Ha sufrido en primera persona el zarpazo de ETA. La banda asesinó a su hermano Joseba en 2003. Desde entonces, Maite Pagazaurtundua no dejó de hablar claro contra el terrorismo y sus violencias y la necesidad de deslegitimar la violencia. La europarlamentaria vasca es una de las firmantes del manifiesto suscrito por 500 intelectuales, víctimas de ETA y políticos en contra del estreno del documental 'No me llames 'Ternera' de Jordi Évole' y en el que se reclama al Festival a que lo excluya de su programación. Reconoce que en su caso el rechazo responde más a una prevención que a un conocimiento del contenido del trabajo y que si una vez visto debe rectificar su crítica, lo hará.

Pagazaurtundua es crítica por los precedentes de Évole, señala. Recuerda la que define como "entrevista-masaje" que hizo a Otegi. También por no percibir en él un conocimiento suficiente para abordar la cuestión con un personaje con las aristas y relevancia de Josu Urrutikoetxea. Añade a ello lo que considera que es un innecesario impacto en una ciudad como San Sebastián, con cerca de un centenar de víctimas de ETA en su historia.

Afirma que entrevistas como estas sólo pretenden continuar con la estrategia de blanqueamiento en la que está inmersa ETA y su entorno: "Yo le preguntaría por que decidió matar niños", señala Pagazaurtundua. Acusa a Otegi de liderar un proceso en el que está demostrando que carece "de vergüenza moral": "Si la tuviera ya se hubiera ido".

Pregunta.- La entrevista a un dirigente de ETA, como fue ‘Josu Ternera’, presentada a modo de documental en un evento de la entidad y significado del Festival de San Sebastián, ¿qué diría que es? ¿Un intento por conocer la verdad? ¿Un engaño? ¿Una estrategia interesada de blanqueamiento?

Respuesta.- Por parte de Jordi Évole no diría que hay un intento de engaño pero como existe un antecedente, la ‘entrevista masaje’ a Arnaldo Otegi… Es cierto que quizá no era su intención pero es lo que le salió. ¿Por qué? Porque posiblemente lo que él tiene es una cierta levedad sobre el conocimiento de estos temas. Del mismo modo que existe la banalidad del mal, ese mal que no se nota, existe la banalidad del bien. Cuando uno es muy leve, cuando uno no percibe que delante tiene una estrategia por parte de ‘Josu Ternera’ o de Otegi… Hay una estrategia de blanqueamiento y de quitarse las responsabilidades sin asumirlas. Por eso buscan un ‘peso pluma’ para entrevistar a alguien con tantas corazas y espuelas como es el asesino múltiple que es ‘Josu Ternera’ o para entrevistar a Arnaldo Otegi. Esta es la cuestión de fondo.

P.- Pero quizá la entrevista no es lo que espera…

R.- Si me equivoco, me disculparé públicamente. Lo haré con más intensidad de lo que he dicho ahora de modo crítico. Creo que no da para más. Por el tipo de entrevistas, por las condiciones leves, amables, por el tipo de personas que es. También hay que preguntarse dónde cae esa entrevista. Lo hace en una sociedad aún tremendamente herida, en un tiempo de posterrorismo en el que persisten múltiples hechos de legitimación de ETA, incluso utilizando niños. Hay mucha falta de información en nuestra sociedad sobre lo que fue el terrorismo.

P.- El foro para estrenarlo, el Festival de San Sebastián y en una ciudad que ha sufrido especialmente el terrorismo, le añade un contexto aún más complicado.

R.- Sí, es un festival de cine que cuando tiene que elegir sobre estos temas va a lo cómodo. Por ejemplo, el director Iñaki Arteta tiene trabajos como para dedicarle un ciclo, es el gran documentalista de la sociedad sobre el terrorismo y el posterrorismo y no se le ha hecho ningún ciclo en el Festival de San Sebastián. Tampoco a alguien que desde el punto de vista intelectual lo merece, Jon Viar. No se les elige porque son más incómodos. No hay que perder de vista que en la sociedad vasca aún hay mucho votante que prefiere pasar página porque en su momento o no la miró o simplemente estaba de acuerdo con la discriminación de la parte de la sociedad que no pensaba como ellos. Este es el contexto real donde se estrena. Por eso gente como Fernando Aramburu, que no es ningún polemista, firma el comunicado. O yo, que apoyo la libertad de expresión.

