificar las reformas con suficiente antelación ya que pueden ser costosas.

Cumplir con el requisito energético en el piso

Si tu hogar no obtiene la puntuación mínima exigida, existen diversas acciones que puedes emprender para repararlo. Mejorar el aislamiento térmico se puede llevar a cabo sin duda, porque es una de las eficaces yo, solamente por el hecho de que hace que el consumo sea menor conservando mejor la temperatura interior. Por otro lado, cambiar las ventanas por otras con doble o triple acristalamiento también repercute de manera directa en la eficiencia de la vivienda.

Sustituir los sistemas antiguos de calefacción y de aire acondicionado en un inmueble por nuevos y eficientes equivaldría a una alternativa adicional bastante importante, la cual además de propiciar una mejor acreditación a nivel energético, también se traduciría en una serie de ventajas en términos de ahorro económico a medio-largo plazo.

El papel de las energías renovables en tu vivienda

La colocación de paneles solares es de las medidas más bien valoradas para mejorar la etiqueta energética de un piso. Además de dar cumplimiento a la legalidad, la inversión disminuye la dependencia de las fuentes de energía convencionales y disminuye fo mucho el precio de las facturas.

De igual manera, resulta adecuado reemplazar los electrodomésticos por modelos de alta eficiencia energética y apostar por sistemas de iluminación de tipo LED. Todas estas reformas lograrán aumentar la puntuación en el certificado energético y ayudarán a dejar la vivienda mejor preparada para los retos que lleguen en los próximos años.

El impacto de la nueva normativa en el mercado inmobiliario

Los que no cumplan las exigencias energéticas mínimas se verán abocados a una menor demanda inmobiliaria y una eventual reducción del precio de venta. Los compradores y arrendatarios de este tipo de vivienda optarán, en lugar de su compra, por aquellas que les favorezcan a bien de disminuir sus costes energéticos o bien a evitar tener que realizar trámites administrativos.

Oportunidades para propietarios que se anticipen

De hecho, aquellos propietarios que se adapten a la normativa a tiempo, además de legalizarse, lo que generará una mejora en su posicionamiento en el mercado. Las viviendas eficientes serán más atractivas, sostenibles y competitivas, tanto para la venta como para el alquiler.

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