Pere Aragonés acudirá esta tarde a la prisión de Lledoners para intentar desencallar las negociaciones del gobierno catalán con el secretario general de JxCat, Jordi Sánchez. En el encuentro también participará el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, según informaba este lunes Nació Digital. Una información que cayó como un jarro de agua fría en la sede de los republicanos, que acusan a sus futuros socios de haber filtrado la vista a los medios.

Aragonés no forma parte del equipo negociador de Esquerra, integrado por Sergi Sabrià, Marta Vilalta y Josep Maria Jové. Pero ha intervenido ya anteriormente para hacer avanzar la negociación, con llamadas como la realizada hace dos semanas a Carles Puigdemont, con el que asegura tener buena relación. Este martes, acudirá a Lledoners para presentar ante Sánchez "la estructura de Govern al detalle" según confirmó la portavoz de JxCat, Elsa Artadi.

El papel de Carles Puigdemont durante la próxima legislatura, y la estrategia de los independentistas en el Congreso, siguen siendo los principales escollos, según los republicanos, para cerrar un acuerdo. ERC se ha resistido hasta ahora a despejar el reparto de carteras del futuro gobierno sin haber cerrado antes un acuerdo sobre esta materia.

Querían que Junts acepte que no habrá tutelas desde Waterloo, y que el Consejo por la República (CxR) se limite a la "promoción internacional del conflicto". Algo que, aseguran, "Puigdemont hace muy bien".

Reparto de carteras

La estructura del próximo gobierno será, sin embargo, el eje de la negociación que hoy emprendan Aragonés, Sánchez y Junqueras en Lledoners, en un encuentro solicitado por los republicanos. Un ejecutivo en el que JxCat quiere hacerse con las carteras sociales, con más peso en el presupuesto, y tener participación en la gestión de los fondos europeos.

Aragonés, por su parte, aboga por la creación de tres nuevas carteras y un comisionado de fondos Next Generation, para el que ya tiene responsable: el regidor en el Ayuntamiento de Barcelona Miquel Puig. Elsa Artadi, por su parte, se felicita porque Esquerra vaya a mostrar finalmente "el dibujo completo" del nuevo gobierno, pero afea a los republicanos el ultimátum del 1 de mayo y su falta de "discreción" en las negociaciones.

"Nos sorprende el doble discurso de Aragonés, en privado no se nos ha trasladado ningún ultimátum" asegura al ser preguntada por la fecha límite del 1 de mayo impuesta por ERC. Sabrià y Aragonés han repetido en los últimos días que esta semana debe cerrarse el acuerdo del gobierno de coalición.

En caso contrario, Esquerra "trabajará en otras opciones" que pasan básicamente por el apoyo parlamentario de Junts a un gobierno en solitario de Esquerra. O de coalición con la CUP.

Negociación surrealista

La reunión en prisión para decidir las carteras del nuevo Govern ha destacado la indignación de los partidos no independentistas. "Es surrealista que el gobierno que ha de regir el destino de los catalanes los próximos años vaya a salir de una reunión en prisión, es delirante", ha señalado el portavoz de Cs, Nacho Martín Blanco, para quien es "incomprensible" que los independentistas "perpetúen el bucle del volver al pasado, hablando de presos y del 155".

La popular Lorena Roldán lo ha tachado como "un episodio más" de la deriva independentista. "El futuro se decide en una celda, lo próximo será coger un avión a Waterloo para que Puigdemont dé su bendición" ha lamentado. "Los catalanes no se merecen este bochorno".

En términos similares se ha expresado el líder de Vox, Ignacio Garriga, para quien es "vergonzoso que el gobierno catalán se negocie en una cárcel".