P.- Por tanto, ¿cree que la decisión de ‘Josu Ternera’ de conceder la entrevista a Jordi Évole, con su perfil, es pura estratégica de la izquierda abertzale? ¿Diría que Josu Urrutikoetxea está utilizando a Évole?

Si resulta que le hace unas preguntas incisivas, como asesino múltiple que es, como por qué decidió que quería asesinar niños, me quito el sombrero y le diré, vale, teníais razón"

R.- No lo sé. El mundo heredero de ETA está en una estrategia de blanqueamiento general y todo lo que les venga bien cae a la ‘cazuela’. Por eso nunca ni Ternera ni Otegi van a entrevistarse con figuras como Arteta o Viar, porque no les viene bien. Sólo eligen lo que les va a dar beneficio. No suelen equivocarse. Nunca han tenido escrúpulos. No los tenían cuando mataban y menos ahora. Son políticos muy estrategas.

P.- La figura de ‘Josu Urrutikoetxea’ también ha encerrado especulaciones de todo tipo, no sólo durante su huída de años sino tras su detención.

R.- Quizá nunca lo sabremos del todo pero los gobiernos españoles y franceses han mirado bastante hacia otro lado con respecto a ‘Josu Ternera’, lo han hecho durante muchos años. Se rumoreaba que sabían dónde estaba, no decían nada. Después está la entrega de ‘Ternera’, por un delito de lesa humanidad cuando es un delito que no existe en Francia, vamos, la excusa perfecta para que el caso duerma el sueño de los justos. Ese sería un juicio tan importante… Hablamos de un delito que encaja perfectamente a todo lo que ha hecho ETA. Desde un punto de vista simbólico sería nuestro particular ‘juicio de Núremberg’, que es justo lo que ellos quieren evitar. Los recursos que han utilizado para blanquear su imagen en Francia son impresionantes y ahora empiezan a hacerlo en España. Es un asesino múltiple, no podemos olvidarlo.

P.- Ustedes han criticado el documental sin haberlo visto. ¿Se puede cuestionar algo sin conocer su contenido?

R.- Con los antecedentes de ‘peso pluma’ en la levedad en estos temas y con las cositas que ha ido diciendo te das cuenta hasta dónde llega su capacidad en un tema con muchas heridas por cerrar. Que se busque normalizar la imagen de alguien que tiene tantas cosas terribles pendientes, como haber sido el responsable intelectual del asesinato de niños... Si resulta que le hace unas preguntas incisivas, como asesino múltiple que es, como por qué decidió que quería asesinar niños, por qué quiso perseguirnos… Si le pregunta sobre cuestiones como estas me quito el sombrero y le diré, vale, teníais razón. ¿Y si no es así? Si nuestro instinto democrático, más atento que el de mucha gente, acierta una vez más, ¿qué? Llevamos el rádar muy puesto y conocemos bien ese mundo, quizá otros están más despistados.

P.- ¿Verá ‘No me llames Ternera’?

R.- No lo sé, ya lo iré viendo. A Donostia no podré ir por mi actividad como europarlamentaria, pero ya se verá.

Otegi, si tuviera la más mínima vergüenza moral, no querría ser candidato a nada, se habría retirado ya"

P.- ¿Qué le gustaría preguntar a ‘Josu Urrutikoetxea si tuviera la oportunidad?

