Cinco personas estuvieron en la cúpula de iDental durante los escasos cuatro años que la cadena dental de bajo coste estuvo abierta. Sus fundadores, el odontólogo Antonio Javier García Pellicer y el informático Vicente Castañer, la fundaron y gestionaron hasta el 30 de septiembre de 2017. Desde ese momento y hasta el cierre de las clínicas en 2018 lo hicieron Luis Sans y los hermanos Juan y José María Garrido, socios en el fondo Weston Hill. Los cinco han declarado hoy por primera vez ante el juez Félix Alfonso Guevara en la Audiencia Nacional, que les juzga por administración fraudulenta, estafa, apropiación indebida, falsedad documental, lesiones y un delito contra la salud pública.

La primera vista oral se celebra por la pieza separada de la Seguridad Social, a la que se les acusa en conjunto de haber defraudado 23,6 millones de euros. Cuatro años después del cierre de las clínicas, la cúpula ha defendido su gestión ante la sala. Se ha recordado la evolución del negocio que dejó miles de pacientes sin tratar y con secuelas en su salud. La instrucción lleva dos años prorrogando la instrucción de la causa y son ya 18.000 los pacientes que reclaman por tratamientos inacabados y mala praxis en estas 26 clínicas repartidas por toda España.

Dos etapas, dos estilos ante el juez. Los fundadores han acudido ante el juez en mangas de camisa; García Pellicer de cuadros y azul lisa Castañer. Los tres socios de la segunda parte, Sans y los Garrido, en traje de chaqueta. Todos han elegido responder a exclusivamente a las preguntas de su abogado excepto Sans, que ha respondido ante la Fiscalía y la Tesorería de la Seguridad Social. Su declaración ante las defensas seguirá el martes.

Cada uno de ellos ha tratado de defender su etapa ante la compañía, aunque en lo que a Seguridad Social se refiere en las dos se habrían producido impagos de nóminas y seguros sociales. Para todos ellos la pena pedida por la fiscalía es la misma, seis años de prisión, además de multas de 46,1 millones de euros para los fundadores y 90,3 millones para los socios posteriores. Además, se juzga como colaboradores a José Luis González y Domingo Bejarano, a los que se piden tres años de cárcel y multas de 41,9 y 3,2 millones de euros.

Antonio Javier García Pellicer

El fundador de la compañía, odontólogo de profesión, ha declarado que se unió a su amigo de la infancia Vicente Castañer para crear "un proyecto que hiciera la odontología accesible" pero que se vieron sobrepasados por el éxito. "No esperábamos el éxito y la aceptación que iba a tener. Nos vimos desbordados", ha asegurado ante el juez.

García Pellicer ha vertido en los medios de comunicación la responsabilidad del colapso de la compañía bajo su mandato a finales de 2016. "A finales de 2016 hay una crisis en el sector dental, que empezó con el cierre de unas clínicas de barrio en Madrid [Funnydent] tuvo una repercusión mediática enorme y al poco tiempo saltó el escándalo Vitaldent", ha relatado, "aquello revolvió el sector dental y los medios de comunicación, apuntándonos con el dedo y diciendo que íbamos a ser los próximos en caer. Como si fuese esto una cadena de dominó". El dentista, que actualmente trabaja como odontólogo en Reino Unido, ha proseguido: "Decían muchas mentiras sobre nosotros. Intentábamos defendernos pero iba a más y más. Eso supuso una crisis reputacional que acabó haciéndonos perder credibilidad frente a los bancos y las financieras".

Esa crisis, ha asegurado Pellicer, supuso que se quedaran sin financieras para captar a nuevos clientes, puesto que ha reconocido que más del 90% de los ingresos procedían de éstas. Ha asegurado también que diversos fondos rechazaron participar por esa falta de credibilidad y que fue una de las financieras con las que continuaron trabajando, Fracciona, la que les puso en contacto con el fondo Weston Hill: "La empresa nos debía dinero pero renunciamos a él, vendimos por un euro y nos comprometimos a darles la información necesaria para continuar con la gestión. Ellos nos pusieron como condición que nos fuéramos de la compañía".

Ambas partes firmaron un acuerdo de refinanciación en el que figuraban unas deudas aunque ahora Sans y los hermanos Garrido aseguran que hubo engaño. Para aquel entonces ya había cientos de pacientes con problemas y el Colegio de Dentistas de Madrid había denunciado la investigación de un centenar de dentistas de la compañía por mala praxis, cifras sin precedentes en el sector.

Luis Sans, el "sargento chusquero" de la segunda etapa

La venta de iDental se produjo en octubre de 2017 y los nuevos socios abonaron el pago de al menos tres nóminas que se debían a todos los trabajadores, en lo que emplearon, según ha defendido Luis Sans ante el juez, cinco millones de euros. El matemático, al que ahora se relaciona con la fallida fábrica de las Mascarillas Béjar, estuvo al frente de iDental entre octubre de 2017 y mayo de 2018, cuando sus socios le echaron de la dirección del fondo en una pelea interna.

Según el fiscal, en los tres años de gestión de Pellicer y Castañer se había generado una deuda a la Seguridad Social de 8,5 millones de euros y una segunda etapa en la que llegó a 16,6 millones. Aunque eran un trío al frente del fondo de capital riesgo Weston Hill, Juan y José María Garrido han declarado no tener poderes ni haber ejecutado ni dado órdenes en la compañía. Por su parte, Luis Sans ha hecho un símil de guerra para explicar cómo se organizaba la gestión: "La Administración es donde se produce la toma de decisiones. Ahí éramos tres generales. La gestión del día a día la hace el sargento chusquero y ese soy yo, bueno mi socio José María también, pero la gestión ya la han visto en el correo. Yo tengo 150.000 y el tiene 10.000, es decir, yo trabajaba y él no. Por ello la gestión del día a día caía más en mi cuenta".

Sans y los Garrido no llegaron a un año en la compañía, que gestionaron junto a la cadena Institutos Odontológicos Avanzados (IOA), desde la que traspasaron fondos millonarios a iDental. Durante todo aquel tiempo - en el que no se pagó a la Seguridad Social - los socios han reconocido que cobraron 40.000 euros mensuales. "El sueldo era inferior al que yo ganaba en Estados Unidos, pero era digno", ha afirmado Juan Garrido, que también ha asegurado no estar en la gestión: "No pisé ninguna clínica ni ningún laboratorio nunca".