Aunque la presidenta del PP de Madrid y de la Comunidad ya ha dejado patente su deseo de un giro ideológico tras el XXI congreso del partido, tanto ella como su núcleo duro y su aparato regional esperarán hasta que se publique de forma oficial la propuesta de documento político que se votará entre el 4 y el 6 de julio para empezar a marcar posiciones vía enmiendas. Se espera que el texto propuesto se dé a conocer a mediados de junio y, a partir de entonces, los populares madrileños puedan abordar el choque ideológico. Ese proceso acontecerá durante la segunda quincena del mes.
Desde el entorno más directo de Ayuso se da prácticamente por seguro la presentación de esas correcciones. Sobre todo cuando no hay un alto representante de la madrileña, o ella misma, en el comité que desarrollará la propuesta política. Se asegura que no hay descontento pese a ello, y se destaca el papel de Alma Ezcurra, quien ha representado durante años al PP de Madrid pese a ser ahora eurodiputada y miembro de Reformismo21, el think tank de Feijóo.
Hasta la fecha, la actitud del aparato de Ayuso es de discreción. Recientemente, solo Alfonso Serrano, que preside la organización del congreso, instó a contar lo antes posible con la propuesta política para que se inicie el "análisis del texto" y un "debate de todo [...] sin miedo". Es quien más ha marcado posición junto a la propia Ayuso, que este lunes, durante la presentación del nuevo libro de Esperanza Aguirre, Una liberal en la política (Deusto), con quien se deshizo en elogios. Pero Ayuso fue más contenida que la expresidenta de la Comunidad.
La actual lideresa apostó por que se saque "la mejor versión del PP" en un momento "decisivo" para el país. El partido que salga del congreso tiene que "ilusionar", "reponer" y "reconstruir el orden constitucional". Sí llamó a que todas las corrientes del PP convivan en torno a un "liberalismo a la española". Nada más. Esos mensajes fueron correspondidos tanto horas antes, en la Junta Directiva Nacional en Génova, como el martes en un desayuno informativo junto a Paco Núñez en Madrid y este miércoles en una intervención en el Ateneo de Madrid.
Feijóo repitió el mismo mantra: el PP saliente del congreso interno dará "la alternativa a la España que vendrá". Se apuesta por una propuesta que regenere la "voracidad inquisitorial" del Gobierno, que "oxigene" las tendencias de "autoritarismo" y que suprima las "mentiras y la corrupción". Pero, de momento, a la espera de una propuesta, el popular rehúye líneas ideológicas. Se centra en la política de utilidad, clásica, reclamando desde que se den las ayudas a los afectados de ELA, apostando por la unificación de criterios universitarios por regiones o con propuestas como un cheque de 600 euros para los celíacos. Ahora bien, ante posibles comparaciones con la etapa de Mariano Rajoy, reprochada por la propia Aguirre en el pasado, deja claro que acatará las directrices acordadas por el congreso. "No soy un chisgarabís que se deshace a la primera de cambio". "Lo que prometo lo cumplo", lleva insistiendo desde estos días atrás. Tampoco pretende esconder el debate ideológico. Ante los suyos lo recalcó el mismo lunes, habrá "un debate fluido" porque "la unidad no se impone, sino que se construye".
Feijóo se ha comprometido a acatar el mandato ideológico que salga del congreso, como base para el programa electoral de las próximas generales
Mientras Ayuso y los suyos —sumado a otras corrientes internas ligados a esa línea dura— esperan a tener en sus manos la propuesta, Aguirre y el expresidente José María Aznar vienen allanando el camino para esa batalla interna, para que se priorice un cambio ideológico de endurecimiento hacia la derecha y que apueste por la confrontación de tú a tú con la izquierda en el terreno de las ideas, los valores y la moral. Algo que permita plantar cara a Vox, ampliar nichos —renunciando a adherir por el centro— e intentar recomponer lo que antes era "la casa común" del centroderecha.
De "ilusionar" a "entusiasmar a los propios"
Ayuso puso la primera piedra con su demanda de "ilusionar" a los votantes populares. Sobre ella, Aguirre y Aznar, los rostros históricos de ese PP clásico han ido preparando el terreno externo de cara a ese debate de enmiendas, presionando a Génova. Más cuando Feijóo ha encargado a Juanma Moreno supervisar junto a Alfonso Fernández Mañueco, Ezcurra y Natalia Chueca la elaboración de esa ponencia política. Moreno Bonilla representa al ala más moderada de la formación, y eso previene al ala más dura de los contenidos del documento.
