Siempre se ha atribuido a Miguel de Unamuno un itinerario político excéntrico y caprichoso. Algo que dos de los principales expertos en la obra del polígrafo vasco, Colette y Jean-Claude Rabaté, han tratado de refutar recientemente con su exposición y libro Unamuno y la política. Unamuno simpatizó con el socialismo; también con el alzamiento de julio del 36, aunque acabó sus días encerrado en su casa y acosado por los partidarios más radicales del bando nacional tras enfrentarse a Millán Astray en el archiconocido acto del 12 de octubre –del que paradójicamente tan poco se conoce– en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca. Así que no es fácil aventurar qué pensaría Unamuno de que hoy, 87 años después, el líder de Vox, Santiago Abascal, haya subido a la tribuna del debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo con la biografía de Unamuno escrita en 2012 por el ensayista, historiador y ex director de la Biblioteca Nacional y del Instituto Cervantes Jon Juaristi.

Publicado en 2012 como parte de la colección Españoles Eminentes promovida por la Fundación Juan March y editada por Taurus, Juaristi, buen conocedor de la obra de su paisano, analiza con espíritu crítico e ironía las muchas caras del personaje, sus aciertos y contradicciones, las luces y las sombras del personaje. Y recuerda que Unamuno fue el primer intelectual moderno español: no fue un académico brillante resignado a permanecer en su torre de marfil, sino que se batió a través de miles de artículos publicados en periódicos y revistas defendiendo sus ideas y combatiendo a los enemigos de la patria, ya fueran el caciquismo o la alianza entre corona, ejército e Iglesia que, sobre todo en los años finales del régimen de la Restauración, representaban para él todos los males de España.

Juaristi, a la sazón columnista de ABC, ha expresado en numerosas ocasiones que no está de acuerdo con Vox, aunque le parece una forma de populismo menos dañino que el de Podemos, que considera antisistema. Lo que sí declaró en vísperas de las últimas elecciones generales fue que creía que una nueva victoria de Sánchez "sería el fin del sistema constitucional".

Abascal ha subido con el libro a la tribuna, pero no lo ha utilizado. ¿Amuleto, inspiración, homenaje a Juaristi o sutil ejercicio de fomento de la lectura?