El fin del sistema de tributación por módulos parece estar cada vez más cerca. Hasta el momento el colectivo de los autónomos, a través de varias asociaciones representativas, ha conseguido que el Gobierno firme prórrogas. Pero esto será lo máximo. Más pronto que tarde, el sistema de módulos tal y como lo conocemos finalizará.

A finales del año pasado era la propia Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la que aseguraba que para 2019 se mantendrían los límites de exclusión y no se endurecería la tributación por módulos. Dichos límites son: una facturación a otros empresarios superior a 125.000 euros, unos rendimientos íntegros por parte del autónomo de más de 250.000 euros y que las compras en bienes y servicios supere también los 250.000 euros.

El ansiado aplazamiento es una medida de la que se beneficiaron alrededor de 400.000 trabajadores por cuenta propia (de los más de tres millones afiliados a la Seguridad Social) según los datos aportados por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA). Empresas y autónomos que, en caso de no haber podido disfrutar de esta prórroga, podrían haber incluso llegado a cerrar, según las estimaciones de las asociaciones.

Conversaciones para un final lo menos traumático posible

Pero es precisamente la ATA la que avisa al colectivo: esta situaciones es transitoria. Es decir, entramos en un tiempo en el que “habrá que ir aumentado progresivamente los rendimientos de los autónomos para que su trasvase a estimación directa en el futuro no sea traumática desde el punto de vista económico”.

En su documento titulado “35 propuestas 2019. Seguir avanzando en el trabajo autónomo”, la asociación también propone disponer de una mesa en el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), órgano que depende del Gobierno, que defina el modelo de transición objetiva a estimación directa.

De esta forma pretenden ayudar, especialmente, a aquellos autónomos que se acogen al sistema de módulos y tienen unos ingresos bajos, como el sector de los transportistas. Desde ATA, explican sobre estos últimos, que entienden la necesidad de “mantener los límites de facturación para que tributen en estimación objetiva”.