Carles Puigdemont ha censurado este miércoles los resultados de la mesa de diálogo, que ERC considera un éxito. En un mensaje en sus redes sociales el ex president fugado en Waterloo tacha de "grave error" la renuncia a la unilateralidad que a juicio del independentismo subyace en el texto acordado por Gobierno y Generalitat para "superar la judicialización" en la relación entre ambas instituciones.

Puigdemont se remite a las declaraciones del ministro Félix Bolaños tras la reunión de la mesa, en las que gracias al acuerdo "nunca más una parte de Cataluña impondrá su visión sobre la otra". Una referencia nada velada al 1-O y a la fractura en dos bloques que se impuso en el Parlament para seguir adelante con el referéndum ilegal.

El independentismo más ortodoxo que tiene a Puigdemont como máximo líder -y que se agrupa en Junts, la CUP y la ANC- insiste en que la vía del diálogo es inútil y la única opción para conseguir la independencia es la unilateral, saltándose el marco institucional español.

A ello se refiere Puigdemont cuando advierte del "grave error" cometido por el Govern. Para el ex president, el problema no es que el independentismo impusiera su criterio. "El problema real es que a una parte, la que quiere la independencia, se le niega el derecho a poder hacer efectiva su visión, y sólo se considera legítima la visión de la otra parte, que se puede imponer sin problemas".

Oposición de Junts

La postura de Puigdemont afianza la negativa de Junts a incorporarse a la mesa de diálogo, tal y como le reclaman desde ERC, PSOE y Comuns. El secretario general de la formación, Jordi Turull, advirtió este domingo que no participarán en una "estrategia anestesiadora del independentismo".

Turull advirtió además que la mesa sólo sirve para "dividir más" al independentismo mientras los esfuerzos de Junts están concentrados en "recomenzar, volver a pasar a la acción" y a "recoser el independentismo". "Unos engañando y los otros reprimiendo, esto no ha avanzado", lamentó el número dos de JxCat, para quién el gobierno de Pedro Sánchez "no representa el Estado", ya que en España "mandan las togas".