El juez que investiga el caso Kitchen ordenó a la Policía Nacional que investigara las visitas en la cárcel y los ingresos económicos que recibió en su cuenta de peculio el falso cura que asaltó la casa de Luis Bárcenas cuando éste se encontraba en prisión preventiva, ante la sospecha de que hubiera podido participar en el dispositivo con el que se trató de robar al ex tesorero del PP documentación comprometedora para dirigentes del partido.

El 14 de enero de 2019, apenas dos meses después de que se hubiera abierto esta pieza separada del caso Villarejo, el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional accedía a lo que le había pedido la Fiscalía Anticorrupción y ordenaba a la Unidad de Asuntos Internos que practicara "urgentemente" diversas diligencias de investigación al objeto de aclarar el papel desempeñado por Enrique Olivares García en los hechos investigados.

En concreto, los agentes tenían la instrucción de averiguar qué abogados, amigos, familiares y otras personas autorizadas habían visitado a este septuagenario conquense en los centros penitenciarios por los que había pasado. Las pesquisas incluían también conocer la identidad de las personas que le hubieran realizado ingresos en su cuenta y qué números había autorizado para realizar las comunicaciones telefónicas reglamentarias.

Los fiscales asignados al caso intuían entonces que el chófer del matrimonio Bárcenas-Iglesias (Sergio Ríos Esgueva) podría no haber sido el único confidente captado por los mandos policiales que dirigieron el dispositivo Kitchen. Los representantes del Ministerio Público sustentaban su sospecha en noticias publicadas por Okdiario, que había informado de que Enrique Olivares también participó en la operación. En concreto, a éste se le habría ofrecido cobrar 50.000 euros por secuestrar a la familia de Bárcenas y recuperar tres lápices de memoria con información sensible del PP, habiendo recibido supuestamente de forma adelantada 10.000 euros de los fondos reservados.

"Más gente detrás"

La tesis también se apoyaba en unas declaraciones realizadas por la madre de Enrique Olivares (A.G.C.) a El Mundo en las que la mujer afirmaba que su hijo nunca había confesado "la verdad" a la Policía de lo que había ocurrido ni tenía intención de hacerlo. "Pero al principio a mí me dijo que no estaba solo. Que le pagaron para entrar en esa casa y que había más gente detrás de lo que hizo", añadió.

Cuando los agentes tomaron declaración como testigo a esta nonagenaria el 22 de enero de 2019 en su casa de Cuenca, la mujer aseguró desconocer cualquier extremo relacionado con la implicación de su hijo en los hechos porque éste nunca le había contado nada. Ella aseguró que había intentado en reiteradas ocasiones "sonsacar" información, pero siempre obtuvo una negativa por respuesta.

Sobre las 16.30 horas del 23 de octubre de 2013, Enrique Olivares se personó en el domicilio madrileño de Bárcenas haciéndose pasar por un cura de Instituciones Penitenciarias que acudía a entrevistarse con la mujer (Rosalía Iglesias) y el hijo del ex tesorero del PP (Guillermo Bárcenas) para tramitar la libertad condicional de aquél, que desde finales de junio se encontraba como preventivo en Soto del Real (Madrid) mientras el juez Pablo Ruz instruía el caso Gürtel.

Enrique Olivares asaltó la casa de los Bárcenas mientras se desarrollaba la 'Operación Kitchen'

Una vez sentados en el sofá, según se detalla en el atestado policial, el falso sacerdote sacó un arma y gritó al hijo de Bárcenas: "Túmbate en el suelo o le pego un tiro a tu madre". Después les puso unas bridas en las manos tanto a ellos como a la asistente de hogar y les obligó a que le llevaran al despacho del ex tesorero del PP. "Una vez allí dice: 'Hacedme entrega de los pendrive de tu padre o me decís la información que tumbe al Gobierno u os mato'. Y acto seguido se dirige a Guillermo y le dice: 'O me das la información o le doy un culatazo a tu madre y la duermo", relata el oficio policial tras tomar declaración a los testigos.

En un descuido, el hijo se abalanzó sobre el asaltante, momento en que la empleada de hogar cogió el arma que portaba aquél -un revólver con cinco cartuchos- y lo llevó a un bar cercano mientras se pedía auxilio a la Policía. Enrique Olivares fue detenido poco después bajo acusación de tenencia ilícita de armas, amenazas, lesiones, allanamiento de morada y detención ilegal, siendo condenado por la Sección Cuarta de la Audiencia de Madrid el 21 de abril de 2014 a la pena de 22 años de prisión.

Revólver que empleó el falso cura en su asalto a la casa de los Bárcenas.

Aquel episodio tuvo lugar mientras se desarrollaba la Operación Kitchen y la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía vigilaba el estudio de restauración alquilado por la mujer de Bárcenas en la madrileña calle del General Díaz Porlier en la que supuestamente escondía los documentos sensibles. Esa coincidencia temporal acrecentaba las sospechas de Anticorrupción.

El Juzgado Central de Instrucción envió oficio a las direcciones de los centros penitenciarios de Aranjuez, Estremera y Valdemoro para conocer las visitas recibidas por Enrique Olivares durante su estancia en la cárcel y la identidad de las personas que le habían realizado ingresos en su cuenta de peculio. En los extractos -incorporados al sumario- se reseñan los ingresos de su pensión y una transferencia externa a principios de cada mes por importe de 250 euros, correspondiendo ésta presumiblemente a envíos realizadas por su madre.

De momento, la instrucción no ha logrado reunir indicios que acrediten que el falso cura que asaltó la casa de Bárcenas en el otoño de 2013 fue captado por la Policía para robarle a Bárcenas los pendrives en los que el ex tesorero del PP guardaba documentación comprometedora para altos dirigentes del partido.