La dirección nacional del PP considera que Juanma Moreno tiene que ser algo más agresivo en el debate electoral en lugar de adoptar un perfil tan conservador como hizo hace una semana en el encuentro mantenido con los otros cinco candidatos en TVE. Su estrategia fue evitar en todo momento el 'cuerpo a cuerpo' para resaltar su imagen moderada y, especialmente, no incurrir en ningún error que pudiera restarle votos.

Canal Sur Televisión acoge esta noche (21 horas) el segundo debate a seis con motivo de las elecciones generales del 19-J. Será seis días antes de que se abran las urnas y tan sólo unas horas después de que se hayan publicado los últimos sondeos, que señalan unánimemente al líder de los populares andaluces como claro ganador. La encuesta flash del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que no hace proyección de escaños, le otorga casi 12 puntos de ventaja sobre Juan Espadas (PSOE).

Durante el cara a cara de la pasada semana en TVE, Moreno Bonilla no se quitó en ningún momento el traje de político templado que busca concentrar el voto de Ciudadanos ante el descalabro que se pronostica y atraer a electores socialistas moderados en su intento por alcanzar una mayoría suficiente que le permita gobernar sin tener que apoyarse en Vox, a diferencia de lo que ha tenido que hacer Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León.

"Es evidente que soy el hombre de moda esta noche, voy a ser el receptor de todos los palos, la diana de todo", aireó Moreno Bonilla el pasado lunes a los 20 minutos de iniciarse el debate al comprobar los dardos que le hacía la oposición, especialmente Macarena Olona (Vox). La defensa más encendida a la gestión de los últimos años la hizo Juan Marín (Ciudadanos), vicepresidente en su gobierno y quien abiertamente expresó su deseo de reeditar el pacto con el PP. Varias encuestas apuntan a que la formación naranja puede quedarse fuera del Parlamento autonómico: de 21 a cero diputados.

Evitar el 'cuerpo a cuerpo'

Uno de los objetivos estratégicos en la campaña electoral de los populares es no incurrir en errores de los que puedan beneficiarse sus adversarios. El viento de los sondeos sopla a su favor y, salvo hecatombe, las papeletas con el logotipo del PP serán las que más se introduzcan en las urnas el próximo domingo. Esas expectativas son las que llevaron a Moreno Bonilla a no entrar en provocaciones, a eludir el 'cuerpo a cuerpo' -especialmente con Olona- y a no apartarse de la imagen de líder moderado que ha fraguado en sus tres años y medio en San Telmo.

Sea como fuere, fuentes de la dirección nacional del PP consideran que Juanma Moreno debería haber sido algo más agresivo en el debate del pasado lunes y no haber dejado pasar algunos balones, a los que sí salió de forma más expeditiva el líder andaluz de Ciudadanos. Por ejemplo, cuando la candidata de Vox acusó al bipartito de haberse limitado a "gestionar el cortijo socialista". "Han vivido muy cómodos", reprochó. "¿Sabe usted lo que es gestionar una pandemia para ocho millones y medio de andaluces?", le replicó Marín después de preguntarle si ella -abogado del Estado en excedencia- había gestionado algo en su carrera profesional.

No hay motivos para pensar que Juanma Moreno, reforzado por las encuestas, vaya a afrontar el debate de manera distinta a como lo hizo hace una semana. En su condición de aspirante a la reelección, volverá previsiblemente a concentrar todas las críticas, especialmente en política social. La sanidad, la educación y la igualdad constituirán el eje del primer bloque argumental, al que seguirán otros dos: empleo, economía y fiscalidad, y política territorial, financiación autonómica, regeneración, pactos poselectorales y desafíos de Andalucía.