El décimo mensaje de Navidad del Rey desde que llegó a la Jefatura del Estado ha vuelto a estar pegado a la actualidad del debate político. Y no tanto por su apelación a la Constitución, que es una de las constantes de sus discursos, sino también por sus alusiones a asuntos como la concordia, el respeto a las instituciones y la responsabilidad de los altos poderes del Estado. Junto a una fotografía de los Reyes y la infanta Sofía el día de la jura de la Constitución de la princesa Leonor, Felipe VI ha apelado a que gracias a la Constitución, "conseguimos superar la división, que ha sido la causa de muchos errores en nuestra historia; que abrió heridas, fracturó afectos y distanció a las personas".

Superar esa división, por tanto, "fue nuestro principal acierto hace ya casi cinco décadas. Por eso, evitar que nunca el germen de la discordia se instale entre nosotros es un deber moral que tenemos todos. Porque no nos lo podemos permitir" afirma en un momento de polarización en el debate político del que se culpan mutuamente PSOE y PP. En un discurso de casi 13 minutos, el jefe del Estado ha advertido asimismo de la importancia de que las instituciones se conduzcan "con la mayor responsabilidad", pensando en los intereses generales y "con lealtad a la Constitución", comenzando, ha agregado "por el Rey".

"Respetar a las demás instituciones en el ejercicio de sus competencias"

Es en este punto donde se ha producido otra llamada de atención, al defender que "debemos respetar también a las demás instituciones en el ejercicio de sus propias competencias y contribuir mutuamente a su fortalecimiento y a su prestigio", acaso en alusión al choque institucional abierto entre el Gobierno y sus socios independentistas con la Justicia a cuenta de la actuación de ésta durante el desafío soberanista de 2017 y los acontecimientos derivados tras conocerse la sentencia del Supremo por el procés en 2019, actos, todos ellos, que serán amnistiados.

Precisamente, el jefe del Estado, si bien no ha aludido directamente a la intentona independentista de 2017 ni a la ley de amnistía firmada con el prófugo de la Justicia Carles Puigdemont, ha defendido que si hoy España "es una sociedad fuerte" es porque, entre otras cosas "hemos expresado y -sobre todo- defendido nuestros valores constitucionales cuando éstos han estado en cuestión o se han puesto en riesgo", tal y como él mismo hizo en su discurso del 3 de octubre de 2017, abriendo la puerta a la aplicación del artículo 155 de la Constitución para intervenir la Generalitat catalana.

"Es a la Constitución y a España a lo que me quiero referir"

"Es a la Constitución y a España a lo que me quiero referir", ha dicho el Rey al inicio de su tradicional mensaje de Nochebuena, que se emite pregrabado. Y conforme a esa declaración de intenciones, ha afirmado que "fuera del respeto a la Constitución no hay democracia ni convivencia posibles; no hay libertades, sino imposición; no hay ley, sino arbitrariedad". En definitiva, "fuera de la Constitución no hay una España en paz y libertad".

La Carta Magna es un "instrumento y garantía imprescindible para que la vida de los españoles pueda seguir discurriendo con confianza, con estabilidad, con certidumbre. Para que podamos disfrutar libremente de una vida en la que cada uno, con sus circunstancias, pueda ver razonablemente satisfechas sus legítimas expectativas, sus ambiciones, proyectos y necesidades".

Pero para que la Constitución "desarrolle plenamente su cometido, no sólo se requiere que la respetemos, sino también que conservemos su identidad, lo que la define, lo que significa; su razón de ser como pacto colectivo de