La Generalitat ha acordado este martes decretar el estado de pre-emergencia por sequía para las cuencas del Ter y Llobregat, que abarcan a 5,9 millones de personas. Una medida que el consejero de Medio Ambiente, David Mascort, ha explicado con la voluntad de aplazar al máximo la entrada en emergencia de un territorio que abarca toda la región metropolitana de Barcelona y buena parte de la provincia de Girona.

"El agua durará tanto como seamos capaces de ahorrar agua" ha advertido Mascort, quien ha advertido que la previsión a principios de noviembre era declarar la emergencia en dos semanas. Este último nivel de restricciones por sequía se decretará cuando los embalses catalanes de las cuencas internas lleguen al 16% de su capacidad -ahora se encuentran en el 19%-.

Principales medidas contra la sequía

La principal medida incluida en este estadio intermedio es la reducción de la dotación de agua de 230 a 210 litros por habitante y día. Se amplía además la prohibición de regar zonas verdes, jardines públicos y privados con la reducción de la dotación a los campos de fútbol con césped natural. Pasarán de 440 metros cúbicos por hectárea al mes a 200 metros cúbicos.

Una reducción que según Mascort no debería afectar al mantenimiento de los campos del F. C. Barcelona, Girona o Español porque "en esta época gastan menos agua" de la dotación fijada. Mascort se ha mostrado convencido además de que "estos clubes ya hacen todos los esfuerzos para ahorrar agua".

Soluciones contra la sequía

El consejero ha reconocido además que el Govern se prepara para dos nuevas medidas de emergencia: rebajar la presión del suministro de agua y transportar agua potable en barcos hasta el puerto de Barcelona. Mascort ha confirmado que los operadores de agua han realizado pruebas de bajada de presión y que se observan ahorros de entre el 2 y el 8% del consumo. Pero ha advertido de que estas bajadas de presión no se pueden imponer de forma universal por las diferencias de orografía o tipos de viviendas en cada municipio.

"Estamos trabajando con el Puerto de Barcelona" ha asegurado el consejero, "haciendo ya las obras de adecuación. Cuando sean necesarios llegarán los barcos" con agua potable, como ya se hizo en la sequía de 2008. Unas obras que tardarán dos meses en completarse y tendrán un coste de 4 millones de euros.

Mascort ha defendido esta fase de pre-emergencia para "alargar" el periodo previo a la entrada en emergencia y ha conminado a ciudadanos y empresas a extremar las medidas de ahorro, recordando que el estado de emergencia supone una restricción del 80% del agua para el uso agrícola, por ejemplo.

"Lo más fácil era decretar la emergencia y restringir agua para todas actividades, con el daño que esto comparta, preferimos pre-emergencia hoy y si llegamos a 16% tendremos que decretar emergencia". En emergencia restricciones mucho mas graves, preferimos hacerlo al revés." argumentaba. Ha reconocido, sin embargo, que a nivel particular el consumo del área metropolitana de Barcelona "ya es de los más bajos de nuestro entorno".