En este tercer capítulo de nuestra serie sobre las raíces de los problemas a los que se enfrenta la cultura política española conversamos con José María Marco, autor del recientemente publicado Azaña. El mito sin máscaras (Encuentro) donde culmina toda una trayectoria intelectual dedicada a estudio del político alcalaíno. Además, Marco es escritor, pensador, profesor en la Universidad de Comillas y uno de los intelectuales de referencia en la España de hoy.

Partiendo de la figura compleja y atormentada de Manuel Azaña hoy examinamos la realidad, compleja y atormentada, de la II República y la Guerra Civil. En el imaginario impuesto por ciertas élites intelectuales y políticas, ésta es la historia de un sueño – el de la España liberal, democrática, moderna y Europea – destruido por las fuerzas seculares del oscurantismo carpetovetónico: el clericalismo cerril, autoritarios recalcitrantes y fascistas.

A todas luces, esta narrativa es atractiva, siquiera por su sencillez, además de gratificante para aquellos que se consideran herederos de aquellas luces, a la par que víctimas de ese fracaso. Además, esta visión también recoge una verdad evidente: la II República y la Guerra Civil fueron, sin duda, un colosal y sangriento fracaso. Hoy evaluamos quién, exactamente, malogró el experimento y por qué.  

Acompañando a José María Marco hoy contamos, como de costumbre, con nuestro equipo habitual: Javier Collado, profesor de Historia del Pensamiento Político en la URJC;  el poeta y periodista Álvaro Petit Zarzalejos y David Sarias, director del podcast y profesor de Historia del Pensamiento Político en la Universidad Rey Juan Carlos. 

Preguntas para el diálogo:

  • ¿Fue Azaña representativo de los intelectuales y políticos de su era?
  • La República llegó a España entre una oleada de ilusión colectiva y entusiasmo popular. ¿Fue así? ¿Qué pasó con ese entusiasmo?
  • Todavía se presenta la historia de la II República como una historia de las dos Españas – aunque los términos originales de Machado y Chaves Nogales no se reconcilian del todo bien con la versión de una España buena y otra mala que vemos en el discurso público de hoy. Tratemos de ahondar.
  • Los Republicanos, como Azaña, ¿A qué aspiraban y para qué pretendían usar la República?
  • Frente a esa España de las luces y el progreso se encuentra, nos cuentan, la retrógrada, que se negó a aceptar la legitimidad republicana hasta culminar en el golpe fallido de 1936. ¿Es así? ¿Quiénes eran los adversarios de la República, en qué medida lo eran?

David Sarias Rodríguez es profesor de Historia del Pensamiento Político en la Universidad Rey Juan Carlos.