A pesar de la negativa ya expresada por Pablo Casado a pactar un gobierno de coalición con Vox en Castilla y León, el jefe del Ejecutivo cree que al líder del PP "le ha llegado la hora de la verdad", que no es otra que "decidir si abre las puertas a un gobierno con la ultraderecha o no".

Casado, ha agregado Sánchez, "creó una trampa y ahora está entrampado. Le gustaría que otros partidos le sacaran de esa trampa. Estamos dispuestos a ayudar, pero tiene que pedir ayuda, explicar porqué la ultraderecha no puede entrar en los gobiernos o si es para todos los días, para siempre y para todos los territorios", ha subrayado durante la sesión de control al Gobierno en una línea parecida a sus palabras desde el Senado este martes.

A lo más que ha llegado Casado ha sido a recordar que Sánchez "ha perdido cuatro elecciones, incluso como tercera fuerza política y eso que ha hecho trampas con el CIS, con el BOE y hasta con los fondos europeos, pero ni con esas", aunque no ha aludido en ningún momento a su endiablada situación, que coloca a Castilla y León ante el riesgo de una repetición electoral.

Abascal ha eludido responder al portazo de Casado

Sánchez le ha pedido no degradar las instituciones, "que significa responder con buenas formas a los improperios. Entre todos podemos contribuir a mejorar nuestra democracia" que pasaría por desbloquear la renovación del GCPJ, no ir a Europa a cuestionar los fondos europeos, no pactar con tránsfugas "y no difundir infundios sobre las votaciones en el Congreso", en alusión a la equivocación del diputado popular Alberto Casero que hizo posible que la reforma laboral saliera adelante,

Por su parte, Santiago Abascal ha eludido hablar de Castilla y León y preferido hablar "de los problemas de la gente", como la dependencia energética y el precio de la luz. Ni siquiera ha aprovechado para responder al portazo de Casado.

Sánchez espeta a Rufián que "nadie me da carnés de izquierda y menos ustedes" y éste avisa que tendrá que "hacer las maletas" de Moncloa

Especialmente agrio ha sido el intercambio de Sánchez con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. Las heridas por el voto contrario a la reforma laboral de los independentistas siguen abiertas. "Siempre pasa algo con la izquierda soberanista cuanto intenta dar lecciones a la izquierda española. Nadie me da carnés de izquierda y menos ustedes. Decir que La reforma laboral la hubiera pactado Rivera es un insulto a los sindicatos. ¿considera que está más a la izquierda que los sindicatos? No es mi caso. Hicieron un ejemplo de patriotismo y se lo agradecemos", ha reprochado Sánchez, para agregar que sigue "con la mano tendida para esa mesa de diálogo" con la Generalitat para la que Moncloa no tiene ni fecha ni prisas.

Poco antes Rufián le había espetado que "o hace políticas de izquierdas e impulsa la mesa de diálogo o hace las maletas de Moncloa", una advertencia, en todo caso, de corto recorrido.