Aminetu Haidar gana la partida. El rostro de los activistas saharauis podrá regresar a España después de que se haya revertido la decisión de denegarle el permiso de residencia del que disfrutaba desde hacia 16 años, en pleno revuelo mediático por lo que la propia Haidar consideró una decisión política por órdenes de Marruecos, ocupante de la ex colonia española.

La concesión del permiso de residencia y la autorización de retorno a España ha sido confirmada este viernes a El Independiente por la abogada de la defensora de derechos humanos saharaui, Fatma El Galia. A su juicio, la presión mediática y "la falta de argumentos en la denegación, que carecía de fundamento" han terminando provocando esta rectificación.

Esta semana la oficina de Extranjería había comunicado a Haidar la denegación de la autorización de regreso solicitada tras la negativa en diciembre a renovarle el permiso de residencia que había mantenido durante 16 años. "La denegación de la residencia es una actuación gravísima. La resolución está llena de errores, entre ellos la fecha de la solicitud. Pero no se trata de una decisión administrativa sino de una medida política", explicó entonces Haidar en una entrevista con este diario.

Haidar protagonizó en 2009 32 días de huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote. La activista, con un estado de salud debilitado por semanas sin probar bocado, puso fin a la huelga después de lograr su propósito de regresar a su residencia de El Aaiún. El calvario se había iniciado después de que Haidar escribiera en la documentación oficial la nacionalidad "saharaui" a su llegada a los territorios ocupados.

Haidar ha denunciado desde entonces el intento del Gobierno de Rodríguez Zapatero de comprar su silencio. Según su relato, el hoy diputado de Sumar Agustín Santos Maraver -en calidad de emisario del ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos- le ofreció "la nacionalidad española para ella y sus hijos, una vivienda en Marbella y trabajo con la condición de que pusiera fin a la huelga de hambre". Haidar rechazó una oferta que calificó de "soborno" y mantuvo una protesta que concitó una enorme atención mediática, con la visita incluida del premio Nobel de Literatura José Saramago.