R.- ¿Cuándo decidiste que había que matar niños? ¿Cuántos años decidiste que había que matar niños? ¿Por qué nunca habéis condenado nada de lo que habéis provocado? ¿Sois conscientes de que ir contra el pluralismo ideológico es ir contra la democracia? Y muchas más. Habría que preguntarle por la asunción de su responsabilidad ante los crímenes, sobre su estrategia de deshumanizar al adversario político o cuándo van a dejar de aprovecharse del daño que provocaron eliminando a los líderes políticos y consiguiendo el silencio impuesto de mucha parte de la sociedad. Las buenas preguntas hay que pensarlas, madurarlas. Me llevaría tiempo.

P.- Un relato justo sobre lo ocurrido se construye con tiempo, con iniciativas institucionales, sociales y del mundo cultural. Trabajos como ‘No me llames ‘Ternera’, ¿también pueden formar parte de él?

R.- Cuando se vea si es una ‘entrevista-masaje’ o no, cuando sepamos si le viene o no bien a la estrategia de blanqueamiento de Otegi y los herederos de ETA podremos hablar de si es un ejemplo o un contrajemplo para la construcción del relato. Otro aspecto importante es la vergüenza moral. Otegi, si tuviera la más mínima vergüenza moral, no querría ser candidato a nada, se habría retirado ya, hubiera dicho que asume las responsabilidades por lo que hizo, por haberse aprovechado de asesinar a sus opositores políticos y que se iba a casa. Nada de eso ha pasado. Siguen siendo políticos.

P.- En este proceso en el que estamos inmersos se acusa a algunas formaciones de blanquear a ETA y su entorno por interés políticos. ¿La sociedad tiene alguna responsabilidad en permitirlo? Bildu no recibe reproches, más aún, crece en las urnas.

El legado que queda de ETA son sus mentiras, neologismos, eufemismos y su capacidad de utilizar la política para tapar, comprar o generar autocensura y nuevos tabúes"

R.- ¿Quién tiene el incentivo para blanquear? El que no quiere pasar al futuro o irse a la cama pensando que ha sido un miserable, un traidor hacia los demás. Blanquearse por eso es tan importante para ellos, para quedar libres de todo y que nada en su conciencia les pueda dar problemas o que las próximas generaciones les puedan pedir cuentas. Esa es la gran diferencia. La sociedad vasca y navarra han sufrido y necesitan respirar. Quizá en una o dos generaciones analicen lo ocurrido. Así pasó en Alemania. Por eso esta gente crea ahora nuevos tabúes, lo hace poco a poco, para que siga siendo problemático preguntar o decir determinadas cosas. Para que sea más difícil descubrir la verdad, y no una versión edulcorada, dulzona y medio mentira de lo que ocurrió.

P.- En menos de un año habrá elecciones en Euskadi. Bildu crece de modo continuado y Otegi podría ser candidato a lehendakari. Ver al histórico líder abertzale como candidato con opciones de ser lehendakari, ¿supone el cierre de un largo proceso de normalización en la izquierda abertzale?

R.- Una cosa es lo político y otra el posterrorismo. El problema es que la normalización moral sería una aberración. No han dado los pasos para ello. Sin embargo, sin esa normalización ética han alcanzado mucho poder político. Eso genera algo profundamente tóxico y venenoso en la sociedad vasca porque no puedes asumir las verdades. El poder te dice que no quiere la verdad porque él sabe que es parte de la mentira y quiere taparla. Charles Dickens decía que el número de los malhechores no justifica el crimen.

P.- El legado doloroso y cruel ya lo conocemos, pero ¿cuál diría que es la herencia silenciosa que ha dejado ETA y que sigue asentándose en la sociedad sin ser del todo consciente?

R.- Sus mentiras, neologismos, eufemismos y su capacidad de utilizar la política para tapar, comprar o generar autocensura y nuevos tabúes en otros. Eso me preocupa. También la anomia, que no sepamos transmitir a los chavales el mensaje, que aún a una minoría de jóvenes se les sigue trasladando la radicalización y ven a ese mundo como héroes. Es una situación preocupante no transmitir bien a los jóvenes esta tragedia que vivimos. Hay un déficit claro. Aún hay mucho miedo, en muchos colegios aún no quieren que vayan las víctimas de ETA, especialmente en la escuela pública.