La jornada del domingo podría ser trágica para Vox si, a última hora, tras el recuento del escrutinio, se confirma la estimación de todas las encuestas privadas salvo una en la última semana: que quedarían fuera del Parlamento del País Vasco. Sería la primera vez, desde la irrupción en la Cámara andaluza hace más de cuatro años y medio como primer acceso de poder, que eso les sucede a los de Santiago Abascal. Por su parte, en Génova confían en ampliar resultados [entre siete y nueve, las cuentas más optimistas], y aunque esperan hacerse con el escaño de Vox, el de la nuevamente candidata Amaia Martínez, son prudentes. Frente a ellos, Vox confía en aguantar el tirón e incluso ven margen de mejora.

De hecho, los populares han alertado del posible riesgo de que se aumente el número de sufragios populares a su favor, pero eso, por el reparto de restos, no les supongan crecimiento en provincias como Vizcaya o Álava. Además, la competencia con el PNV es patente. Más tras el desliz del candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, respecto a ETA. Que ha hecho al PNV plantear los comicios con una dicotomía: O el PNV o EH Bildu. Y eso, inquieta a Génova por posible voto útil a los jeltzale.

El lunes pasado por la noche, durante una entrevista con Cadena SER, el dirigente abertzale se resistía a calificar a la banda terrorista como tal y empleaba la expresión "grupo armado". Y tras blindarse sobre el tema del terrorismo en lo ya acontecido de campaña, poniendo sobre relieve cuestiones sociales como la protección de la sanidad vasca, la Osakidetza, se veía arrollado por las reacciones de los contrincantes: desde el PNV al PSE-EE, pasando por el PP, Sumar o Vox. No obstante, por la derecha, las referencias a ello no han tenido continuidad. Solo los nacionalistas vascos, para evitar el sorpasso de EH Bildu, han explotado la cuestión.

El PP vasco y Vox saben que el marco del terrorismo frente a EH Bildu beneficia al PNV"

El PP vasco, algo que se ha publicado este viernes, sabe que a diferencia del plano nacional, no rentabiliza el marco de ETA frente al PNV, que se constituye como bloque de contención. Y que si no quiere perder al votante ya recuperado o por recuperar en el PNV, es fundamental no agitar el tema. De ello hablan fuentes de Vox a nivel nacional, quienes tampoco se ven beneficiadas de ese giro de la campaña. Todo, pese a que el marco antinacionalista les es vital en los procesos electorales que acontecen en zonas con sentimientos identitarios propios al margen de los nacionales: caso de la Comunidad Valenciana, Baleares o Cataluña [no tanto en Galicia].

Preguntado por ello, dichas fuentes concluyen que "a nosotros creo que ni nos beneficia ni nos perjudica". "Al menos no tendrá un impacto directo" para Vox, sí "podemos valorarlo más en términos del PNV y EH Bildu". Es decir, no descartan que una parte del electorado "se revuelva y valla para allá", dicen en referencia de la candidatura de Imanol Pradales. La realidad es que las apelaciones a la ausencia de condena contundente a la actividad de ETA por parte de EH Bildu, que sí han requerido otros grupos como única respuesta, en Vox no se ha dado.

Sí ha habido algunas interpelaciones. Pero marcar posición. Entre ellas que apoyar al PP es "votar a Bildu en diferido" y que los blanqueadores de la fuerza vasca son el PNV y el PSOE. Llegó a decir el día que saltó la polémica que "por mí, se pueden ir a la mierda o Otxandiano, Otegi y todos los que pactan con ellos". A ello le ha seguido, nuevamente, la petición de ilegalización de los partidos separatistas. En lo que sí ha insistido Abascal, que monopoliza la campaña de Vox, es en trasladar que ha habido mandato de la cúpula de EH Bildu para aparentar moderación. Y también para denunciar incidentes en tres mítines. Nada más. El tema dominante, en todo caso, ha sido la inmigración con el campo en segundo plano. Como forma de diferenciación de los populares.

Insistencia en Álava al final de la campaña

La importancia de la provincia alavesa para Vox es patente atendiendo a su itinerario de actos con principal repercusión, y en los que ha estado Abascal. Saben que se la juegan. Si se repasan los mítines hechos allí, de las once citas que han trascendido y en las que ha estado Abascal, solo tres han sido fuera de Álava. Son el inicio de la campaña en Bilbao [la pegada de carteles si hizo en madrugada en Álava, pero acudió Javier Ortega Smith], un acto ese domingo siguiente en Irún (Guipúzcoa) y otro en Getxo (Vizcaya). El resto, incluidos el cierre de ayer, han transcurrido en Vitoria o en la provincia. Del miércoles al viernes se ha focalizado allí la actividad.

A diferencia de los sondeos privados o el CIS, las encuestas internas de Vox le dan representación y mejora en todas las provincias"

No es de extrañar, es la provincia más ventajosa para conseguir representación. Casi vale cuatro veces más el voto de un alavés que el de un vizcaíno, por la existencia de sobrerrepresentación. Pero además, también es la zona del territorio vasco menos nacionalista. Ello les permitió entrar en la pasada edición de 2020. Al PP le ha proporcionado, al menos en las tres últimas convocatorias, la mitad o algo más, en el caso de 2016, de su representación vasca.

Consultados por las estimaciones, desde Bambú adelantaban que era difícil conseguir un segundo escaño pero aspiraban a aguantar con la representación de los últimos cuatro años. De hecho, indicaban que ese ya sería un buen resultado. En las últimas horas, fuentes nacionales recalcan que con "los datos" que manejan, sus encuestas internas, "revalidamos el escaño". Y no solo eso, añaden que "salvo sorpresa, mejoramos los resultados" como ocurrió en Galicia, pese a que no les valió para entrar. Tanto el global como "en todas las provincias". Esta contemplación, según trasladan desde el partido, se ha mantenido durante toda la campaña, "ninguna nos daba fuera".

Para Vox el problema no es tanto si consiguen uno o dos escaños, porque como indicaba esta semana Abascal en una entrevista con Luis del Pino en Radio Libertad, la presencia de Vox en Euskadi "es testimonial" y no tiene capacidad de influencia. Lo que preocupa es "el Gobierno que salga", tanto si parte del PNV asociado con el PSE-EE, de los socialistas asociados con EH Bildu [algo que Andueza ha negado que vaya a hacer] o de una coalición nacionalista e independentista inédita hasta ahora, de inspiración catalana como las de ERC y Junts.

La inmigración: clave en el cierre

El tema esencial de la campaña no ha pasado desapercibido en el cierre. Ello, pese a amagos de combinarlo con otras cuestiones como la nacionalista. El PNV "es culpable por la colaboración con el terrorismo" en "la expulsión de 200.000 vascos con ocho apellidos" [referido durante la actividad de ETA], afirmó durante su discurso final en la Plaza de los Fueros de Vitoria. Abascal quiso calar con la cuestión migratoria señalando que "hace un tiempo que no venía, y he notado un gran cambio en la sociedad vasca". "Absolutamente nadie me ha gritado por la calle gora Euskadi askatuta (viva Euskadi libre) o algo parecido; sí me han gritado 'viva Mohamed VI'". Relacionando esta cuestión, señalo que este cambio es una demostración de cómo el nacionalismo vasco "ha pasado de la autodeterminación a la autodestrucción".

En ese mitin final, acompañada por él y figuras como la del vicepresidente, Ignacio Garriga, la candidata, Martínez, se mostró igualmente convencida de que tendrán un gran resultado en beneficio, dijo, "de un País Vasco libre de separatismo" y de "emigración desenfrenada".