España

Casado descarta la entrada de Vox en los gobiernos del PP: "Se tendrán que retratar"

El presidente del PP, Pablo Casado.

El presidente del PP, Pablo Casado. EP

Con la reciente ruptura de Vox y PP en la Junta de Andalucía o en el Ayuntamiento de Madrid, el presidente nacional, Pablo Casado, ha incidido en la premisa de que su objetivo de cara a los próximos procesos electorales pasa por "no depender de nadie" para gobernar, ni en autonomías y municipios ni tampoco a nivel nacional. En un claro mensaje dirigido a los de Santiago Abascal y con motivo del balance del año que también ha realizado el jefe de la oposición, Pablo Casado ha reivindicado que siempre que el PP tenga "más escaños que la suma de los partidos de izquierdas y nacionalistas", el resto de partidos de la Cámara tendrán que decidir "que se repitan las elecciones, una abstención o su apoyo", cerrando la puerta a la exigencia de Vox de condicionar desde dentro los gobiernos del PP.

El líder del PP aboga, por tanto, por el modelo que se ha seguido en los últimos procesos electorales y que revalidó Isabel Díaz Ayuso en Madrid el pasado 4-M, cuando las siglas que ella representaba sumó más escaños que toda la izquierda madrileña y rozó la mayoría absoluta, un resultado que mantuvo a raya a Vox y limitó su capacidad de influencia en el ejecutivo. Sucedió lo mismo en otros procesos electorales anteriores, como en Murcia o Andalucía, donde los de Santiago Abascal apoyaron desde fuera los ejecutivos de coalición de PP y Ciudadanos. Sin embargo, con los naranjas fuera de juego, Vox se ha movilizado para hacer valer sus votos. "El Gobierno será con Vox o no será", reivindicó por ejemplo Macarena Olona hace unas semanas.

"No vamos a renunciar a nuestro programa, ni tampoco a nuestros principios y valores. Nuestro objetivo pasa por no depender de otros partidos políticos, gobernar con las manos libres", reivindicaba el presidente del PP. "Con todo el respeto a los demás partidos, lo que decimos es que queremos gobernar en solitario. Son ellos los que se tendrán que retratar (...). Lo importante es que no sigamos dependiendo de gobiernos de coalición, y esto convencido de que lo lograremos", insistía Pablo Casado, que ejemplificaba la "inestabilidad" manifiesta de estas fórmulas electorales primero en Murcia, luego en Madrid y ahora en Castilla y León, donde Alfonso Fernández Mañueco ha adelantado elecciones por una presunta operación oculta urdida por Ciudadanos y PSOE para desbancarle del poder.

Casado diluye el 'efecto Ayuso'

En su última comparecencia del año, Pablo Casado ha evitado mencionar "nada" sobre "cuestiones orgánicas", como ha denominado a la crisis interna que ha sacudido al PP en los últimos meses con motivo de la guerra por el control del partido en Madrid, al que Isabel Díaz Ayuso opta y cuya aspiración evita respaldar Génova. Tampoco ha querido concretar nada sobre el calendario de congresos autonómicos -el de Madrid y otros territorios sigue pendiente de fecha- y ha pedido "centrar" todos los "esfuerzos" en la campaña para las autonómicas en Castilla y León, que arranca en breve.

Sí ha enviado varios mensajes velados llamados a 'diluir' el 'efecto Ayuso', situando el momento en que el PP comenzó a subir en las encuestas en el momento en que Ciudadanos presentó una moción de censura contra Fernando López Miras en Murcia, y no tras el éxito de Ayuso el 4-M, cuando el PP se disparó definitivamente a nivel nacional. Ha equiparado, además, la labor "extraordinaria" de "todos" los presidentes autonómicos sin caer en individualismos, y ha abogado por un partido unido ante los dos próximos desafíos electorales: Andalucía y Castilla y León. "No vamos a dedicar ni un minuto a hablar de cuestiones orgánicas que lamentablemente ocupan mucho espacio en los medios de comunicación", zanjaba.

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