El PSOE ha cerrado un acuerdo con ERC para traspasar el servicio de Cercanías a la Generalitat de Cataluña, después de que este jueves las negociaciones se hayan acelerado, según han confirmado a EFE fuentes conocedoras de las conversaciones. Un "traspaso integral" del servicio que serviría para satisfacer las exigencias de ERC. El acuerdo fija un calendario para el traspaso por fases de la infraestructura y los recursos necesarios para las mejoras pendientes.

Con la cesión del servicio de Cercanías en Cataluña, el Govern de Pere Aragonès y ERC amarrarían así la que era una de sus principales exigencias sociales y económicas para apoyar la investidura de Pedro Sánchez, y que se unirá al pacto alcanzado este martes sobre el contenido de una ley de amnistía que abarcaría todos los encausados e investigados por el proceso independentista desde el 1 de enero de 2013.

La Generalitat gestiona el servicio de Rodalies desde que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo traspasó al tripartito presidido por José Montilla. Pero ese traspaso no incluía la potestad sobre la infraestructura de Renfe y Adif. Es decir, sobre trenes y vías. Esto es lo que reclama ahora Esquerra, argumentando que el déficit inversor de Adif en Cataluña es la clave del mal funcionamiento del servicio.

Traspaso de infraestructuras

El Gobierno se había resistido hasta ahora a traspasar las infraestructuras, aludiendo al interés general, porque muchas de las líneas que configuran el servicio de Rodalies forman parte de líneas regionales con inicio o fin en otras comunidades autónomas. Hace apenas dos semanas, el líder del PSC, Salvador Illa, se abría a traspasar la infraestructura de las vías con inicio y final en Cataluña. Pero esa medida solo afectaría a dos líneas, denunciaron entonces en ERC.

El conflicto está en las líneas del corredor mediterráneo, al sur de Barcelona, porque enlazan con la Comunidad Valenciana, y al norte, por el enlace con Francia a través de Portbou.

El otro punto delicado del acuerdo es el convenio de financiación de las obras necesarias para mejorar estas infraestructuras. Desde la Generalitat tienen claro que un traspaso sin la financiación para las inversiones necesarias sería un regalo envenenado. Este era, pues, el nudo gordiano de la negociación.