El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, lucha contra reloj para recuperar el control y el orden sobre los servicios de seguridad y los militares, a la vez que se ha orquestado una campaña para reforzar su imagen como líder popular y querido. La revuelta instigada por el líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, logró aplacarse en menos de 24 horas pero ha dejado seriamente dañado su liderazgo. Urge encontrar a los posibles aliados de Prigozhin.

En este contexto se entienden los rumores sobre el paradero del general Serguei Surovikin, conocido como general Armagedón por sus violentas operaciones en Siria. El general Surovikin era el mando de mayor rango militar con el que Prigozhin, enemistado a muerte con el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, tenía una relación fluida.

El general Surovikin estaría al tanto de los planes de Prigozhin, según publicó en exclusiva The New York Times. Inicialmente su objetivo habría sido capturar al ministro ruso de Defensa y al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerasimov, pero tuvo que improvisar sobre la marcha al llegar esta información al servicio federal de seguridad, de acuerdo con The Wall Street Journal.

Desde el pasado fin de semana el general Surovikin está desaparecido, lo que ha hecho que varios blogueros y medios como The Moscow Times y Financial Times hayan publicado que se encuentra detenido. Sin embargo, su hija Veronika ha dicho a la web Baza que "no le ha pasado nada, ni está arrestado". Ha argumentado que su padre "ni aparece en los medios o hace declaraciones cada día". El Kremlin, vía el portavoz Dmtri Peskov, ha instado a los periodistas a preguntar sobre su destino en el Ministerio de Defensa.

El número dos de Surovikin, el coronel general Andrei Yudin, tampoco se había reincorporado a su puesto, lo que despertó las dudas sobre su destino. Sin embargo, el coronel general ha asegurado que estaba en su casa de vacaciones. Tampoco se sabía qué había pasado con el general Gerasimov. Sin embargo, el ministro de Defensa ruso se desplazó el lunes al frente de guerra en Ucrania para dejar claro que la "operación militar especial" seguía su curso una vez aplacado el motín de Prigozhin.

Otra versión que circula tras publicarla Bloomberg es que el fiscal militar interrogó al general durante varios días en relación a sus conexiones con Prigozhin. El general Surovikin tendría restringidos sus movimientos, aunque no estaría arrestado. Prigozhin ha elogiado varias veces a Surovikin, mientras que sus críticas a Shoigu siempre han sido feroces. Incluso le culpa de haber llevado a Putin a la invasión de Ucrania, con la idea de que sería una intervención exitosa y rápida. Surovikin culpa a Shoigu de la pérdida de combatientes en la guerra de Siria y también en Ucrania.

En realidad, el general Surovikin y otros generales cercanos a Prigozhin, como Mijail Mizintsev, "trataron de convencer a Prigozhin para que se detuviera y ahora están siendo tratados como traidores", dijo una fuente al Financial Times.

Cualquiera que sea el papel real de Surovikin, Shoigu puede verse tentado a retratarlo como un conspirador"

tatiana stanovaya, r. politik

La politóloga Tatyana Stanovaya, fundadora de R.Politik, apunta que quien ha salido victorioso del desafío planteado por el jefe de Wagner es el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu. "Cualquiera que sea el papel real de Surovikin, Shoigu puede verse tentado a retratarlo como un conspirador. Es fácil presentar a los simpatizantes de Prigozhin como conspiradores", dijo Stanovaya.

En su cuenta de Twitter, la investigadora Stanovaya señala este jueves que Putin divide a los individuos "en héroes, traidores o almas perdidas, que pueden ser indultadas si se arrepienten a tiempo". En ese contexto considera posibles las detenciones. "El reto aquí es que Putin no es el mismo de antes, y hay figuras influyentes coon sus propias agendas, como Serguei Shoigu, que pueden estar interesadas en eliminar la oposición interna. El destino final de Surovikin no está claro".

También se está observando con lupa quién se decantó claramente por Putin el sábado 24 de junio y quién se mantuvo en silencio. Un analista político de Moscú que cita The New York Times, Mijail Vinogradov, apuntaba que en Telegram circuló un mensaje de apoyo a Putin y 21 gobernadores regionales no lo suscribieron. Será una tarea lenta comprobar quiénes vieron con buenos ojos la rebelión de Prigozhin en el Kremlin y en la élite militar rusa.

Otra incógnita aún por resolver se refiere al futuro de Prigozhin, quien se encuentra en Bielorrusia desde el martes, pero no se le ha visto. El presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, que actuó como mediador el sábado, ofreció a Prigozhin refugiarse en su país. Prigozhin también obtuvo garantías de seguridad para sus mercenarios.

Putin retira a Wagner de Ucrania

En su discurso de este lunes por la noche, Putin dijo que la mayoría de los combatientes de Putin eran "patriotas" y los dio la opción de integrarse en el ejército ruso, irse a Bielorrusia o volver a sus casas. Aseguró que habían sido engañados y por eso avanzaron hacia Moscú al llamado de Prigozhin, al que no nombra directamente.

La actitud de Putin sobre Wagner ha cambiado radicalmente y ahora ha reconocido que el Estado ruso ha pagado a los mercenarios unos mil millones de dólares en un año en concepto de sueldos y material. La empresa de Prigozhin va a dejar de operar en Ucrania, donde ha conseguido una de las victorias más costosas y simbólicas para Rusia en Bajmut.

La retirada de Wagner de Ucrania va a dar mayor protagonismo al batallón de fuerzas especiales Ajmat del líder checheno Ramzan Kadirov, quien se ofreció el sábado a combatir contra los combatientes de Prigozhin en Rostov del Don. Finalmente no fue necesaria su intervención pero el gesto fue del agrado de Putin. De ahí que recibiera el martes por la noche a Kadirov y le felicitara por la Fiesta del Cordero. Con la caída en desgracia de Prigozhin, Kadirov se erige en el señor de la guerra favorito de Putin.

El líder ruso está tratando de lanzar el mensaje a las élites del Kremlin de que está al mando, y por ello convocó a sus asesores y militares de alto rango el lunes por la noche después de su primer discurso a la nación tras el motín de Prigozhin. Primero dejó claro a los ciudadanos rusos que la "rebelión estaba abocada al fracaso". En poco más de cinco minutos, Putin agradeció a los rusos «su apoyo, patriotismo y solidaridad». Insistió en que "la sociedad aguantó unida".

Al día siguiente se dirigió a 2.500 militares y también a ellos les agradeció su participación en el fin del motín de Prigozhin. A ellos les dijo que habían evitado una guerra civil.

Como parte de su campaña de imagen, Putin se dejó querer en Derbent, Daguestán, donde posó con seguidores como si fuera una estrella pop. Putin suele guardar las distancias, sobre todo desde la pandemia, pero es tal el golpe sufrido que ha de esforzarse en mostrarse sólido como un zar y cercano como un padre.