La diputada de Ciudadanos en el Congreso Sara Giménez ha arremetido este martes contra la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, durante el debate por la abolición de la prostitución, al espetarle que "quien se acostó con las hijas de otros fueron sus compañeros de Andalucía", en referencia a los pagos en prostíbulos mediante tarjetas de la Junta que salpicaron a varios militantes del PSOE en 2018.

El dardo se ha producido en la misma jornada en la que Lastra ha abogado desde la tribuna del hemiciclo del Congreso por la abolición de la prostitución, tras recordar que se estima que hay en España 45.000 mujeres explotadas sexualmente: "En una democracia las mujeres ni se compran ni se venden".

"La explotación sexual, el comercio con el cuerpo de las mujeres es el último residuo del sistema esclavista", ha recalcado para defender la proposición de ley socialista que busca perseguir penalmente a los proxenetas y multar a los puteros.

La norma ha abierto divisiones en el bloque de la investidura, pero previsiblemente saldrá adelante esta tarde en el pleno.

Lastra, que ha recordado que hace más de 90 años, apenas un mes después de aprobarse la constitución republicana, se planteó la abolición de la prostitución en la Cámara, se ha preguntado cuántas décadas más habrá que esperar para acabar con una práctica que vulnera los derechos humanos y supone una violencia contra la mujer.

"Este es el momento, este es el tiempo y esta es nuestra responsabilidad", ha subrayado la dirigente socialista y ha llamado a los grupos de la izquierda reticentes al defender a ultranza la libertad de las mujeres para ejercer la prostitución.

Ante esas posiciones, ha recordado que, de acuerdo con la ONU, las mujeres y las niñas suponen el 80 % de las víctimas de trata detectadas en Europa occidental; y que el 95 % son explotadas para la prostitución.

"No hay libertad en los prostíbulos"; "No es posible un país en igualdad mientras se vende el acceso al cuerpo de las mujeres en carreteras, polígonos y pisos"; "Quien decide por necesidad no decide libremente", ha insistido.

Tras abogar por un pacto para acabar con la impunidad del proxenetismo y combatir una práctica que "perpetua el machismo", ha asegurado que saben que se enfrentan a un negocio que mueve miles de millones de euros y que habrá presiones y manipulaciones, pero ha afirmado que "la libertad de las mujeres no tiene precio".