Dos gendarmes franceses robaron casi un centenar de armas perteneciente al arsenal entregado por ETA en su desarme efectuado el 7 de abril de 2017 en Bayona (Francia). Los dos agentes sustrajeron el material del depósito habilitado en la comisaría de la localidad gala de Arras, al norte del país. Para ello procedieron a desactivar una de las cámaras de vigilancia de la comisaría sin percatarse de una segunda cámara que pudo grabarlo todo. La investigación policial posterior y la acusación de la Fiscalía por un presunto delito de "desvío de armas precitadas", y no de tráfico de armas al asegurar ambos acusados que no querían comerciar con ella, puede acabar con la expulsicón de ambos agentes del Cuerpo.

El caso, destapado por el semanario 'Le Point', afecta a un agente de mayor rango y a un subordinado que según relataron después habrían sustraído las armas y el material explosivo para su propia colección. En su defensa alegaron que la colección de este tipo de elementos es una pasión que cultivan y que en ningún caso sustrajeron el arsenal con fines comerciales. El robo del cerca de un centenar de armas, en los que además de las entregadas por ETA en el desarme escenificado en Bayona también había armas procedentes de la delincuencia común, incluía 80 detonadores, metralletas, revólveres, pistolas y fusiles.

El material se conservaba en la citada comisaría como parte de las investigacoines que aún se están realizando en torno al arsenal que entregó la banda terrorista. Parte del mismo fue destruido pero el resto se conserva para indagar su posible empleo en atentados sin esclarecer de la banda terrorista.

En abril de 2017 ETA hizo entrega de la geolocalización de varios zulos donde aún conservaba parte de su arsenal. La entrega de su ubicación a la gendarmería francesa formó parte del final del proceso de desarme que la banda terrorista finalmente llevó a cabo de la mano de los autoproclamados 'artesanos de la paz', ciudadanos civiles del sur de Francia y que contaron con la participación de verificadores internacionales, no así de representantes del Gobierno vasco ni el Gobierno español ni el francés. En total, ETA hizo entrega de casi tres toneladas de explosivos, algo más de un centenar de armas y decenas de detonadores.