En pleno auge de EH Bildu en las encuestas de forma casi homogénea, tanto en el CIS como en los estudios de demoscópicas privadas, su candidato Pello Otxandiano ha patinado en la recta final de la campaña con una cuestión troncal en el País Vasco y ligado a la izquierda abertzale: la calificación de ETA como "grupo armado" para evitar denominarla de "banda terrorista". Ante una campaña técnica y asociada a cuestiones sociales como la Sanidad, el conjunto de rivales políticos han tomado partido. Desde un PSOE que recrimina a la fuerza vasca su falta de condena, a un PP que aprovecha para atacar a los socialistas por mantenerse en el poder estatal gracias a los votos de Arnaldo Otegi. Pero también lo ha hecho Sumar. No Podemos, en cambio. Ambos, nicho de votos

En respuesta a una entrevista de Otxandiano para Cadena SER, la candidata de Sumar, Alba García, marcaba perfil político este martes. Es "evidente" que ETA fue "una banda terrorista", dijo la cabeza de cartel de los magentas vascos, que instó a EH Bildu a estar a la misma "altura" en la que se encuentra ahora la sociedad vasca. "Si queremos pensar en un futuro de seguir trabajando por la paz y la convivencia, como mínimo que las víctimas siempre estén en el centro". "Lo que supuso para Euskadi el terrorismo de ETA fue muchísimo dolor y muchísimo sufrimiento, y no podemos tomarlo a la ligera", insistió García. Ahora bien, la candidata no cerró la puerta a llegar a acuerdos con los abertzale, porque, como ella mismo expresó tienen "elementos programáticos en común".

El momento viene como anillo al dedo a Sumar. Porque, en plena campaña, cuando Otxandiano y los suyos venían a cubrir cuestiones reivindicadas por los de Yolanda Díaz como la vivienda, este tema permite a la confluencia marcar distancias, y una nueva vertiente discursiva con la que distinguirse. Todo, con los sondeos más recientes de fondo -ya no se publicarán más por ley, al quedar menos de cinco días- dándoles la posibilidad de entrar con un diputado. Y especialmente cuando el discurso de los abertzale está calando en el espacio a la izquierda del PSE, en el denominado como confederal y especialmente entre los nuevos votantes y el público más joven.

EH Bildu ha capitalizado un tercio de los votos del espacio dinamitado de la izquierda confederal"

Ahora bien, consultadas fuentes de Sumar a nivel nacional en relación a esto, sobre si puede resultar beneficioso para la marca, evitan entrar en materia y se remiten a las palabras de García. Se huye del tacticismo explícito frente al relato público. Fuentes de Sumar en Euskadi, que no abordan el asunto concretamente, sí aseguran que hay "mucha gente de izquierdas que no comparte la trayectoria" de EH Bildu. Y que, vistas estas "contradicciones" con la realidad de la sociedad vasca, podrían pensárselo. Está por ver si la diferenciación se mantiene hasta el cierre de campaña o pasa de largo.

Trasvase de voto progresista a EH Bildu

El voto confederal que está en juego ahora, por la dispersión y el descontento que generó entre muchos de sus electores las tensiones entre socios en Madrid y la posterior dificultad para asociarse en Euskadi, no es propiedad de Sumar íntegramente. En parte sí lo es de Izquierda Unida, ahora asociada al Movimiento. Los cuales integraban la anterior coalición Elkarrekin-Podemos en la que ahora solo militan los morados y a Alianza Verde. Compiten por él Podemos, Sumar y EH Bildu, aunque también el PSE-EE, que vendría a ser la llave del próximo Gobierno.

En concreto, EH Bildu se haría, según las transferencias de voto publicadas en el último ciclo de encuestas reciente, es de entre un 20 y un 30% del electorado. Sumar y Podemos se repartirían el resto en la misma proporción, con un trasvase restante y mínimo para los socialistas.

Con un suelo general de dos de cada diez votantes, Sumar partiría a estas elecciones con entre 14.000 y 21.000 votos. Teniendo en cuenta que por Álava no apuntan a conseguir representación, y que allí, como provincia más sobrerrepresentada, Vox consiguió sólo un escaño con algo más de 17.000 votos, es lógico que el partido de Díaz abogue por reforzar las fronteras de su espacio e intente frenar los trasvases a EH Bildu.

La herida de las gallegas, muy reciente

No conseguir representación en las vascas sería desastroso para un proyecto medianamente ya constituido y que ostenta la cuota menor del Gobierno de coalición. Y de momento, esa capacidad de asentamiento regional en Euskadi está en el aire para Sumar. Se le uniría la derrota gallega, en territorio de la líder nacional, lo que dejaría tocado al partido de cara a las europeas, teniendo en cuenta que a las catalanas, donde el espacio aguantará casi intacto, no se presentan, solo lo hacen los comunes. Allí la marca sigue siendo potente.

Al margen de la oferta política, el extraparlamentarismo para Sumar afectaría a Díaz y a su legitimidad como líder del espacio de la izquierda del PSOE no nacionalista. Ya ocurrió tras las elecciones de Galicia, cuando Más Madrid o Compromís empezaron a recelar de la alianza y subieron sus exigencias para continuar la colaboración. En el caso de los de Mónica García, ello se ha saldado con garantías para que Sumar no se despliegue en la Comunidad de Madrid y sea la marca madrileña quien lidere, como los comunes en Cataluña. En el caso de Compromís, que es ajeno a esa alianza ejecutiva, ha sido un tercer puesto en la lista de las europeas lo que ha calmado las aguas.

Sumar arrastra problemas al margen de lo electoral. Entre ellos, la poca movilización de las bases en la I Asamblea de la formación, donde se constituyó como partido: solo participó el 11,7%, 8.179 personas. Pero también lo son la agenda política dominante: la amnistía y la corrupción derivada de la compra de mascarillas durante la pandemia; la trama Koldo. En ambos, no encaja ningún tema social. Que no haya presupuestos tampoco fomenta esto, dado que las medidas sociales requieren de partidas económicas.

Y acciones como que el PSOE fomente una ley de abolición de la prostitución sin consultar o sondear a Sumar sobre su postura, tal y como reprocharon en su momento internamente, no ayuda a afianzar espacios. El portavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón, ya reprochó la aparente pinza que creen que está fomentando el PSOE: "Las coaliciones no se salvan solas ni yendo por separado".

En el foco, con todo, está el PNV. La posibilidad de que haya coalición íntegramente vasca, algo que descartan todos los actores a priori, hace que Sumar abogue por ser alternativa de voto. Para García, "la izquierda útil" no es la que sostiene a los jeltzale. "Esto va de construir las mayorías de izquierdas, y quien no entienda esto se está equivocando y mucho", aseguró en un mitin reciente. Algo dirigido, a su vez, hacia el PSE-EE.