"Enhorabuena, amigo!!! Con nuestros más y nuestros menos, te lo mereces. Ahora cabeza, ehhhh? Abrazo fuerte", escribió el 27 de marzo de 2020 el empresario Alberto Luceño a su socio Luis Medina, con quien se habría repartido 5,6 millones de euros en comisiones gracias a haber inflado el precio del material sanitario que ofrecieron al Ayuntamiento de Madrid en el peor momento de la pandemia, cuando los muertos por el coronavirus ascendían a 2.090 en la capital española y 4.089 en todo el país.

Tres días antes el consistorio, a través de la Empresa de Servicios Funerarios y Cementeros de Madrid SA, comenzó a ordenar los distintos pagos para que la empresa malasia Leno M SDN BHD a la que representaban los españoles como intermediarios comenzara a enviar un millón de mascarillas KN95; 2,5 millones de guantes de nitrilo y medio millón de test rápidos por un precio total de 14,7 millones de euros que habían firmado en tres contratos.

Dichos precios, que según la querella que presentó la Fiscalía Anticorrupción a principios de mes habrían inflado los dos comisionistas "en un 60% en el caso de las mascarillas, en un 81% en el de los guantes y en un 71% en el de los test", les permitieron obtener un "exagerado e injustificado beneficio económico" que el fiscal cifra en 5,1 millones de dólares para Luceño y casi un millón (algo más de 900.000 euros) para Medina.

Los bancos les pidieron explicaciones

Ambos recibieron dichas cantidades en cuentas españolas desde la empresa malaya Leno. Un ingreso que, ya de por sí, alertó a sus entidades en Madrid, desde donde se les pidió que justificaran "la naturaleza y el origen de los fondos recibidos" mediante el mecanismo antiblanqueo que siguen habitualmente los bancos cuando perciben transferencias de tal cuantía y de origen sospechoso.

En aquel momento Luceño -ahora investigado por el juez Adolfo Carretero por los presuntos delitos de estafa, blanqueo y falsedad, igual que Medina- contestó a dicho requerimiento con una carta en la que se presentó como agente exclusivo de la compañía malasia para el suministro y obtención de productos de carne congelada (incluidos productos de protección sanitaria) para su importación y exportación a China y otros mercados asiáticos en los que falsificó la firma del director de la compañía a la que representaba, según ve claro el Ministerio Público.

Cuando comenzaron a recibir los pagos, Luceño dijo a su socio en la operación: "Pa'la saca..."

Cuando comenzaron a recibir los pagos, Luceño afirmó a su socio en la operación: "Pa'la saca...", según otro correo intercambiado con Medina el 30 de marzo de 2020 y recogido en el sumario al que tuvo acceso El Independiente. El empresario, que había recomendado días antes a su compinche "tener cabeza", no pareció cumplir dicha recomendación para sí mismo, pues poco después del multimillonario cobro, el día 8 de mayo, abrió una cuenta en la oficina de una entidad bancaria en Madrid capital, donde tenía su cuenta personal, y depositó 3,35 millones de euros con el concepto 'Comisiones pendientes'. Con ese dinero compró una vivienda en Pozuelo de Alarcón (Madrid) por 1,1 millones de euros en octubre de ese año y una flota de coches de alta gama. En concreto un Aston Martin; un Porsche Panamera; un Lamborghini Huracan Evo Spider; un McLaren 720S y un Mercedes A 200 AMG por 1 millón y 28.000 euros.

También costeó unas vacaciones de 60.000 euros en un hotel de Marbella y compró tres relojes Rolex por un valor de 42.450 euros, así como los siguientes vehículos: Aston Martin DB11; Ferrari 812 Superfast; Mercedes AMG GT 63S; Mercedes SCL 300; Range Rover Sport; KTM X BOW y BMW I8 Roadster por un valor de 1.034.000 euros. Todos estos gastos fueron sufragados directamente desde su cuenta personal.

Inscribió el yate en una sociedad gibraltareña

Otra entidad bancaria muy próxima a la plaza de Colón de Madrid donde Medina tenía sus cuentas también le requirió que explicara el origen del cerca de millón de euros que recibió como comisión. Éste pidió a Luceño los documentos acreditativos con los que había intentado zafarse de una investigación. La documentación que presentó Medina tampoco fue auténtica, sino que la elaboró Luceño a raíz de los papeles que él mismo presentó a su banco.

Medina transfirió la práctica totalidad del dinero a otra cuenta a su nombre en la misma oficina y adquirió el ya famoso yate modelo Eagle 44 al que llamó Feria -como el título nobiliario que ostentaba su padre, el ya fallecido XIX duque de Feria y heredado por su hermano, Rafael Medina Abascal- que le costó 325.515 euros. Inscribió la embarcación en una mercantil de Gibraltar, Southverseas Global Limited, en la que figura junto a su hermano, según un informe policial que obra en las actuaciones.

También adquirió dos tipos de bono (Nota Global Dividend 10-50 y Nota Phoenix MSCI World) por 200.000 euros cada uno que ya no figuran en sus cuentas españolas.

En la investigación de la Fiscalía, que arrancó el 19 de noviembre de 2020, se pidió información y documentación sobre los contratos tanto al Ayuntamiento de Madrid como a los directores jurídicos de Bankinter y Caixabank y a la Unidad de Apoyo a la Fiscalía de la Agencia Tributaria.