Daniel Sirera (Badalona, 1967) regresa a la política catalana para liderar la candidatura del PP a la alcaldía de Barcelona. Lo hace empujado por el viento de cola que supone el crecimiento del PP de Feijóo en todas las encuestas pero partiendo del peor resultado histórico de la formación en la capital catalana. Asegura que la suya es una apuesta a ocho años para que el PP esté en condiciones de batallar por la alcaldía y que no siente la presión del resultado para que su partido remonte en Cataluña.

Para conseguirlo, apela al voto útil entre los electores de centro derecha que pueden optar en Barcelona por tres opciones además de la suya, Cs, Vox y Valents. Una dispersión del voto que puede devolver a la CUP al Ayuntamiento y dar alas a los cuatro partidos que se disputan la alcaldía: PSC, JxCat, Comunes y ERC.

Pregunta .- ¿Qué objetivo se fija para las elecciones del 28M, sabiendo que el PP se quedó hace 4 años en su mínimo histórico en Barcelona?

Respuesta.- Aspiro a que el partido se consolide, crecer, todas las encuestas nos dicen que podemos doblar resultados. Pero yo no me fijo en estas elecciones sino en las siguientes. Mi objetivo es ahora consolidar el PP y que de aquí a cuatro años el PP le pueda mirar de tú a tú a los partidos grandes en Barcelona. Estoy poniendo las bases para que de aquí a cuatro años tengamos un partido que pueda aspirar a la alcaldía.

P.- Un objetivo ambicioso.

R.- Pero se puede hacer, es cuestión de trabajar.

P.- De su resultado dependerá la lectura que se haga de la situación del PP en Cataluña, un buen resultado en Barcelona es fundamental para certificar la recuperación en esta comunidad. ¿Siente esa presión?

R.- No siento esa presión. Hay mucha gente en Barcelona que quiere cambio, que Ada Colau no siga siendo la alcaldesa, y las alternativas que tienen no pasa por un Xavier Trias que ya ha dicho que va a mantener lo que Colau ha hecho. Ni por Jaume Collboni, que es corresponsable de lo que ha hecho Colau. La gente quiere una alternativa real, que es la que representa el PP. Mi presión no me la pone Feijóo, me la ponen los ciudadanos de Barcelona que me piden que echemos a Colau.

Entre Trias y yo hay una diferencia sustancial, mi jefe no es Carles Puigdemont y el de Trias sí

P.- ¿Cómo se hará suya esa bandera del anti-colauismo que parece haber acaparado Xavier Trias?

R.- Entre Trias y yo hay una diferencia sustancial, mi jefe no es Carles Puigdemont y el de Trias sí. Quien no quiera un alcalde que ponga la ciudad al servicio de Carles Puigdemont me tiene que votar a mi. No es una diferencia pequeña.

P.- ¿Cómo asume el giro que Alberto Núñez Feijóo ha marcado en la estrategia del PP en Cataluña?

R.- No hay un giro, hay una forma distinta de ser y de hacer. Es cierto que Feijóo cree mucho en la capacidad de cada organización territorial para hacer lo que cree que tiene que hacer para mejorar la vida de sus ciudadanos. Feijóo es una persona que deja hacer, que el partido se autoorganice y decida en cada territorio, y eso es bueno. Nos da una autonomía que yo personalmente he tenido siempre. Cuando fui presidente del partido en Cataluña nadie me dijo nunca lo que tenía que hacer o decir. Nunca he sentido esa tutela de la que hablan, y ahora mucho menos. Lo que me dijo Feijóo cuando me propusieron ser cabeza de lista fue: haz lo que tengas que hacer para arreglar la ciudad.

P.- Aún así, el discurso del PP en Cataluña siempre encalla en temas como el de la lengua, en el que Feijóo ya ha protagonizado alguna polémica.

R.- Un partido que aspire a ser partido de gobierno no tiene que ser exagerado en sus manifestaciones. Nosotros lo tenemos muy fácil, somos un partido que respeta la Constitución y las leyes. Por tanto cuando dices que un niño tiene que tener como mínimo un 25% de clases en castellano no estás diciendo ninguna salvajada, dices lo que dice la ley y eso se tiene que cumplir. Cuando defiendes que un catalán tiene que poder usar las dos lenguas cooficiales en la comunidad no es ser radical. Nuestro discurso es el que surge de la defensa de la Constitución, del Estatut y las leyes, defender esas cosas sin exageraciones, sin radicalismos pero con convicción.

