Manfred Weber, presidente de la familia popular europea, trasladará al comisario de Medio Ambiente de la Comisión, el lituano Virginijus Sinkevicius, el malestar del PP por su posición respecto al litigio en torno a Doñana, según han informado a El Independiente fuentes de Génova. El duro comunicado emitido por Medio Ambiente alertando respecto a que la proposición de ley andaluza “podría degradar el humedal protegido de Doñana, uno de los más grandes de Europa y de suma importancia para la coherencia de la Red Natura 2000″, es para los populares poco menos que una posición "de parte".

La formación de Alberto Núñez Feijóo atribuye a presiones del Gobierno la posición de la Comisión Europea. Primero, a través de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, segundo a través de un miembro de la Reper, esto es, de la representación permanente de España ante la UE, presente en la reunión que solicitó el consejero andaluz de Medio Ambiente, Ramón Fernández Pacheco, celebrada este lunes con el comisario europeo.

De hecho, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sacó a colación el tema de Doñana en su cuarto cara a cara senatorial con el líder del primer partido de la oposición. Feijóo le exhortó que "no use Doñana como disparadero electoral", al tiempo que reprochó a los sucesivos gobiernos socialistas de la Junta de Andalucía y al Ejecutivo central no haber tocado el mayor humedal de Europa "en 40 años, salvo su palacio de vacaciones". Aludía así a la residencia de Patrimonio que han usado todos los presidentes del Gobierno, incluido José María Aznar y Mariano Rajoy.

Génova defiende que la Comisión Europea debe analizar la información proporcionada por la Junta de Andalucía antes de pronunciarse. En cambio, hubo de inmediato un comunicado de inusitada dureza, poco habitual en la enrevesada retórica europea, salvo cuando se trata de la apertura de un expediente sancionador, que no es el caso. "No olvidemos que los comisarios también son políticos", arguyen fuentes populares, aunque Sinkevicius forma parte de una formación de centro derecha, eso sí, alineada en el Grupo de los Verdes/Alianza Verde Europea.

El "making off" del comunicado

Formalmente, en Génova se escudan en su desconocimiento respecto del "making off" de ese comunicado. Dicen ignorar "en base a qué se ha fundamentado. No vamos a prejuzgar. No tenemos certezas de trato de favor" e insisten en la idea de que, realmente, a quien tira de las orejas es al Gobierno central, argumento que uso Feijóo en el Senado.

Pero solo la formulación de estas palabras dejan traslucir las grandes dudas que les suscita el texto. De ahí que Weber vaya a trasladar al comisario el malestar del partido que, según apuntan a día de hoy las encuestas electorales, puede gobernar en España partir de las elecciones generales de finales de año y al que no interesa entrar en confrontación con la Comisión Europa.

Los populares intentan mover sus hilos para atemperar el golpe que supondría tirar abajo la proposición de ley del Parlamento andaluz a pesar de la voluntad expresa del presidente autonómico Juan Manuel Moreno de abrirse a modificarlo. "La puerta no está cerrada. Todo lo que se pueda mejorar que se mejore", dicen fuentes de la Junta, las mismas que se quejan de la existencia, dicen, "de un trasfondo político importante".

Génova confía en contener los daños colaterales

El Ejecutivo andaluz se aferra a que la Comisión no ha dicho aún la última palabra. "Han quedado en ver nuestro documento", señalan para subrayar a continuación que el duro comunicado recoge las palabras iniciales de Sinkevicius, expresando, efectivamente, su preocupación por la situación de Doñana, pero "antes de que tomara la palabra el consejero" autonómico. Andalucía solicitó esa cita "para transmitir tranquilidad", aducen. Otra cosa es que lo hayan conseguido.

En clave de política interna los populares aseguran que el daño electoral de cara al 28-M que les pueda hacer esta polémica es controlado. "Ni en Baleares ni en La Rioja van a votar pensando en Doñana. No va a ser definitorio", arguyen. Es más, dicen estar convencidos de que el hecho de que se convirtiera ayer mismo en arma arrojadiza de Pedro Sánchez contra Alberto Núñez Feijóo demuestra "la ausencia de otro tema de confrontación" que reprochar al PP.