En la recta final de las primarias, los sectores más progresistas del PSOE andaluz desempolvaron la hemeroteca para reprochar a Juan Espadas su pasado “susanista” y su repentina reconversión en “sanchista”. El flamante candidato socialista a la Junta de Andalucía debe ahora restañar las heridas con el sector que lidera la derrotada, decidir el destino inmediato de la aún secretaria general y lidiar con la complicidad que durante años profesó a Susana.

Que Juan estuviera en el mismo equipo con Susana es una garantía de que pronto vamos a conseguir esa unidad

BEATRIZ CARRILLO, DIPUTADA DEL PSOE-A

“Como otros muchos compañeros que apoyaron a Susana frente a Sánchez”, replica a El Independiente Beatriz Carrillo, diputada socialista por Sevilla y una de las colaboradoras más estrechas del alcalde de Sevilla. “Ahora el hecho de que Juan hubiese estado en el mismo equipo con Susana es una garantía de que pronto, más pronto de lo que se imaginan, vamos a conseguir esa fortaleza y esa unidad”, desliza.

Leal a Díaz hace un lustro

Espadas, que se impuso claramente en las primarias con el 55,19 por ciento de los votos frente al 38,4 por ciento de su rival, no queda bien parado si uno rescata las declaraciones que ofrecía hace tan solo un lustro. “No comparto en ningún caso, y creo que es muy censurable, el atrincheramiento del secretario general Pedro Sánchez y de una parte de la Ejecutiva que ya no existe”, señalaba en septiembre de 2016, cuando media ejecutiva federal dimitió para forzar la renuncia de Sánchez en un golpe urdido desde Andalucía. “Ya no cuenta con legitimidad”, remachó.

En febrero de 2017, unos meses antes de las primarias en las que Díaz cayó derrotada, Espadas, de 54 años, volvió a apostar públicamente por la entonces presidenta andaluza. “Es con diferencia la mejor candidata”, declaró en un programa de radio. En junio de ese año, Espadas acudió junto a Susana al congreso federal del PSOE y fue uno de los protagonistas de una de las escenas más polémicas de aquella cita, cuando la delegación andaluza optó por irse de cañas mientras el resto de camaradas del partido discutían estatutos y resoluciones. Los críticos del PSOE-A han hecho circular en los últimos días la imagen de Espadas en aquella “huida” bajo el pregunta “¿Dónde estabas entonces?”.

Que haya sido 'susanista' no ayudará a unir al partido aunque las heridas se restañarán porque no puede ser de otra manera

fuentes de la campaña de susana díaz

Fuentes de la campaña de Díaz, que aún trata de encajar el batacazo, recelan de que la condición de "ex susanista" contribuya a recomponer la formación. “No lo creo sinceramente porque en su campaña ha tratado de alejarse de esa imagen. Que haya sido 'susanista' no ayudará a unir al partido aunque las heridas se restañarán porque no puede ser de otra manera. No se puede dejar atrás a más de 13.000 militantes que optaron por Susana”, arguyen cercanos a la aún secretaria general del PSOE andaluz.

“Quizás sea más el propio carácter de Juan como una persona de talante negociador, capaz de pactar a izquierda y derecha para sacar adelante acuerdos, lo que permita la unidad y no que se considere del sector 'susanista'”, aducen las citadas fuentes. Unos y otros coinciden en que Espadas ha demostrado su talante “dialogante” en el consistorio hispalense, donde ha cerrado pactos con Unidas Podemos y Ciudadanos.

Su victoria el domingo reconcilia al partido con el perfil que ha dominado su estructura orgánica durante décadas: Espadas es, como Manuel Chaves y José Antonio Griñán, licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y, aunque los dos primeros nacieron en Ceuta y Madrid, están vinculados estrechamente a Sevilla. Chaves y Griñán llegaron primero a San Telmo que a San Vicente, sede regional del partido. Espadas ha sido nominado a recuperar el Gobierno autonómico antes de tomar las riendas de la formación.

Décadas a la sombra de la Junta

Desde 1990 el ahora aspirante socialista fue ascendiendo en la estructura de la Junta, primero como jefe de gabinete del presidente de la Agencia autonómica de Medio Ambiente y más tarde como director de gabinete de los consejeros de Medio Ambiente y Educación y Ciencia, en las etapas que las que ocupó las carteras el granadino Manuel Pezzi. A diferencia de Susana, se afilió al PSOE tardíamente, en 1997. “Es un gestor más que un político transformador”, subraya a este diario Luis Ángel Hierro, el tercer candidato en liza de las primarias que, con un 5,51 por ciento de los sufragios, representa al ala más izquierdista del partido.

Juan Espadas, a su llegada a la sede del PSOE andaluz en Sevilla tras conocerse los resultados en las primarias
Juan Espadas, a su llegada a la sede del PSOE andaluz en Sevilla tras conocerse los resultados en las primarias EFE

“Se considera municipalista y, con su apoyo a Pedro Sánchez, no se espera que sea muy reivindicativo a nivel nacional”, agrega este profesor universitario, que sitúa al ganador del proceso interno en “el centro-izquierda”. En alguna declaración, ha deslizado incluso que Espadas rezuma cierto “tinte liberal”. El sevillano llegó a ocupar una consejería en 2008, en la última etapa de Chaves y siguió con Griñán hasta su salto a la política municipal como candidato socialista a la alcaldía.

