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Invasión hippie en la Sierra de Grazalema: "Sus perros han atacado a mis cabras"

Rodrigo Mangana, un ganadero de Benaocaz (Cádiz), se ha encontrado con un asentamiento ilegal en los campos donde pastan sus animales

Imagen de archivo de una reunión de la Familia Arcoíris en Bosnia en 2007.

Imagen de archivo de una reunión de la Familia Arcoíris en Bosnia en 2007. WIKIMEDIA

Hogueras, cantos, bailes y malabares. Prácticas que en condiciones habituales no suponen ningún delito ni desorden, pero que al producirse en una finca privada -incrustada en un Parque Natural- y de forma masiva y organizada, generan un ambiente de "nervios y tensión" en Benaocaz (Cádiz), un pueblo de 695 habitantes que es víctima del evento anual del Rainbow Gathering de Familia Arcoíris. La comuna hippie que acampó durante cerca de un mes en La Rioja allá por 2021 ha invadido esta vez las tierras de Rodrigo Mangana, un ganadero de la zona con 300 cabras y 50 vacas "asustadas y estresadas, como yo, por la okupación de esta gente", señala el afectado en conversación con El Independiente.

Los nuevos vecinos de este rincón en la Sierra de Grazalema, en el término de Benaocaz, se encuentran en el entorno de Fuente Las 9 Pilas, "a más de tres kilómetros del pueblo y en un sitio aislado", tal y como indica la alcaldesa de Benaocaz, Olivia Vargas, a este diario. La regidora destaca que los integrantes de Familia Arcoíris pidieron permiso al Ayuntamiento y a Mangana para realizar su acampada, algo que se rechazó rotundamente. "Obviamente me negué, pero para más indignación, han manifestado que yo les dije que podían acampar a cambio de dinero. Eso es totalmente mentira. Ellos me ofrecieron hasta 400 euros, pero yo lo rechacé en todo momento y a cualquier precio", denuncia Mangana.

El resultado de una propuesta que tanto el Consistorio como el propietario de la finca denegaron ha sido "una ocupación ilegal. El Parque Natural de la Sierra de Grazalema es una zona protegida y ni se puede acampar ni hacer fuego, además de que en este caso de trata de una finca privada", subraya Vargas. "La Guardia Civil está en los accesos para controlar un poco e identificar a la gente, pero esto es lo mismo que cuando se okupa una casa, que nadie les puede echar", lamenta el ganadero, que denuncia las consecuencias para sus animales: "No están acostumbrados a ver tantas personas en su entorno y se ponen nerviosos. Las cabras están estresadas y dan menos leche".

Acampada de Familia Arcoíris en Cádiz

El asentamiento, que por el momento concentra a "unas 80 personas" según precisa el propio Mangana, ha empujado a bovinos y caprinos de la que es su casa. "He tenido que cambiar a las cabras de sitio porque tienen perros que las han atacado. Además, tanto alboroto produce miedo en las cabras y no pueden llegar a los abrevaderos para beber. Menos mal que ha llovido y se hidratan con lo que cae por los arroyos y los charcos que se han formado", explica la víctima de la invasión.

Los seguidores de Familia Arcoíris pretenden prolongar su estancia hasta el 17 de junio, 28 días después de su llegada o lo que es lo mismo, un ciclo lunar. Vargas insiste en "transmitir tranquilidad. Tenemos reuniones todos los días con el teniente coronel de la Guardia Civil, con los responsables de Medioambiente y con la Corporación Municipal. Esta mañana a las 7.50 estábamos en la zona para ver qué tal iba el tema. Estamos muy preocupados", reconoce a El Independiente la regidora.

Mangana se resiste a resignarse a que este asunto que le quita el sueño desde el pasado sábado 20 de mayo se prolongue hasta la fecha deseada por Familia Arcoíris. "Se que la ley no permite lo lógico, que sería echar a estas personas que han ocupado mi finca, pero no sé porque dejan que siga entrando gente", aqueja el propietario de El Mitano. El mensaje de Vargas es que "se han tomado las medidas oportunas para que el asunto no se vaya de las manos y se solucione cuanto antes", mientras que el ganadero recalca que "lo que está claro es que el único perjudicado soy yo y que, como solo me afecta a mí, la solución que se me da es que resista".

Otros asentamientos de Familia Arcoíris

En junio de 2021, en un contexto pandémico, la Familia Arcoíris celebró su Rainbow Gathering anual en un valle en el término municipal de Mansilla de la Sierra (La Rioja). Aquella reunión acabó con 150 asistentes, de los cuales 76 fueron propuestos para denuncia por la Guardia Civil por acampada libre en montes de utilidad pública de la región y la realización de fuego, la circulación campo a través y el estacionamiento de vehículos fuera de camino sobre cubierta vegetal, la alegación de datos falsos o inexactos en los procesos de identificación y las medidas sanitarias de uso de mascarilla y respeto de la distancia de seguridad entre grupos de personas no convivientes.

Otros 70 integrantes de Familia Arcoíris evitaron la sanción al abandonar el lugar durante los requerimientos de los agentes de la Guardia Civil, que con su presencia evitaron la llegada al lugar de la acampada de otros 54 simpatizantes de la comuna que según informó La Vanguardia, practican sexo libre a lo largo de toda la jornada en una suerte de ritual de amor sin freno, algo que un portavoz de Familia Arcoíris ha desmentido en declaraciones a Antena 3: "Ni hacemos sexo desenfrenado ni somos hippies que venimos a hacer daño".

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