Yasine Kanja fue el joven de 26 años que, en la tarde de este miércoles, sembró el terror en el centro de Algeciras. Acabó con la vida de un hombre, el sacristán de la Iglesia de La Palma, David Valencia.

Todo ocurrió alrededor de las 20 horas. Un poco antes, Kanja había discutido en una Iglesia de la zona con una mujer. Le gritó que su fe es falsa. Después se marcho, para volver con una chilaba y un machete blanco y negro de grandes proporciones.

Primero fue a la parroquia de San Isidro. Allí tiró imágenes al suelo y proferió gritos hasta que se encontró con el párroco, que intentó echarlo. Ya en la calle le dio un tajo en el cuello. Antonio, que se así se llama el religioso, se encuentra en el hopital muy grave pero estable.

De ahí recorrió unos 400 metros hasta llegar a Nuestra Señora de la Palma, un segundo templo. Ahí llegaría lo peor. En la iglesia volvió a tirar cruces y velas, subiéndose al altar. El sacristán le emplazó a irse, pero Yasine Kanja le rajó el abdomen con el machete y lo remató con un golpe en la cabeza. Por el camino dejó otra víctima, un joven también marroquí al que acusó de ser contrario al islam y dio un fuerte golpe.

Al abandonar la zona, Yasine se acercó a una tercera capilla, pero estaba cerrada. En las imágenes que se difundieron por redes se le pude ver pasear por la Plaza Alta, una zona céntrica, con el machete en la mano derecha. Incluso se le vio alzándolo y señalando al cielo. También llevaba una misbaha, una especie de rosario musulmán.

La Policía Local fue quien lo detuvo. De la investigación se ha hecho cargo la Policía Nacional, que ya lo interroga y rastrea cualquier pista que explique cómo un chico de 26 años se adoctrinó para llegar a matar en nombre de una religión. La principal línea de investigación es que se trate de un lobo solitario.