P.- Cuando habla de hacerlo sin radicalismos, ¿está pensando en Cs o Vox?

R.- Hay quien defiende la Constitución pero quiere cargarse el estado de las autonomías, eso es incompatible. Hay quien defiende el bilingüismo defendiendo solo el castellano. Yo defiendo la libertad que tienen los ciudadanos para usar una y otra lengua, no voy a imponer a nadie el castellano, como no quiero que me impongan el catalán. La libertad es fundamental, pero la libertad para todo el mundo. No defiendo a los independentistas, pero creo que tienen derecho a defender la independencia dentro del cauce de la Constitución y el Estado de las Autonomías, sin hacer lo que hicieron el 1-O. Somos todos mayorcitos para saber que cada uno puede defender lo que quiera sin ofender a nadie y sin incumplir la ley.

No defiendo a los independentistas, pero creo que tienen derecho a defender la independencia dentro del cauce de la Constitución y el Estado de las Autonomías, sin hacer lo que hicieron el 1-O

P.- ¿PSC y PSOE les han cedido espacio en este ámbito con su apuesta por la negociación?

R.- Quien vote a Collboni sabe que está votando a Pedro Sánchez, y eso es apuntalar a Bildu, a Podemos y a ERC. Ahora mismo en Cataluña los independentistas se sienten muy cómodos con el Gobierno de Sánchez, votar a Collboni es darle la razón a Sánchez en el sentido de que lo bueno era pactar con ERC y Bildu, que lo que quieren es cargarse España.

P.- Isabel Díaz Ayuso protagoniza un acto en Barcelona en dos semanas, ¿va a contar con ella en su campaña?

R.- Yo cuento con todo el mundo. Llevo un mes pateando Barcelona, reuniéndome con gente y entrando en muchos bares. En todos los bares en los que entro me piden 'tráenos a Ayuso y llévate a Colau'. Algo debe tener el agua cuando la bendicen.

P.- ¿Qué opina sobre la suspensión del hermanamiento de Barcelona con Tel Aviv?

R.- Me parece un error de libro. La ruptura responde a un planteamiento político de Ada Colau en contra del pueblo de Israel, no en contra de Tel Aviv. Que desde el Ayuntamiento se haga política con ese tema me parece peligroso. Colau tiene la oportunidad de rectificar hoy mismo, el grupo del PP ha presentado una iniciativa en la comisión de Presidencia para que se recupere ese hermanamiento y una disculpa con el pueblo de Israel. La actitud de Colau no ayuda a acabar con ese odio que algunos sienten todavía contra el pueblo de Israel y me preocupa que el Ayuntamiento de Barcelona esté jugando a eso.

P.- Barcelona saldrá de las elecciones con un gobierno de coalición, ¿con quien se sentiría más cómodo, o menos incómodo, pactando?

R.- No se trata de con quién sino de para qué. Para hacer lo que se ha hecho hasta ahora conmigo que no cuenten, y para convertir Barcelona en la capital de una república independiente tampoco. Quien quiera poner más Guardia Urbana, que Barcelona esté más limpia, se pueda circular o quiera bajar impuestos contará conmigo.

Tanto Trias como Collboni aspiran a hacer lo mismo que ha hecho Colau y para eso no puedo apoyarles

P.- Por su respuesta, o temas como la ampliación del aeropuerto, de quien más cerca puede estar es de una eventual alianza de Collboni y Trias.

R.- A simple vista es lo que parece. Pero es que Collboni es Colau, lleva ocho años gobernando con ella, él es corresponsable de la situación de Barcelona. Con Trias podríamos estar de acuerdo en algunas cosas, pero él permitió que se quedaran los okupas en Can Vies. Tanto Trias como Collboni aspiran a hacer lo mismo que ha hecho Colau y para eso no puedo apoyarles.

P.- Las encuestas auguran que PP y la CUP pueden decidir con su voto el color de la alcaldía.

R.- No tengo ninguna duda de que si Trias puede, buscará el apoyo de la CUP. Pobre Barcelona.

P.- El voto de centro derecha tiene cuatro opciones, PP, Cs, Vox y Valents. ¿No ha sido posible aunar fuerzas?

