El tamaño de la empresa resulta fundamental, a la hora de estar más o menos afectada en esta crisis provocada por el coronavirus. El gobernador del Banco de España Pablo Hernández de Cos, ha aportado una serie de datos que ponen de manifiesto el mayor riesgo de vulnerabilidad en la pyme.

Lo ha hecho en “El impacto de la crisis del Covid-19 sobre la estabilidad financiera”, pronunciado en la clausura del seminario “El sistema financiero en la crisis del Covid-19. Retos y compromisos”, de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica.

La rentabilidad de activo será nula

Basándose en los datos del Banco de España, Hernández de Cos señala que las pymes y las empresas de los sectores más expuestos al coronavirus serán los más afectados. En concreto se verá muy afectada la rentabilidad del activo de estas compañías, que pasará de un 3% de los meses anteriores a la pandemia, hasta unos valores prácticamente nulos en este mismo ejercicio.

No se verán tan perjudicadas, por otra parte, las empresas de mayor tamaño. Además, en este caso, su afectación sería más en cuanto a su situación patrimonial. Así, disminuirán sus fondos propios a la vez que aumentará su endeudamiento para hacer frente a estas necesidades de liquidez.

Se prevé que un 55% de estas compañías vean afectado su patrimonio, siempre que se cumpla un escenario de recuperación temprana. El porcentaje aumentaría hasta el 58% en el escenario más adverso.

Se necesitan procedimientos preventivos y de respuesta rápida

Para paliar estos problemas, así como para evitarlos en el futuro, Hernández de Cos plantea una “revisión de los procesos de reestructuración, insolvencia y alivio de las empresas”. Esto incluiría, entre otros asuntos, tener unos procedimientos administrativos más sencillos y ágiles y, por supuesto, también procedimientos preventivos.

La rápida actuación en este tipo de situaciones resulta crucial para salvar al tejido empresarial en general y, en especial, a las pequeñas empresas que son las que necesitan una mayor rapidez de respuesta. Asimismo, el economista apunta a unos procedimientos e incentivos más adecuados para aliviar los problemas de liquidez y de destrucción de este tejido productivo.