Su asalto a la alcaldía de Sevilla

Su fracaso fue estrepitoso. El popular Juan Ignacio Zoido cosechó una amplia mayoría absoluta. Fue precisamente Susana Díaz, entonces secretaria de organización, la que apostó por mantener una apuesta que cerró la puerta a su enemigo Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. La posibilidad que ella concedió a Espadas era la misma que reclamaba amargamente ahora. Cuatro años después, Espadas terminó accediendo a la alcaldía gracias al apoyo de las otras dos formaciones de izquierda. Revalidó el cargo en los comicios de 2019.

No fue hasta hace unos meses cuando Espadas comenzó a desligarse de Díaz. A finales de 2020, un grupo de dirigentes socialistas liderado por el presidente de la diputación de Jaén, Francisco Reyes, contactó con él para que asumiera la tarea de forjar una candidatura alternativa a Díaz.

El elegido para enfrentarse a Díaz

La operación contaba con el beneplácito de Ferraz, interesado en, de una vez por todas, deshacerse de la ex presidenta que se enfrentó a Sánchez. “Fuimos varios los que nos dirigimos a Espadas a finales del año pasado planteándole la necesidad de que tenía que dar un paso hacia delante y podía representar lo que los andaluces necesitan. Por la cabeza de Juan no había pasado ser candidato”, ha rememorado en alguna ocasión Reyes, al frente de la traición al “susanismo”.

Juan Espadas y Susana Díaz se saludan tras conocerse el resultado de las primarias del PSOE-A.
Juan Espadas y Susana Díaz se saludan tras conocerse el resultado de las primarias del PSOE-A. EP

Espadas encajaba en el casting que, con el apoyo de Madrid, un grupo de otrora cercanos a la ex presidenta había iniciado. “Juan era la mejor opción porque gobierna en la ciudad más grande de España en manos del PSOE y ha demostrado capacidad de diálogo y experiencia en el Gobierno de Andalucía. Yo le hice llegar a él que podía ser la primera vez que un representante del municipalismo pudiese ser presidente de la Junta”, ha indicado Reyes, reconociendo que no figuraba entre los candidatos que manejaba inicialmente Ferraz.

Ha logrado sumar a distintas sensibilidades del partido y los militantes querían cambio. El tiempo de Susana había pasado

JUANFRAN SERRANO, DIPuTADO DEL PSOE-A

Una vez convencido, Espadas reunió en torno a él dirigentes socialistas que “habían hecho autocrítica” sobre la pérdida de San Telmo, una tragedia para unos cuadros que durante 37 años vivieron cómodamente de la Junta. “Ha logrado sumar a distintas sensibilidades del partido y los militantes querían cambio. El tiempo de Susana había pasado”, argumenta en conversación con este diario Juanfran Serrano, diputado socialista por Jaén. “Yo personalmente hice mi análisis después de que perdiéramos cerca de medio millón de votos en las autonómicas”; añade.

Sus acólitos destacan de él su tendencia a evitar las polémicas, “su humildad y su demostrada gestión”. “Estamos muy cansados de las etiquetas internas”, deslizan. En su carta de apoyo, en las postrimerías de las primarias, Rafael Escuredo, el primer presidente de la Junta, alegó que “el pueblo andaluz está cansado de tanto ruido y descalificaciones personales y busca en políticos el diálogo y el talante conciliador que siempre han caracterizado a Espadas”.

El elegido -que comparte moderación y tranquilidad con su contrincante, el popular Juanma Moreno- ya ha avanzado de que permanecerá como regidor hasta la convocatoria de las elecciones autonómicas que deberían celebrarse en 2023 pero que, con el viento a favor de las encuestas, el popular podría adelantar. También ha desvelado que aspirará a la secretaría general de PSOE-A en el próximo congreso, que debe celebrarse antes de finales de este año.

La incógnita ahora es si Díaz, como ha manifestado, permanecerá al frente de la organización hasta entonces o -como le pide Ferraz- dimitirá y dejará paso a una gestora. “Hay tres escenarios posibles. Si dimite Susana, se pondrá una gestora y si Ferraz quiere, forzará una gestora. La tercera posibilidad es la que ella misma planteó el domingo, continuar durante seis meses”, subrayan desde su entorno. Lo que dan por hecho es que dejará de liderar el grupo socialista en el Parlamento, una tarea para la que suena la jienense Ángeles Ferriz. “Ferraz ya ha dicho que no quiere que siga al frente y que quiere cambios profundos en el grupo parlamentario”, admiten sus allegados.

Susana ya ha dicho que no se dimite del socialismo y el feminismo y que ella estará donde sea necesario

FUENTES DE LA CAMPAÑA DE SUSANA DÍAZ

Espadas tendrá que lidiar con Susana y sus huestes. “Creo que debería retirarse dignamente pero tiene cerca de un 40 por ciento de apoyos y se ha comprometido con mucha gente que la ha defendido y luchado por ella. Y eso se gestiona mejor quedándose”, opina Hierro, escéptico con el futuro inmediato. “Resulta difícil que una confrontación electoral no deje huellas. No va a ser una cuestión sencilla. Ya lo vivimos en el PSOE en el pasado. Hubo dirigentes que se amaban y acabaron sin hablarse y adoptando medidas para quitar a los partidarios de su adversario”, explica el ex candidato.

En las filas "susanistas" confían en la clemencia de Espadas para evitar salidas traumáticas. “Ahora es tiempo para reflexionar y recuperar fuerzas. Susana ya ha dicho que no se dimite del socialismo y el feminismo y que ella estará donde sea necesario. Es cierto que los políticos de raza y más una mujer que solo tiene 46 años todavía pueden tener mucho espacio en política”, dicen vagamente desde su equipo. Su destino, en cualquier caso, está en manos de un viejo compañero de partido, el que la defendió durante años y terminó arrebatándole el poder y los focos.