R.- Nadie lo ha planteado. Hay gente que lo dice, pero a mi nadie me ha llamado para proponerlo. En todo caso lo que dicen todas las encuestas es que solo el PP puede entrar en el Ayuntamiento. Lo que les digo a los votantes de esas formaciones es que aquí hay un PP dispuesto a defender las mismas cosas en las que ellos creen y que tenemos posibilidades reales de entrar con fuerza en el Ayuntamiento. Si toda la gente que tiene previsto votar a Cs, Vox o Valents votaran al PP, podríamos ser la tercera fuerza.

Si toda la gente que tiene previsto votar a Cs, Vox o Valents votaran al PP, podríamos ser la tercera fuerza

Apelo a la responsabilidad de todos, esto no va de un sitio en la lista sino de un contrato con los vecinos de Barcelona, con todos los votantes de centro derecha no independentistas. También hay mucho votante socialista que no quiere apoyar los pactos con ERC y Bildu, yo les invito a votar al PP, no les voy a defraudar.

P.- Una de sus primeras promesas como candidato ha sido frenar las okupaciones en Barcelona. ¿Qué se puede hacer desde el Ayuntamiento teniendo en cuenta las facilidades que da la actual legislación, española y catalana?

R.- Contra la ocupación no vale enfrentarse directamente con el okupa, puede dar una cierta rentabilidad, pero lo que hay que hacer es lo que está haciendo el PP, luchando desde el Congreso. Planteando una ley anti-okupación para que en 24 horas se pueda echar a un okupa si no tiene un título de propiedad o un contrato de alquiler. Me parece que es algo de sentido común, no entiendo como en este país la izquierda tolera que alguien pueda okupar un inmueble.

Desde el Ayuntamiento se tiene que lanzar un mensaje muy claro, la okupación no es bienvenida en Barcelona. Tenemos una alcaldesa que ha sido okupa, y un candidato Trias que permitió que se okupara Can Vies, un edificio municipal, y ahí siguen desde 2014. La okupación no solo pone en peligro a las personas que okupan, pinchan la luz y eso provoca riesgo de incendios que pone en riesgo la vida de los vecinos por culpa de un Ayuntamiento que no hace los controles necesarios para evitarlo.

P.- Pero sin cambios legislativos la policía local no puede echar a esos okupas.

R.- No puede. Pero tampoco podemos hacer guías de cómo okupar, talleres con okupas, ni darles subvenciones. Ahora mismo se les pone facilidades desde el Ayuntamiento.

P.- Otra de las grandes preocupaciones de los barceloneses según las encuestas es la limpieza, pese a que el gobierno de Colau ha invertido mucho en la nueva contrata de limpieza.

R.- Sí, pero ha invertido mal, Barcelona está sucia, muy deteriorada. Debe ser una prioridad del gobierno municipal. En Madrid la limpieza era uno de los principales problemas, ahora ya es el cuarto o quinto; en Barcelona sigue siendo de los principales. Se pueden y se deben hacer cosas.

P.- ¿Qué modelo propone para la gestión del turismo ahora que Barcelona ha recuperado el nivel de visitas previo a la pandemia, y la presión por tanto que denuncian algunos sectores?

No puedo entender que el Ayuntamiento decida, como si esto fuera un monopolio, quién puede poner un hotel y dónde

R.- Barcelona o es turística o no será. El turismo es una parte muy importante de nuestro PIB, hay que potenciarlo, mimarlo. No un turismo de borrachera, pero tampoco hace falta que todo el turismo sea millonario. Barcelona tiene que ser una ciudad abierta, integradora, tolerante. Cuando la Generalitat dice que no quiere líneas de lowcost en el aeropuerto de El Prat pienso ¿y lo está proponiendo la izquierda? Si determinadas actuaciones de determinados turistas molestan a los vecinos, para eso está la Guardia Urbana.

P.- ¿Eso pasa por levantar la prohibición de nuevas licencias tanto para hoteles como para pisos turísticos en Barcelona?

R.- Los pisos turísticos tienen una regulación que debe ser cumplida. La moratoria de hoteles se debe levantar. No puedo entender que el Ayuntamiento decida, como si esto fuera un monopolio, quién puede poner un hotel y dónde. Me parece propio de países muy alejados de España, esto no es Cuba ni Venezuela.