Finalmente, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha subido a la tribuna de oradores del Congreso para defender su ley del "sólo sí es sí" ante los socialistas, a los que ha reprochado ponerse en las manos del Partido Popular y haber rechazado sistemáticamente todas las propuestas que se hicieron desde su departamento para mantener la unidad del Gobierno de coalición.

En ausencia de Pedro Sánchez, pero con el apoyo de la presencia de Yolanda Díaz, casi recién aterrizada de Nueva York, ha afeado a sus socios de Ejecutivo que "saben que ninguna reforma va evitar las decisiones judiciales de rebaja de condenas, que el problema son la bajada de penas a futuro, pero les hacemos una propuesta para subir las penas y la rechazan. Cedemos y la rechazan; hacemos una propuesta y nos la rechazan".

Gobierno contra Gobierno

En una situación inédita en la que un miembro del Gobierno sube a la tribuna parlamentaria para atacar al Consejo de Ministros del que forma parte, después, eso sí, de que el socio haya reformado su ley estrella, ha narrado que la preocupación de Podemos por las sentencias judiciales se basaba en el convencimiento de la existencia de una "ofensiva contra el Gobierno y contra su presidente", no tanto contra Igualdad.

Ello "nos llevó a trabajar una respuesta unitaria, buscar el acuerdo, ceder por encima de nuestras posibilidades, hicimos propuesta tras propuesta y lo saben". A juicio de la ministra, el sector socialista del Gobierno sólo ha hecho una propuesta "que es volver al esquema penal anterior", esto es, un sistema que basa la credibilidad de la victima en las heridas que sufra tras las agresión sexual.

Tras calificar de triste" este día, la ministra morada sostiene que la reforma de su ley supone una "vuelta atrás de años hasta el punto de que volvemos a escuchar a sectores del poder judicial, político y mediático de que el consentimiento siempre estuvo en el centro", también a otros calificarlo de "teatro". Montero ha lamentado la situación de "impunidad" para los agresores, la mayoría de los cuales "no han pisado una comisaría en su vida" y de los que se juzga muchos "se van sin condena".

Respuesta unitaria

En lo que puede considerarse uno de los momentos más complicados para un Gobierno que ha ido encadenando enfrentamientos internos pero al que ha mantenido unido el pegamento del poder, Montero ha apelado a que "de esta Cámara debía salir una reforma feminista porque entendíamos que había que dar una respuesta unitaria. Los derechos feministas no se negocian con el PP".

Sin embargo, y aunque esta reforma supone un punto de inflexión en el gobierno tripartito, no ha cuestionado en absoluto la continuidad del Ejecutivo. Es más, ha anunciado su intención para acelerar la implementación de la ley, para dotarla de presupuesto, especialización y formación. "Hoy nos quedamos en minoría pero vamos a seguir trabajando. Es lo mejor lo que sabemos hacer las feministas, seguir adelante".