Los gestos y la escenografía son de vital importancia. Bien lo saben los expertos en protocolo. El decorado palaciego en el que Pedro Sánchez fue agasajado a última hora de este jueves con un abundante banquete de iftar ha despertado un río de críticas. El detalle que ha encendido a las redes sociales es la bandera española y la que parece su posición equivocada, "boca abajo".

"Nadie del equipo del presidente ha sido capaz de ver cómo está nuestra bandera, boca abajo", señala Javier Vila de Savenelle de Grandmaison, socio de una consultoría en protocolo. Fuentes de La Moncloa minimizan el incidente en declaraciones a El Independiente. Se trata, dicen, de un error humano.

El desliz ha alimentado chascarrillos y críticas en las redes sociales. No pocos se han interrogado por la responsabilidad de la delegación de La Moncloa que acompañaba a Sánchez y su misión de revisar el escenario de un encuentro que cierra once meses de crisis diplomática y supone un giro copernicano en la posición de España respecto al contencioso del Sáhara Occidental.

Vila admite la complejidad del país vecino en asuntos de protocolo y códigos. "No recuerdo viaje sin algún contratiempo", confirma el experto a través de su cuenta de Twitter. La de anoche se suma así a los anales de unos tensos lazos diplomáticos que La Moncloa quiere dejar atrás "con la voluntad de abrir una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, basada en el respeto mutuo, la confianza recíproca, la concertación permanente y la cooperación franca y leal".