El dictamen del abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) es claro: si los fundadores de la Superliga crean una competición de fútbol independiente fuera del ecosistema de la UEFA y de la FIFA no pueden continuar al mismo tiempo participando en las campeonatos de fútbol organizadas por la FIFA y la UEFA sin la autorización previa de esas federaciones. Es decir, según la recomendación del abogado general del TJUE, Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Juventus, Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham, Manchester City, Liverpool, Inter de Milán, AC Milan pueden seguir adelante con su idea de la Superliga, sin embargo, esto le daría potestad a UEFA y FIFA de expulsarles de manera inmediata de torneos como la Champions League, la Supercopa de Europa o el Mundial de Clubes.

Los agentes implicados en la batalla judicial han celebrado esta sugerencia no vinculante del abogado Athanasis Rantos. "LaLiga tiene la certeza de que el actual modelo europeo del deporte, que cuenta con el respaldo de las instituciones europeas, permite un adecuado desarrollo de nuestro deporte, desde la base hasta las categorías profesionales, con una convivencia adecuada entre las ligas nacionales y las competiciones europeas", ha indicado LaLiga, mientras que la UEFA ha acogido "con satisfacción las inequívocas conclusiones presentadas hoy por el abogado general Rantos, que constituyen un paso alentador hacia la preservación de la actual estructura de gobernanza dinámica y democrática de la pirámide del fútbol europeo ". Tanto LaLiga como la UEFA sienten que la legislación se pondrá de su parte y el sitio a la Superliga trabará su avance.

Una de las aristas legales que más podría dañar los intereses de la European Super League Company (ESLC) es el aislamiento internacional para sus jugadores. La imposibilidad de jugar Champions League no quita el sueño a los integrantes de la Superliga, ya que contarían con su propio torneo élite europeo, pero la exclusión de las competiciones UEFA y FIFA a sus futbolistas impediría que los profesionales no pudieran formar parte de sus selecciones nacionales en el Mundial (FIFA), Eurocopa (UEFA) o Nations League (UEFA). La FIFA y la UEFA publicaron una declaración en la que advirtieron que cualquier jugador o cualquier club que participara en esta nueva competición sería expulsado de las competiciones organizadas por la FIFA y sus confederaciones.

¿Afectarán a los futbolistas las sanciones a la Superliga?

Según ha confirmado El Independiente, las sanciones que apartarían a los clubes de las competiciones UEFA y FIFA no serían extensibles a los futbolistas, algo que se podría haberse interpretado en un principio. De ser como en el primer caso, un jugador del Real Madrid o del FC Barcelona -participantes en la hipotética Superliga- estaría vetado por la UEFA y la FIFA y no podría acudir a un europeo o a una cita mundialista.

La situación conduciría a los jugadores a un dilema que les haría elegir entre el poderío económico de la Superliga y el prestigio y la leyenda de los torneos internacionales, algo similar a lo sucedido en el golf, donde la liga LIV Golf impulsada por Arabia Saudí ha irrumpido contra el monopolio del PGA Tour con contratos superiores y que dan acceso directo a premios cuantiosos, aunque sin la mística del Masters de Augusta o la Ryder Cup. Los futbolistas que perteneciesen a cualquiera de los participantes en la Superliga no tendrían esta disyuntiva. Un golpe definitivo para las aspiraciones de la Superliga sería que las federaciones adscritas a UEFA y FIFA que organizan las la ligas nacionales decidieran que el proyecto por el que luchan principalmente Real Madrid, Barcelona y Juventus es incompatible con su competición y no aceptara inscribir a los equipos. Este escenario dejaría a los jugadores sin fichas federativas y por lo tanto no constarían en el organigrama del fútbol, en la práctica perderían su condición de futbolistas, y no serían elegibles por sus selecciones.

La rendija legal por la que se colarían los cracks de la Superliga para eludir las sanciones de la UEFA y la FIFA y que les permitiría jugar Mundial, Eurocopa y Nations League es que no son parte del club para el que compiten. Los futbolistas se considerarían simples trabajadores que prestan un servicio a una entidad, pero que no tienen que responder a las prohibiciones impuestas a la empresa para la que desempeñan su función, por lo que podrían compatibilizar competir en la Superliga con las convocatorias para torneos UEFA y FIFA con sus selecciones.