Aguirre, que el lunes por la mañana estuvo presente en el desayuno, evitó un cara a cara con Feijóo. Según trasladan fuentes conocedoras, llevó dedicado un ejemplar de su libro al gallego, dedicado, cuya entrega delegó en un trabajador del partido. Por la tarde, en la presentación de su escrito, fue clara. Aunque sabe que Feijóo dista de sus posiciones liberales, reconoció que se está abriendo a cuestiones próximas, como por ejemplo, la apuesta por la energía nuclear. Sin embargo, apostó claramente por que "todo el PP debería seguir la línea de Ayuso".
La respuesta de Feijóo a Aguirre el martes fue clara: "Todas las batallas hay que darlas y ganarlas". No obstante, esa réplica no se ha dado a Aznar este miércoles. El expresidente ponía en cuestión, de hecho, que el PP se aferre a la oposición total a Sánchez como trampolín al Gobierno sin contenido ideológico de por medio que movilice, confiando simplemente en el descontento.
Aguirre clama para que todo el PP siga la línea de Ayuso y junto a Aznar pide batalla de ideas contra Sánchez
Con EEUU y Trump como ejemplo del resultado del "extravío extremista" y el "delirante wokismo" del Partido Demócrata, Aznar indicó que el PP debe ganar elecciones desde "el entusiasmo de los propios" y no solo con el "rechazo del adversario". Una clara llamada a rearmar ideológica y propositivamente al PP y no centrarse únicamente al cuestionamiento del Gobierno en un momento de desgaste judicial por los escándalos de supuesta corrupción en el entorno del PSOE y de Sánchez, y por las tensiones con Sumar y los socios o la presión de Junts. En esa misma línea se ubica Aguirre. Ello frente a la ofensiva del PP contra Sánchez por esa supuesta corrupción o por la estrategia energética tras el apagón.
El aborto, la eutanasia o la gestación subrogada son las cuestiones morales más complicadas a debatir. Se suma aclarar el abanico de pactos viables del PP, si retomar el clásico acercamiento con el nacionalismo e independentismo de derecha, por desdeñarlos y ligarse claramente a Vox, o por priorizar una línea alternativa. Este miércoles, de hecho, en una entrevista en Telecinco, Santiago Abascal se ofrecía a un pacto de investidura y de gobierno al PP si se alinea bajo sus criterios. En concreto, la mayoría que comparte con figuras como Aguirre. La vinculación de Vox con Orbán, y por ende con la Rusia de Putin, en cambio, viene incrementando la desconfianza de Aznar en las siglas de Abascal.
El clima actual que empieza a gestarse en el PP, pese a la tranquilidad que se esmera en evidenciar de cara al exterior, recuerda a la presión de Aguirre a Rajoy allá por 2008 para el congreso de Valencia, con la necesidad de dar la batalla cultural al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero. En este cónclave el liderazgo de Feijóo no se pone en duda, en cambio.
Un congreso "muy democrático"
No es menor el tema de las primarias. La intención de Feijóo es la de modificar el actual sistema de elección para que todo recaiga en los compromisarios del partido. La duda es qué votarán los más afines de Ayuso, que tiene mucha proximidad con la militancia del partido, que ahora interviene en la primera fase de elección de candidatos, para dejar, en una segunda vuelta, el turno a los delegados territoriales. Esto generó, por ejemplo, que en el congreso de 2018 Soraya Sáenz de Santamaría arrasase en primera vuelta y después ganase Pablo Casado por el voto de los compromisarios. Para reformar el sistema, se tendrá que contemplar en la ponencia estatutaria. "Ya se verá", dejan en el aire diferente perfiles del partido.
Fuentes de la organización y de la dirección nacional han trasladado algunos detalles de cómo se abordará el proceso. Se estima que el Comité de Organización (COC) se reúna al menos una vez a la semana, y no necesariamente siempre presencial en Génova debido a la integración de distintos representantes de diversas procedencias. Por otro lado, se destaca que este será el congreso con mayor presencia de compromisarios de la historia del PP, unos 3.300 frente a los 1.095 del PSOE en el último de Sevilla a finales de 2024. Además, se pone en valor la representación que tendrá NNGG. "Lo que acordaremos tendrá un respaldo muy amplio y democrático", insisten en el PP.
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