Pablo Casado afronta las horas más críticas en la presidencia del PP, que pueden ser las últimas. La corriente de dimisiones que este martes le ha dejado sin portavoz del partido a escala nacional y sin secretaria nacional de Emigración, son sólo la punta de un iceberg cuya totalidad, prácticamente, permanece, de momento, oculta. Este lunes, durante el cónclave eterno en Génova, que mantuvo al Comité de Dirección reunido desde las diez de la mañana hasta las nueve de la noche, el líder popular asistió en directo a la pérdida de apoyos internos hacia su persona. Tanto en el conjunto del partido, como en el propio comité, que alberga, teóricamente, al núcleo duro del presidente.

El encuentro, convocado inmediatamente después de las protestas a favor de Ayuso frente a la sede nacional, fue tensa. Allí coincidieron las once personas íntimas de Casado, con la gran ausencia de José Luis Martínez-Almeida. Acudieron el secretario general Teodoro García Egea y su jefe de prensa Pablo Cano -como acompañante, no es parte del comité ni intervino-; la portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra; el portavoz del Senado Javier Maroto; Pablo Montesinos, vicesecretario de Comunicación; la vicesecretaria de Política Social Ana Pastor; la portavoz europea Dolors Montserrat; Andrea Levy, presidenta del Comité de Derechos y Garantías; Antonio González Terol, vicesecretario de Política Territorial; Jaime de Olano, vicesecretario de Participación; Ana Beltrán, vicesecretaria de Organización; y Elvira Rodríguez, vicesecretaria de Acción Sectorial.

Según ha podido confirmar El Independiente con fuentes del PP, de los once cargos teóricamente 'casadistas' que asistieron a la reunión, sólo cuatro trasladaron su total compromiso y fidelidad al liderazgo de Casado. Esos apoyos fueron el del secretario general García Egea, la mano derecha del presidente y cuya salida de la cúpula puede ser inminente; y el de Montesinos, Beltrán y González Terol. Menos de un tercio de los congregados.

El martes por la tarde, Javier Maroto ha dejado constancia de su negativa a Casado, y ha solicitado la organización de "un congreso extraordinario de forma urgente", porque "lo necesita el PP y lo necesita España".

Le han seguido Andrea Levy, Cuca Gamarra y Dolors Montserrat unos minutos después. Levy también ha comunicado que solicitó la baja del comité: "Tal como solicité ayer, después de presentar mi renuncia en el Comité de Dirección, pido la convocatoria de un Congreso Extraordinario. ¿A qué se está esperando? Lamento con mucho dolor y tristeza el espectáculo dado estos días. No lo merecen nuestros afiliados ni nuestro país".

"Pensemos todos en el PP y en España. Nos necesitan y se lo debemos", ha mencionado Gamarra, pidiendo como Maroto y Levy "un congreso extraordinario con unidad para superar esta situación". Con esa misma solicitud, Montserrat ha indicado que no se puede "alargar más la agonía que vive el partido".

Un comité tenso

Poco se conoce de los temas que se abordaron durante la jornada. Ni el partido ni los propios dirigentes allí reunidos comparecieron o hicieron declaraciones públicas. Sin embargo, sí se ha podido conocer que, en el desarrollo de las conversaciones en Génova, hubo momentos incómodos y de considerable tensión.

En un momento concreto de la reunión, y señalando a García Egea que su destino estaba fuera de la Secretaría General del PP, éste afirmó con contundencia "por mis pelotas que no voy a dimitir". El registro empleado por el murciano sorprendió a los allí presentes, que apuntaron a él y a Casado que no tenían pruebas sólidas con las que sostener las graves acusaciones vertidas sobre Isabel Díaz Ayuso. Elvira Rodríguez fue uno de los miembros que lo expresó.

La respuesta de García Egea a la vicesecretaria de Acción Sectorial popular fue aún más sorprendente: "calla que tu nunca has pintado nada". Tanto que la vicepresidenta segunda del Congreso y vicesecretaria de Política Social, Ana Pastor, que estaba sentada a su lado, se quedó "de piedra". Y con ella, el resto de la sala.

El declive de Casado y García Egea

El tándem Casado-García Egea está a punto de desmoronarse. El presidente del PP ha perdido la mayor parte de sus apoyos en el partido y el último bastión que le quedaban, el de Murcia, ha caído esta mañana cuando Fernando López Miras ha pedido la convocatoria de un Congreso Extraordinario. Le han precedido las renuncias de Ana Vázquez en la cúpula de la formación, abandonando la Secretaría de Emigración, y la de Belén Hoyo, del Comité Electoral y una de las más comprometidas con el proyecto de Casado.

Quizá la salida más dolorosa de la jornada ha sido la de José Luis Martínez-Almeida, que a primeras horas de la mañana, daba a conocer que dejaba la portavocía nacional del PP.

El golpe más duro del día, en cambio, se ha producido justo después de la maniobra de Martínez-Almeida. Tras la reunión del Grupo Parlamentario Popular (GPP) en el Congreso de los Diputados, los portavoces conservadores han firmado un comunicado sonde han solicitado la baja inmediata de García Egea. Uno de los implicados, el portavoz adjunto Mario Garcés, ha expresado que "es el final de una forma indeseable de hacer política en manos de una persona que nunca debió ser Secretario General del PP".