No fue una persecución de película ni una detención por todo lo alto, pero sí un trabajo minucioso de años. La Guardia Civil detuvo este martes a Roger Serafín, principal sospechoso del asesinato hace 10 años de Elisa Abruñedo. Un crimen sin esclarecer hasta esta semana que tenía consternada a la población de Ferrolterra, en La Coruña.

Abruñedo fue asesinada y violada cuando salió a dar su paseo rutinario de los domingos el 1 de septiembre de 2013. Solía ir con su marido, pero aquel día él tenía que acudir a un entierro. Su cuerpo fue escondido entre maleza a 200 metros de su casa. Lo encontraron al día siguiente con tres marcas de arma blanca. Comenzó entonces una investigación para dar con la persona que había acabado con su vida que terminó este martes, 10 años, un mes y 16 días después.

En su cuerpo había restos de adn, poco, pero había. El problema es que no encajaba en ningún perfil genético recogido en las bases policiales. Quien lo había hecho no tenía antecedentes, por lo que la búsqueda, sin testigos presenciales, se hizo muy complicada. El análisis biológico consiguió descubrir que el asesino era pelirrojo, un dato clave para resolver el crimen dado el bajo número de personas con este color de pelo.

Un coche, clave 

La Guardia Civil de Coruña estuvo detrás de la pista nueve años. Tenían el dato de la pigmentación del cabello y un Citröen ZX que una persona vio aquel día en las inmediaciones. Poco de lo que rascar. Aún así, los hijos de Bruñedo, que perdieron a su padre un año después por un accidente laboral, nunca perdieron la esperanza y siempre confiaron en los agentes.

Hace un año se sumó a la investigación la Unidad Central Operativa (UCO) del Instituto Armado, un grupo de élite especializado en resolver crímenes que parecen imposibles. Ya lo hicieron en el caso de Diana Quer, la joven que fue encontrada en un pozo asesinada por Enrique Abuín, alías ‘El Chicle’.

Empezaron entonces a hacer cribados de adn por la zona. Los hicieron de manera voluntaria, se prestaba quien quería. Ahí tampoco encontraron los genes del asesino, pero sí uno que se parecía mucho. Habían encontrado a un familiar. A partir de ahí la maquinaria se puso en marcha hasta dar con Roger Serafin.

Este vecino de Narón, de 49 años, es aficionado a la caza. En el momento de la detención tenía pareja, pasaba buen tiempo de su vida con su padre y entre animales (le gustan los caballos y los animales de corral). También toca la guitarra y le gusta presumir de sus presas cinegéticas. Tiene un Citröen ZX con el que se movía e iba a cazar. Y, por supuesto, es pelirrojo.

La detención se produjo en su puesto de trabajo, en Ferrol. Allí se desempeñaba en una empresa de auxiliar de montajes mecánicos. Los agentes de la UCO le indicase que los acompañase, sin levantar mucho alboroto. Cuando le contaron por qué lo detenían no se mostró nervioso ni negó los hechos. Los agentes lo llevaron a su casa, en la Rua de Vigo, para proceder al registro.

Los agentes encontraron varias escopetas y cuchillos de caza que metieron en bolsas de plástico y llevaron a los maleteros de los coches pasadas las 19:30 horas de la tarde de este martes. Subió con ropa de trabajo y bajó vestido formal. Paso a dependencias policiales hasta que este jueves prestó declaración ante la titular del Juzgado  número 2 de Ferrol, que mantiene el secreto de sumario en la causa. Este viernes confesó el crimen y ahora se investiga si pudiese estar relacionados con otros delitos sin resolver en la zona.

Su hijo pide justicia

Adrián Fernández, uno de los hijo de Elisa Abruñedo, ha reclamado "justicia". "Yo quiero justicia y que este tipo de gentuza, calaña o mierda que paguen como tiene que pagar, no como hace ahora en la cárcel, estando sanitos, aislados para que no les pase nada y luego para casa", ha expresado, tras conocer el arresto de este vecino de Narón, natural de Vilarmaior, diez años después del crimen, según recogió ‘Europa Press.

"Se supone que sí, ya que si lo detienen quiero entender que algo les ha cuadrado, ellos creen que sí -en alusión a la Guardia Civil-, pero hasta que no tengan los testimonios y las pruebas que tienen que hacer, queda en eso", ha manifestado, en relación a si cree que se ha podido detener al culpable.

El hijo de Elisa ha manifestado que siempre ha mantenido la esperanza de que este caso se resolvería. "Yo siempre he tenido esperanza y dije que a cabezón no me gana nadie, algo que saqué de mi familia y siempre quiero llegar hasta el final", ha reseñado Adrián Fernández, que durante esta década ha ejercido en diversas ocasiones como portavoz de la familia.