La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, tiene previsto celebrar la asamblea fundacional de Sumar entre finales de enero y principios de febrero dando casi por segura la investidura de Pedro Sánchez y descartando, así, una repetición electoral el 14 de enero del próximo año. Los magentas manejaron en un principio este otoño para constituirse en partido, más tarde hablaron de finales de año y ahora llevan a 2024 una cita congresual con la que superar su actual estatus de ente instrumental electoral, según ha podido saber El Independiente.

Sumar ya se había dotado de unas estructuras mínimas para afrontar la precampaña y campaña de unas generales convocadas por sorpresa, en plena resaca de las municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo. La disolución de las Cámaras anunciada por Sánchez un día después del batacazo socialista, con la pérdida a chorros de poder territorial, le pilló a Díaz con el pie cambiado.

Deprisa y corriendo nombró portavoz de Sumar a Ernest Urtasun y coordinadora del programa electoral a María Eugenia Rodríguez Palop, ambos eurodiputados. Echó mano de dirigentes destacados de Podemos como Nacho Álvarez o Alejandra Jacinto para ocuparse de las cuestiones de economía y de vivienda, respectivamente, pero poco más. Se trataba de un organigrama más bien precario con la que surfear la situación.

Ahora ha llegado el momento de la verdad, esto es, dotarse de estructuras al estilo de los partidos políticos tradicionales, una vía para organizar la vida interna de Sumar, pero no sólo, porque también le servirá a la vicepresidenta para presentar batalla frente a Podemos, que, según vaticinan en su entorno, será dura y cruenta. Los de Ione Belarra analizarán y someterán a votación el 4 de noviembre un documento redactado por la dirección morada en el que declaran su total y absoluta autonomía con respecto a Sumar y advierten que no aceptarán dobles militancias, un sistema que deberá operar en Sumar para poder incorporar afiliados de comunes, Compromís, Izquierda Unida o Más País.

Podemos debatirá el 4 de noviembre un documento en el que declara su total y absoluta autonomía con respecto a Sumar

Bajo el título "La fuerza para seguir transformando", proclaman que Podemos "es una fuerza política autónoma, que tendrá siempre su propia hoja de ruta, su programa, sus órganos de dirección y sus mecanismos de decisión protagonizados por la militancia y las y los inscritos. Podemos -agregan en un claro aviso a navegantes- respeta a las demás fuerzas políticas y a las personas que militan en ellas y, precisamente por ello, en Podemos no existe la doble militancia". Dejan así claro a Díaz su negativa a integrarse en el proyecto de Sumar, ni, por tanto, aceptar su autoridad.

Tras dicha declaración hay quien interpreta una realidad política nueva en la izquierda a la izquierda del PSOE, esto es, la ruptura de una alianza electoral que podría no volver a reeditarse en ninguno de los comicios del próximo año. Lo acontecido la semana pasada ha servido para testar el estado de las maltrechas relaciones con los morados, porque si bien no van a hacer peligrar la investidura de Pedro Sánchez, fue la firma del acuerdo de Gobierno entre Sánchez y Díaz el desencadenante de la cuenta atrás de una bomba de relojería.

La ex alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el ex secretario general de Podemos y ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, intercambiaron mensajes a través de los medios de comunicación muy poco edificantes. Colau recordó en una entrevista en el programa Cafè d’Idees, de TVE, que "Podemos firmó un acuerdo con Sumar para ir juntos a las elecciones y debe cumplir o, en caso contrario, no tendrá retorno en materia económica", e Iglesias, a través de Rac-1, replicó a su antigua aliada que "puede guardarse su autoritarismo por donde le quepa. Las declaraciones son una barbaridad y debe pedir disculpas", advirtiendo que dichas manifestaciones tendrían "consecuencias". 

El pacto de Gobierno entre Sánchez y Yolanda ha desatado las hostilidades

También el ex portavoz del Grupo Confederal de Unidas Podemos, Pablo Echenique, aprovechó para hurgar en las heridas del desencuentro calificando a Díaz de mentirosa por decir que Podemos estaba al tanto del contenido del pacto de Gobierno con el PSOE. Y se explayó vía X: "Dijo que no había intervenido en Andalucía. Que Sumar iba a hacer primarias. Que no había vetado a Irene Montero. Y ahora dice que Podemos conocía su acuerdo con Sánchez. Vuelve la vieja política, vuelve la mentira. Y todos los periodistas lo saben, aunque pocos lo digan".

Al margen de las dificultades objetivas que va a suponer la convivencia en el Grupo parlamentario, -donde, efectivamente Podemos está atrapado salvo que renuncie al 23 por ciento de los fondos que reciba el grupo y se vaya al Mixto- unido a las tensiones que provocará la negativa de Díaz a aceptar que Irene Montero repita en un Ministerio que ni siquiera tienen asegurado los magentas, 2024 va a ser un año de alta intensidad electoral.

El 9 de junio se celebran elecciones europeas y por esas fechas concluyen también las legislaturas en Galicia y País Vasco, y todo sin descartar un adelanto en Cataluña. Las posibilidades de ir a candidaturas de unidad se antojan muy remotas. Los morados tienen un "plan b" para Irene Montero: catapultarla como cabeza de lista para la Eurocámara con la peculiaridad de que se trata de circunscripción única y no se pierde ningún resto.

"Podemos no tiene ninguna intención de rendirse" dice el texto que han sometido a debate de la militancia. Es una de las razones por las que Yolanda Díaz necesita un instrumento orgánico con el que presentar batalla, un aparato al estilo de los viejos partidos, tantas veces denostados, aunque busquen otra nomenclatura para definir esos órganos, como "mesa de coordinación" y conviertan en "amigos" a sus simpatizantes.