José Félix Tezanos afronta una nueva campaña electoral a contracorriente del resto de encuestas electorales: es el primero que da la victoria en los comicios, al menos en porcentaje, a EH Bildu frente al PNV. No obstante, la fuerza jeltzale sí sumaría con el PSE-PSOE para seguir al frente de la Lehendikaritza. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado este martes a primera hora de la tarde su primer estudio de 'campaña electoral' de las vascas, que se une a la previa lanzada el pasado lunes 1 de abril. El sorpasso de los abertzale es la gran novedad que arroja. Entonces, dio al PNV como ganador con una horquilla de 30-31 escaños (36,1%) y a EH Bildu la segunda plaza con entre 28-29 parlamentarios (33%).

Hoy, bajo un trabajo de campo elaborado en este inicio de campaña electoral y estrictamente en abril, el organismo público vislumbra cambios: la candidatura nacionalista de Imanol Pradales baja a una estimación de entre 32,6-33,5%, una media de tres puntos menos que casi capitaliza EH Bildu. Pello Otxandiano, la propuesta de los de Arnaldo Otegi para estas elecciones, sube al 34,2-35,1%. No se aportan, a diferencia del estudio preelectoral, atribución de escaños para el Parlamento Vasco, lo que impide ver si ese incremento porcentual se refleja en presencia o no.

La otra batalla electoral la disputan los dos grandes partidos estatales y constitucionalistas: PSE-PSOE y el PP. Por crecer o mantenerse estables y no bajar. Los primeros serán llave de gobierno salvo que haya un acuerdo entre nacionalistas y soberanistas vascos. Algo que, por los discursos enarbolados en la campaña, caso del de Andoni Ortuzar, erigiendo a su marca como dique de contención de EH Bildu, no parece que vaya a materializarse. Desde 2020, los socialistas tienen el 13,65% de apoyo y diez escaños. En el CIS preelectoral Tezanos les estimó el 13,1% y de diez a once bancadas. Ahora el organismo público mueve a los socialistas de Eneko Andueza entre el 13,3% y el 14,1%. Por lo que mantendrían resultados.

El caso del PP es más destacable. La ruptura de la coalición de izquierdas Elkarrekin-Podemos y la aparición de Sumar en el tablero de propuestas políticas permite a Javier de Andrés, designado nuevo barón y candidato popular, convertir al partido en cuarta fuerza autonómica. La marca logró el 6,77% de los votos junto a Ciudadanos en coalición y seis escaños. Al inicio de la semana pasada el CIS aludió un crecimiento hasta el 7,7% sin repercusión en la representación. Pero ahora lo rebaja al 6,7-7%. No percibe que el PP se esté beneficiando de voto descontento del PNV como sí lo estaría haciendo EH Bildu.

El CIS prevé, eso sí, una muy pequeña mejora de Vox. Obtiene el 2,2% de los votos, lo que deja en el aire su continuidad en el Parlamento. Y solo podría hacerlo manteniendo su escaño en Álava. Los de Santiago Abascal y Amaia Martínez suben del 1,96% de 2020, también reflejado por Tezanos hace diez días con una atribución de cero a un cargo. Sumar, por su parte, empeora atribuciones en detrimento de los abertzale y quizá también del PSE-PSOE. Del 3,7% estimado preelectoralmente, ahora Alba García sumaría de 3,1 al 3,6% de los votos. Mejor también algo Podemos, aunque muy lejos del 8,05% que le permitió alcanzar su alianza con partidos como IU, ahora aliados a Sumar. Los morados, que repiten con la candidatura de Miren Gorrotxategi, se mueven entre el 3,1 y el 3,2%. Es hasta seis décimas más que el sondeo previo del CIS.

Una de las claves de la campaña protagonizada por EH Bildu es su apuesta por el 'modelo alavés', esto es mostrarse como un partido institucional que no tiene inconvenientes en prestar sus votos para dotar de estabilidad o para impedir que la derecha alcance cuotas de poder. Lo ha hecho en el Congreso de los Diputados apoyando los gobiernos de Pedro Sánchez. También lo hizo en Vitoria, apoyando una moción que dotó al PNV de la alcaldía en 2016. Por otro lado, a la capitalización del voto joven de izquierdas, ante la falta de alternativas fuertes, se une el descontento por la gestión del PNV. Especialmente en cuestiones sociales como la sanitaria y el cuidado de la Osakidetza. La oposición defiende que este viraje no es real ni responde a un compromiso firme más allá del electoral.