Le esperan al Rey dos citas trascendentales de las que depende, en muy buena medida, el tono y el fondo del debate en torno al futuro de su padre y ex jefe de Estado así como la posibilidad de acallar o atemperar la estrategia de cierto sector del Ejército retirado contra el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos. No son, ni mucho menos, cuestiones menores las que le han estallado a Felipe VI a pocos días de tradicional su mensaje de Nochebuena, el día 24, y la celebración de la Pascua Militar, el próximo 6 de enero.

Aunque desde Moncloa, oficialmente, afirman que le corresponde a Don Felipe evaluar sus próximos pasos así como el contenido de sus discursos, admiten esperar que "diga las cosas muy claras", sin necesidad de leer entre líneas. Entienden que no pueden ser dos ocasiones perdidas ante una opinión pública que ve con estupefacción las supuestas andanzas financieras de su padre, con regularización fiscal incluida, y los movimientos de una serie de antiguos militares que se dirigen a él en calidad de capitán general de los Ejércitos.

En Podemos trazan un paralelismo entre el emérito y Urdangarín

Lo cierto es que, en caso de las sospechas financieras que rodean al Rey emérito, quizá no sirva sólo con buenas palabras y un discurso apelando a la igualdad ante la ley, como hizo el propio Juan Carlos I en su mensaje de 2011, en pleno estallido del "caso Urdangarín". Los antecedentes no son muy halagüeños.

Los morados esperan que antes del tradicional mensaje de Nochebuena, para el que quedan apenas nueve días, Felipe VI promueva la retirada del título de Juan Carlos I. "O lo saca de la Casa Real y lo convierte en el ciudadano Borbón o daña y arrastra al Rey", afirman en Unidas Podemos a pesar de estar muy lejos de querer preservar la institución monárquica. En este sentido recuerdan que "Urdangarín es un ciudadano" ya desvinculado de la foto oficial de la Familia Real.

La próxima Pascua Militar también pondrá a prueba al Rey. Nadie quiere hablar de "ruido de sables" como en la Transición. Desde el Gobierno se arguye que se trata de un grupo reducidísimo que no se representa más que a sí mismos y mucho menos a los 120.000 hombres y mujeres que componen nuestras Fuerzas Armadas. Pero cuesta trabajo ignorar sus consideraciones respecto al Gobierno "social-comunista", que amenaza "la unidad nacional" y que no hacen como civiles sino en su condición de militares retirados.

Zarzuela decidió mantener silencio ante las críticas vertidas en sus misivas amén de las consignas claramente golpistas de un grupo de Whatsaap de la XIX Promoción de la Academia General del Aire, muy preocupante y que la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha llevado a la Fiscalía por si es constitutivo de delito.

A la Pascua Militar acude la Asociación de Veteranos

Al acto, del día de Reyes, además de una nutrida representación de los tres ejércitos de las Fuerzas Armadas y de todas las jerarquías y empleos militares, está presente la Asociación de Veteranos y Hermandad de Caballeros Mutilados de Guerra por la Patria, esto es, militares en la reserva. Ante ellos, debe hablar el Rey y, también, la ministra de Defensa, Margarita Robles.

De hecho, tras conocerse el contenido de las misivas y del chat, la Casa Real remitió a Robles, cuyas palabras en el sentido de que éstos veteranos no representan el sentir de las Fuerzas Armadas, le supieron muy poco al sector morado del Gobierno y a Unidas Podemos. Juan Carlos Monedero no dudó el dirigir el dedo hacia Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, hizo suyas las críticas de estos militares, afeando que "PP y Ciudadanos callan. El Rey calla. ¡Cuánta indignidad!".

Robles les reprochó a estos ex militares que se embozaran en un uniforme «que ya no tienen derecho a llevar», vulnerando la «neutralidad política» e implicando al jefe del Estado, que es «de todos».

Todos los ojos estarán puestos en el tradicional mensaje de Nochebuena que este año promete reventar el share televisivo, tanto si hay antes alguna decisión respecto al emérito, -esto es, retirarle el título de Rey o anunciar una Ley de la Corona-, como si hasta entonces no hay ningún movimiento de la Casa Real. Según Barlovento Comunicación, el mensaje navideño de Felipe VI del año pasado registró una audiencia media de 7.944.000 espectadores y 70,6 por ciento de cuota de pantalla, en el conjunto del total de 30 cadenas que emitieron el discurso en directo. Un año antes tuvo más audiencia, ya que fue de 8.139.000 y 65,7 por ciento en el acumulado de las 27 cadenas.