Tras el batacazo que supuso para Barcelona la pérdida de la Agencia Europea del Medicamento (EMA en sus siglas en inglés) Europa ha vuelto a cerrar sus puertas a la capital catalana con el Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas. La ciudad que dirige Ada Colau ha dejado de ser una de las favoritas de Europa, a tenor de las dos derrotas consecutivas en un plazo de tres años. Derrotas marcadas, sobre todo en el primer caso, por el proceso independentista.

Barcelona sí consiguió captar la agencia europea Fusion for Energy (F4E), que vehicula la participación europea en el proyecto mundial de investigación de la fusión nuclear ITER. Pero eso fue en 2007, antes del procés.

"Pero, ¿saben ustedes por qué se va la EMA de Londres?". La pregunta lanzada por uno de los altos funcionarios europeos que examinaban la candidatura de Barcelona cayó como un mazazo sobre los defensores de la candidatura barcelonesa.

La capital catalana había sido escogida como la sede favorita por los propios funcionarios de la EMA, que apreciaban la calidad de vida que ofrecía Barcelona, junto al incipiente hub de biomedicina desarrollado por universidades y hospitales de referencia. Pero en septiembre de 2017, a las puertas de un referéndum independentista en Cataluña que enfrentaba a Gobierno y Generalitat, la capital catalana no ofrecía las garantías requeridas tras la inesperada aprobación del Brexit que estaba obligando a desmantelar la sede de Londres.

Esa pregunta, en el primer examen de la candidatura barcelonesa, fue determinante según ha trascendido ahora para que finalmente, en noviembre, Amsterdam se hiciera con la deseada sede europea. El Gobierno del PP, con la entonces ministra Dolors Montserrat, y el PSC de Barcelona, con Jaume Collboni al frente, fueron los grandes valedores de una candidatura que ni el independentismo ni los comunes se creyeron nunca demasiado.

Lo que se perdió con la EMA

Sí lo hizo el tejido productivo barcelonés, que recibió la derrota como un aperitivo de lo que se le venía encima a la capital catalana. Cada año la Agencia Europa del Medicamento recibe la visita de 35.000 expertos de la industria farmacéutica, con el gasto en la ciudad que eso supone y la atracción del talento científico. Cuenta además con una plantilla de 890 empleados, que tendrán que trasladarse a la nueva ciudad con sus respectivas familias. Barcelona también dirá adiós a una institución con un presupuesto de más de 300 millones de euros al año.

El Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF) no había generado tantas expectativas. Pero su consecución se daba por muy probable en los entornos afectados. Sobre todo, porque Barcelona contaba para conseguirlo con dos buenas bazas: el Supercomputing Center y la sede de la Agencia Estatal de Meteorología, Aemet, en el litoral barcelonés. Y el proyecto que ambos comparten, que los ha convertido en líderes mundiales en la predicción de tormentas de arena.

Efectivamente, España lidera desde 2014 la predicción operativa mundial de tormentas de polvo y arena a través del primer Centro Operativo de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de Predicción de Polvo Atmosférico para el norte de África, Oriente Medio y Europa, gracias al Barcelona Dust Forecast Center.

Pero no ha sido suficiente para el Consejo del ECMWF, que ha seleccionado este miércoles a Bonn para acoger su tercera sede. "Sólo unas décimas nos han separado de Bonn" se lamentaba la alcaldesa Ada Colau.

El ECMWF es una organización independiente intergubernamental formada por 22 estados miembros y 12 asociados, fundada en 1975, que cuenta con 360 trabajadores de más de 30 países y tiene sedes en Reading (Reino Unido) y Bolonia (Italia). No ha pesado aquí la necesidad de "compensar" la falta de agencias europeas en el sur de Europa, un factor que sí pesaba a favor de Barcelona con la EMA.

Más de una década de ITER en Barcelona

Barcelona sí conserva Fusion for Energy (F4E), la agencia europea que trabaja para el proyecto ITER. Se trata del proyecto mundial de estudio sobre la fusión nuclear, el proyecto en investigación energética más importante del mundo, en el que participan la UE, Estados Unidos, Japón, India, Rusia y Corea del Sur. El objetivo es construir el primer reactor experimental de fusión en las instalaciones de la ITER en Cadarache, en el sur de Francia.

Desde Barcelona, Fusion for Energy se encarga de la gestión y adjudicación de los contratos que corresponden a la Unión Europea. En sus primeros diez años gestionó contratos por valor aproximado de 5.000 millones de euros con varias empresas e institutos europeos de I+D.

Cuenta con 400 trabajadores y un presupuesto plurianual de 6.600 millones de euros en los últimos seis años. La tarea de F4E es gestionar la contribución europea a la ITER, que es la aportación más importante ya que la UE es el socio mayoritario del proyecto y asume el 50% de su coste, mientras que los otros seis países que participan asumen el resto, a partes iguales.

Derrota de León y el Centro Europeo de Ciberseguridad

A última hora del miércoles se conoció también la decisión sobre el Centro Europeo de Ciberseguridad, al que optaba León, pero que finalmente recaló en Bucarest.

La candidatura leonesa recabó sólo dos votos de 27, aunque sus opciones se habían vendido como crecientes durante la última semana. De hecho, la derrota de Barcelona frente a Bonn por el centro de Predicción Meteorológica infló las esperanzas de León, que esperaba jugársela contra Múnich y agarrarse al factor de la compensación.

Finalmente, ni una ni otra. Bruselas y Bucarest se disputaron la sede del Centro de Ciberseguridad, un sector potenciado en León desde la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, que finalmente se marcha a Rumanía.