Freno a la ampliación del Museo Guggenheim que la Diputación foral de Bizkaia lleva tres lustros reclamando en la Reserva de la Biosfera del Urdaibai. El Gobierno vasco y el Ente Foral han asegurado que paralizarán los avances en el proyecto durante al menos dos años para estudiar mejor su viabilidad. El proyecto, cuyos inicios se remonta a 2008, acumula numerosos retrasos, cuestionamientos y recelos de carácter medioambiental a los que ayer sumo el anuncio de que se mantendrá al menos dos años en revisión y reconsideración. Durante una comparecencia conjunta del lehendakari Iñigo Urkullu y la nueva diputada foral de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, ambos dirigentes aseguraron que se "darán un tiempo" para decidir si el proyecto debe seguir adelante.

La noticia se lanzó en víspera de que se convoquen elecciones, previsiblemente para el próximo mes de abril. La ampliación del Museo Guggenheim en Urdaibai es un proyecto que suscita mucho rechazo en amplios sectores sociales de la comarca de Busturialdea, uno de los históricamente feudos vizcaínos del PNV. Es precisamente en esta comarca donde el impulso de EH Bildu de los últimos años, contrario a la implantación de la nueva sede de la pinacoteca, está ganando espacio al PNV. Busturialdea es una zona de Bizkaia en la que históricamente el PNV ha dominado con amplitud, si bien su peso se ha ido debilitando en los últimos años en beneficio de la izquierda abertzale.

El proyecto del Guggenheim Urdaibai fue impulsado inicialmente hace 16 años por quien entonces era diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao. Su sucesor, Unai Rementeria, también defendió la apuesta e incluso la desarrollo y dio forma. La ahora diputada general, Etxanobe, también abogó con claridad por el museo. Incluso en campaña electoral afirmó que se haría "sí o sí". Ahora, con el freno que ayer anunció junto a Urkullu, asegura que no supone que nos se vaya a hacer sino que se analizará con más calma durante los próximos dos años.

127 millones y dos sedes

La apuesta de una ampliación para el Museo Guggenheim está avanzada. Se estableció que tendría dos sedes en la comarca, una de ellas en Gernika y otra en Murueta, ambas estarían comunicadas por un paseo en plena reserva de la Biosfera. Incluso su coste estaba estimado: 127 millones de euros, a financiar con recursos de la Diputación vizcaína y la Unión Europea, que sufragaría 81. Hasta ahora la segunda sede del Museo Guggenheim se había encontrado con problemas financieros y medioambientales que, según las instituciones, estarían solventados.

Incluso el Gobierno central, a través del Ministerio de Transición Ecológica había destinado 40 millones para la descontaminación de suelos. Una partida que se podrá emplear en un periodo de seis años. También la Diputación de Bizkaia contaba con 40 millones reservados para este proyecto, en el que el Gobierno vasco siempre ha sido más reacio a apoyar y financiar. El respaldo económico de la UE también tendría fecha límite de uso, el año 2026.

En 2021 se presentó el proyecto que se basa en la construcción de dos edificios, uno en Gernika y otro en la cercana localidad de Murueta, que estarían conectados a través de una vía verde de 5 kilómetros. Discurriría por un entorno natural de especial protección y valor y que enriquecería el modelo museístico singular con el que se quiere complementar el actual Guggenheim de Bilbao.

Rechazo en la comarca

Las dos nuevas sedes se levantarían a poco más de 37 kilómetros de la capital vizcaína y aprovechando ubicaciones ya existentes. En el caso de Gernika, el futuro edificio del Guggenheim Urdaibai se construiría en la vieja fábrica de la Cubertería Dalia, con 18.000 metros cuadrados de superficie. A ella se sumaría otro edificio de 3.000 metros cuadrados. Desde este punto discurriría un recorrido de 5 kilómetros hasta las instalaciones del viejo astillero de Murueta.

El concepto museístico en el que ahora se implica con financiación europea el Ejecutivo no estaría orientado a la exposición de obras de arte sino a trabajar la investigación y producción artística, el desarrollo tecnológico o la ecología con un enfoque artístico. Incluso se plantean como un centro de desarrollo de investigaciones y encuentros artísticos de primer nivel, con estancias para estudiosos e investigadores.

Todo el proyecto se ha topado con el rechazo de movimientos ecologistas que consideran que la construcción de esta nueva sede en un entorno protegido como el Urdaibai provocaría un impacto negativo en toda la comarca. Desde la Diputación de Bizkaia insisten en que todo el proyecto priorizará el respeto al entorno y la sostenibilidad. Los dos nuevos edificios, en Gernika y en Murueta, serán asignados en un concurso internacional aún por convocar.