La seleccionadora del equipo femenino de fútbol, Montse Tomé, ha asegurado este viernes en la Audiencia Nacional que nadie la presionó para no convocar a Jenni Hermoso en los primeros partidos de la selección tras la polémica por el beso de Luis Rubiales. En el marco del caso que investiga al expresidente de la Real Federación de Fútbol de España (RFEF), la última testigo ha señalado que la responsabilidad de no contar con la jugadora tras el Mundial de Sídney (Austrialia) fue exclusivamente de ella.

La declaración ha durado poco más de media hora, según fuentes presentes en la misma, y se ha centrado principalmente en los dos partidos que se jugaron después de que las internacionales fueran campeonas del mundo en agosto del pasado año. Tomé decidió no contar con Hermoso cuando la jugadora había denunciado ya al que era su jefe por el beso "no consentido". En las ruedas de prensa posteriores la seleccionadora explicó que lo hacía para "protegerla". "¿Protegerme de qué? ¿O de quién?", se preguntó Hermoso en un comunicado que envió tras enterarse de que no jugaría junto a sus compañeras los partidos ante Suecia y Suiza.

En el avance de la investigación del 'caso Rubiales' la Fiscalía había apuntado en varios interrogatorios que la entrenadora tomó esta decisión como represalia a la jugadora. Fijaba esta postura, según fuentes jurídicas, en la amenaza que su antecesor Jorge Vilda había hecho al hermano de la futbolista en el avión de vuelta a España desde Australia. En su declaración, Rafael Hermoso aseguró que le había dado a entender que si su hermana no participaba en un vídeo junto a Rubiales tendría consecuencias profesionales.

Por eso, para la defensa de Vilda era importante que Tomé declarara y así se lo solicitó al juez Francisco de Jorge. Él lo denegó y, a la vez, terminó la investigación decidiendo procesar tanto a Rubiales como a Vilda y a los otros dos directivos de la RFEF imputados: Albert Luque y Rubén Rivera. Pero la Sala de lo Penal corrigió al instructor.

Este viernes, por tanto, el juez cerraba este último fleco de la causa con la declaración a la seleccionadora. Ella ha aseverado que si no convocó a Jenni Hermoso fue por decisión propia basada en motivos profesionales aunque también mediáticos. Los profesionales, dijo, consistieron en que no había participado en muchos entrenamientos previos en ese periodo; mientras que los mediáticos, ha hecho referencia a que la presión por parte de los medios en esas semanas podía haber mermado la concentración y la motivación de la jugadora.

Por otro lado, Tomé ha señalado que su asistencia a la asamblea de la RFEF del 25 de agosto sí fue un empeño de Vilda. En esa reunión se esperaba que Rubiales dimitiera, si bien realizó un discurso en el que aseguraba que el beso a Hermoso había sido consentido, que ella había sido la que lo había abrazado a él y que no iba a apartarse de su puesto directivo. La seleccionadora ha explicado que ella no quería asistir a esa asamblea.