La familia de una de las mujeres agredidas, junto a dos agentes de la guardia civil y la pareja de uno de ellos, en octubre de 2016 en Alsasua ha denunciado hoy la aparición de pintadas frente a su casa. En una de ellas se puede leer "Feliz Navidad H.P.' junto a un símbolo que representa el tricornio de la Guardia Civil que aparece tachado. En otra de las pintadas dirigidas a los agentes del Cuerpo el lema 'Feliz Navidad hijo de puta' se completa con un 'Alde hemendik' (Marchaos de aquí) junto al dibujo del tricornio bajo un aspa. Esta no es la primera ocasión en la que la familia de la joven sufre la aparición de pintadas y pancartas frente a su vivienda y que se han sucedido a lo largo de los últimos cinco años.

María José, la pareja de uno de los agentes agredidos, ya no reside en la localidad pero sí sus padres. Poco después de la agresión que los dos agentes y sus parejas padecieron, y ante la presión que el llamado 'Caso Alsasua' -por el que fueron condenados ocho jóvenes a penas de entre 2 y 12 años de prisión- generó contra ellos decidieron poner a la venta la vivienda con la intención de abandonar la localidad navarra. Desde entonces las dificultades para poder encontrar comprador han sido numerosas, al mismo tiempo que la familia ha denunciado que la presión se ha mantenido.

Poco después de la agresión ocurrida en el exterior del bar 'Koxka' de Alsasua las coacciones en torno a la familia de María José, pareja del teniente agredido, se fueron repitiendo. La intensidad se incrementó en vísperas de la celebración del juicio en la Audiencia Nacional. La aparición de pintadas se repitió también junto al bar que en el hogar del jubilado del municipio que la familia regentaba.

La joven, pareja del teniente agredido, es natura de Alsasua. Sus padres, nacidos en Ecuador, se asentaron en el municipio navarro hace más de dos décadas y hasta el día de la agresión estaban perfectamente integrados en la localidad. Tras el grave suceso ocurrido, María José reconoció que todo cambió y durante el juicio relató el grave impacto psicológico que todo lo sucedido le había ocasionado. Actualmente no reside en Alsasua.

Los ocho condenados por la agresión han obtenido el tercer grado y tienen permiso para salir de prisión, bien para trabajar, bien para estudiar y en algunos casos aún deben regresar para para dormir. Los condenados fueron sentenciados inicialmente a penas de entre dos y 13 años de prisión por la Audiencia Nacional por delitos de atentado a los agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas.

Sin embargo, todos ellos recurrieron ante el Tribunal Supremo que resolvió los recursos rebajando las condenas y dejándolas en una horquilla de entre un año y medio y nueve años y medio de cárcel. Las familias de todos ellos ya han anunciado que llevarán el caso hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ante lo que consideran que ha sido un procedimiento injusto.