Una victoria insuficiente para el Partido Popular (PP). Esta es la conclusión de los sondeos electorales para los comicios autonómicos que se celebrarán en Castilla y León el 13 de febrero. Las encuestas señalan que el actual presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, conservará el cargo, eso sí, muestran la necesidad de un pacto con Vox para formar gobierno o, por lo menos, la abstención de la agrupación que encabeza Juan García-Gallardo, quien ya ha avisado en El Independiente del precio de su respaldo: "O se aplican las políticas de Vox o el PP no gobernará en Castilla y León".

La media de las encuestas publicadas por El Mundo, RTVE, elDiario.es y El Electoral deparan una clara mejoría para el PP, que pasaría de los 29 escaños obtenidos en las elecciones de 2019 a conseguir 35, con un 35,3 % de los votos, casi cuatro puntos más que en aquella ocasión. La demoscopia relega a Luis Tudanca y al PSOE a una segunda posición con la que obtendrían 28 procuradores, siete menos que hace tres años. El cambio más destacado, como ocurrió a nivel nacional, concierne a Ciudadanos y Vox. La formación naranja, que ahora cuenta con 13 miembros en las Cortes, sufriría el varapalo de ver disminuida su representación hasta dos parlamentarios. El efecto contrario en Vox, al que los barómetros sitúan con nueve escaños, ocho más que en 2019.

El resto de la tarta parlamentaria se repartiría de la siguiente manera: tres escaños para Unidas Podemos, tres para Unión del Pueblo Leonés y uno para Por Ávila. No hay que descartar la presencia de plataformas como Soria ¡YA! y España Vaciada, que no sería sorpresa que consiguieran representación. El candidato de Unidas Podemos, Pablo Fernández, mejoraría en más de dos puntos el resultado obtenido por el partido hace tres años, lo que se traduce en dos parlamentarios más.