En pleno debate por el "perdón" del Papa a México por los "pecados" de la conquista española, Pablo Casado ha intentado calmar los ánimos y acallar las voces más críticas dentro de su partido contra el Pontífice reivindicando los "lazos históricos" entre España y México, sin alusión alguna a la polémica alimentada por dirigentes como Isabel Díaz Ayuso o José María Aznar. "El mestizaje, el aprendizaje y la aportación mutuas construyeron sociedades mejores", afirmaba el jefe de la oposición ante Felipe Calderón. El ex presidente mexicano participaba este viernes en un coloquio del PP en la quinta jornada de su convención nacional, que aterriza hoy en Cartagena.

Pablo Casado prefiere rodear el charco en el que algunos de sus colaboradores se han metido de lleno. Sin ir más lejos, ayer lo hizo su mentor político, José María Aznar. El ex presidente del Gobierno rompió este jueves el tono moderado que, salvo excepciones, había caracterizado a los debates que se han sucedido en la convención nacional del PP desde que arrancó el lunes en Santiago. Entre otros puntos, Aznar negó la existencia de una España "plurinacional" ni "la madre que los parió"; recomendó al actual presidente del PP dar la batalla cultural para no convertirse en un "político marioneta"; y se rebeló contra los nacionalismos, contra Sánchez, contra los "enemigos de la democracia liberal" y contra el "indigenismo", que el histórico dirigente del PP considera como el "nuevo comunismo" de Latinoamérica.

Pero no se quedó ahí. Tras asegurar que él no engrosaría "las filas de los que piden perdón lo diga quien lo diga", en relación a las disculpas del Papa Francisco a México, Aznar llegó a burlarse del actual presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, por pedir también perdón a algunas comunidades indígenas por "las guerras de exterminio" durante el proceso de colonización. "Si no hubiesen pasado algunas cosas, usted no estaría ahí ni se podría llamar como se llama, ni podría haber sido bautizado, ni se habría producido la evangelización de América", contradecía el ex presidente del PP, sólo segundos después de ridiculizar al máximo mandatario mexicano. "Pero, ¿usted cómo se llama?", interpelaba. "Andrés por los aztecas; Manuel por los mayas; López es una mezcla y Obrador, de Santander", ironizaba.

Para finalizar su cruzada contra "los que piden perdón por todo", Aznar censuró también que el Gobierno español callase ante el movimiento del "indigenismo" que, aseguró, "se puede volver contra España". Y zanjó: "Por defender la importancia histórica de la nación española, por defender su historia con sus claros y sus oscuros, con sus aciertos y sus errores, yo estoy dispuesto a sentirme muy orgulloso". Aznar sólo se limitó a seguir la veda abierta por Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid, desde Washington, ya cargó esta semana contra el Papa Francisco por sus palabras y le pidió que "reflexionara". "El catolicismo llevó la civilización a América", afirmó.

Ofensa a la "dignidad" de México

Las palabras de José María Aznar en el cónclave del PP no han caído en saco roto. Este viernes, el Movimiento Regeneración Nacional que dirige el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha publicado un comunicado en el que acusan al ex presidente del Gobierno de "ofender abiertamente" la "historia" y la "dignidad" del país con sus palabras. No contentos con la réplica, la formación de Obrador ha vinculado al Partido Popular con el "franquismo". "No nos sorprende que un instigador bélico niegue el genocidio indígena en nuestro continente y haga aplogía de la evangelización católica, teniendo en cuenta los abusos ejercidos por miembros de la corona española", zanjan.

Por si fuera poco, el líder del Movimiento Regeneración Nacional en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, ha respondido a la afrenta de Aznar comparando su nombre con el de los "asnos". "Así que origen es destino, se convirtió en uno de ellos. Qué duda cabe", zanjaba en Twitter.