Que partidos como el PNV estén focalizando en Vitoria y otras zonas de la provincia de Álava sus esfuerzos electorales, con mítines por ejemplo, no es más que una muestra de la importancia que tiene el territorio en estos próximos comicios del 21 de abril. Con un panorama empatado a 28 escaños de media en las encuestas entre las dos grandes fuerzas íntegramente vascas, caso de los jeltzale y EH Bildu, el resultado alavés puede ser clave para dirimir si por primera vez en la historia democrática el PNV no es la formación más apoyada en Euskadi. Por ahora, ningún sondeo prevé el sorpasso directamente, aunque los márgenes de error no cierran esa posibilidad.

Hasta el momento, entre lo acontecido y la jornada de hoy, el PNV ha programado cinco actos de campaña en Álava: la presentación del programa electoral, el inicio de la contienda, un mitin el pasado sábado en la capital, otro el domingo en la localidad de Araia, y este martes de nuevo en Vitoria. Además, para esta mañana está programada una entrevista de Imanol Pradales, el candidato peneuvista en Radio Vitoria. No es casualidad que EH Bildu decidiese iniciar en la ciudad, que acumula casi la mayoría del voto provincial, la campaña también. Incluso lo hicieron PP y Vox. Los primeros confían mejorar sus resultados gracias a la provincia y en detrimento de los segundos. Vox lucha por aguantar con su diputada y no desaparecer del Parlamento. En el caso de EH Bildu, son dos actos -incluido uno en Amurrio- y una entrevista en la misma emisora mencionada y queda alguno más pendiente de conocer.

¿Por qué es tan relevante Álava en esta edición? Porque se estima una victoria clara del PNV en Vizcaya y otra similar de EH Bildu en Guipúzcoa, lo que deja a provincia con un claro papel de desempate. La gran diferencia de ésta es que cuenta con una gran sobrerrepresentación de las candidaturas. Lo que en el pasado favoreció a formaciones como la de Santiago Abascal para entrar en el juego político vasco. Y tiene una tendencia clara hacia la izquierda, aunque no obtienen malos resultados los partidos de centro y centroderecha.

El PNV se arriesga a perder voto conservador hacia el PP por la derecha en Álava, desgastado por las gestión de estos años"

El fomento del equilibrio territorial que desde hace décadas lleva impulsando el PNV, que ahora puede perjudicarles, se evidencia con el reparto de 25 escaños por parte de cada una de las tres provincias. Todo pese a que el coste electoral es de la mitad para conseguir representación en Álava y el sistema premia a las candidaturas pujantes. Y eso, ahora, además de a populares a costa de descontentos del PNV, puede beneficiar a los abertzale. Y ello en el núcleo menos nacionalista de la región. Se ve en las distintas convocatorias electorales: en las generales de junio ganó el PSOE casi con el 28% del voto seguido de EH Bildu con el 19,5%, del PP con el 18% y del PNV con casi el 17%; en las municipales, en Vitoria, pese a ganar los de Arnaldo Otegi, hubo un reparto de alrededor del 20% para cada formación.

Los factores que benefician a Bildu

Al margen del desgaste jeltzale, la candidatura de Pello Otxandiano podría subir en parte por la ruptura de la coalición de izquierdas de Elkarrekin-Podemos que no capitalizan ni los morados ni Sumar. Con ese ascenso, por delante, ya habría algo de sobrerrepresentación para EH Bildu por destacar, que busca hacerse con los dos escaños que consiguieron los morados en Álava. Hay varias claves que permiten que una corriente como la de Otegi tenga buen recibimiento en Vitoria o la provincia. La primera es la actitud de compromiso político con la gestión, y el alejamiento de los intereses partidistas al menos en apariencia. La dotación de sus votos a otras fuerzas progresistas para evitar que la derecha gobierne. Es lo que viene abanderando el partido para terminar de institucionalizarse aún con el recuerdo de ETA muy presente.

Se ha hecho a nivel nacional, cediendo al PSOE su apoyo sin aparentes pactos ni reclamaciones de calado más allá de "mejorar la vida de la clase trabajadora". El PP habla de pactos ocultos tras la investidura de Pedro Sánchez, no obstante, refiriéndose a la moción de censura de Joseba Asirón a UPN con el correspondiente apoyo socialista. Sí destaca, por ejemplo, la petición de transferencias como la de la gestión de Tráfico a Navarra. También se ha hecho localmente: hace ocho años permitieron desplazar a Javier Maroto de la alcaldía de Vitoria en favor del PNV, pese a que éste decidió pactar posteriormente con el PSE-PSOE. Es lo que se ha denominado como un modelo alavés de hacer política.

Otra clave es la defensa de banderas que encajarían a cualquier otra formación progresista. En este caso, se está dando notable protagonismo a la sanidad vasca, la Osakidetza. A diferencia de otros territorios donde el nacionalismo pesa a veces más que los servicios sociales, entre una sociedad que puede presumir de tener generalmente una renta personal pareja a la renta media de la autonomía, en Álava se viene aquejando de un desgaste del servicio médico. Se evidenció, especialmente, en pandemia. Además de las propuestas de Otxandiano, que contempla un documento propio dedicado a la sanidad o la salud mental [puede consultarse aquí], ahora el candidato ha propuesto un pacto sanitario "de país" a Pradales. Incidiendo en que "todo es mundo reconoce que tenemos un problema". Lo dijo en el mitin de Amurrio, el lunes.

Simbolismo del territorio

Mientras que los abertzale tampoco quieren descuidar Guipúzcoa, el PNV hace lo propio con Vizcaya, con presencia en Donostia, Bilbao o Sestao hasta el momento. Se quiere garantizar, a toda costa, que la priorización de Álava no hace desatender al votante del resto de Euskadi. De hecho, el presidente jeltzale, Andoni Ortuzar, ha pedido una movilización "a tope" para que no se pierda ningún voto. El PNV se erige como muro de contención frente al crecimiento de EH Bildu y expone que el partido esconde "una agenda con verdaderas intenciones".

Hay que destacar que en parte, que Álava tenga la llave de un cambio de ciclo político, que no electoral, por que el PNV seguirá sumando con el PSE-PSOE si EH Bildu gana las elecciones, se entremezcla con un elemento de simbolismo. Por un lado, el PNV ha sido sólido allí. Por otro, Álava alberga el Parlamento vasco y el palacio de Ajuria Enea.

Frente al tirón que genera EH Bildu entre los más jóvenes, el PNV ha situado como cabeza de lista por Álava a Joseba Díez, de 31 años. Igualmente, la elección de Pradales, de 48 años, sigue ese camino frente a Urkullu, que ahora con 62 años optó a la Lehendikaritza con cuatro menos.