El margen ya es muy escaso para poder lograr un acuerdo. Así lo trasladan fuentes autonómicas de una de las comunidades afectadas por la prórroga de presupuestos regionales de 2024. En concreto, son cinco las autonomías afectadas por la incapacidad de sacar adelante un proyecto presupuestario de la mano de Vox. Solo Baleares apunta a ser la más factible para ello tras el principio de acuerdo en la Comunidad Valenciana ligado al proceso de reconstrucción del desastre provocado por la DANA de finales de octubre en la provincia de Valencia. Aunque aún falta la firma, algo que está dilatándose en el tiempo.
En el aire quedan aún Extremadura, Murcia y Aragón. Por descartado se da el de Castilla y León, donde las relaciones están prácticamente rotas y se intuye adelanto electoral a finales de este año.
El lunes por la mañana un digital regional de Baleares apuntaba a un pacto inminente entre el PP de la presidenta Marga Prohens y Vox, algo que horas después los populares desmentían. Se cortaba de raíz cualquier atisbo de entusiasmo por tumbar uno de los muros constituidos por los de Santiago Abascal desde la ruptura de gobiernos autonómicos del año pasado, a partir de la cual los ultraconservadores prometieron que para el apoyo a propuestas del PP éstos tendrían que sudar la camiseta. En las islas el pacto puede desbloquearse en cualquier momento, pero éste distan para los gobiernos de María Guardiola, Fernando López Miras y Jorge Azcón.
En Aragón, de hecho, el acuerdo presupuestario se avistaba como inminente en el primer trimestre del año. Especialmente después de desbloquearse el valenciano tras un consenso con el president Carlos Mazón. Sin embargo, las tensiones nacionales entre Génova y Bambú, han terminado por influir a los aparatos regionales [el partido se organiza por ejecutivas provinciales, no creen en el Estado autonómico] de Vox. PP y Vox atraviesan uno de los momentos más complicados. Los de Abascal insisten en acercar a los populares —mediante la mirada a sus pactos en Europa— al PSOE para reivindicarse como la opción más válida y anti sanchista de la derecha.
La demanda de contramedidas para desbloquear los pactos han incluido, de hecho, la ruptura de alianzas en la UE. Así lo exigía Abascal en una comida de afiliados en Buenavista (Murcia) el 9 de enero. También un distanciamiento de las legislaciones verdes o de las políticas de migración, con un alineamiento bajo el pacto antimigratorio europeo vigente, pese al choque mantenido durante todo un año en el plano nacional entre PSOE y PP por la reforma, ya desencallada por el PSOE, de la Ley de Extranjería. Ahora, con un tono díscolo sostenido hasta el momento, incluso crítico con el congreso extraordinario que el PP va a atravesar en julio, hay quien ven ya "complicado" que se lleguen a acuerdos en Extremadura, Aragón y Murcia.
Sin casi margen para los acuerdos
Fuentes del gobierno de Aragón se muestran pesimistas con la mirada puesta en Baleares. Confían en que se llegue a un acuerdo muy pronto que acerque posturas entre el PP y los de Abascal y haga recapacitar a Vox sobre las tres comunidades pendientes. En el caso concreto de Aragón, se espera que, de materializarse con Prohens, el pacto en las islas haga coger "carrerilla" y ponga el sello a las conversaciones que llevan prolongándose durante meses con Bambú. En especial con la vicesecretaria de Acción Política, la castellano y leonesa Montserrat Lluís.
En Baleares se ultima un acuerdo
Pese a las exigencias duras de Vox, especialmente en materia lingüística, el punto de encuentro con los populares que está pendiente de materializarse —se apunta a este viernes— solo plantea cambios mínimos en lengua sin gran calado sobre la ley actual. Será un proyecto similar al presentado en el último trimestre de 2024. A cambio del apoyo, el PP se vuelve a abrir a derogar la Ley de Memoria Histórica regional, uno de los consensos que se rompieron a finales de año por la postura de los de Abascal. A diferencia del resto de territorios, el trámite obligará a abrir el Parlament en julio.
Lo cierto es que, añadido a la actitud de Vox, el congreso convocado la semana pasada por el PP de Feijóo complica cualquier negociación y acorta los plazos. En breve los territorios entrarán en modo electoral para elegir a los compromisarios que les representarán en el cónclave. Algo que se materializará el 16 de junio. Además esos aparatos se pondrán a trabajar en sus deseos de influir en el trabajo estatutario y de ponencia política. Por otro lado, ya se bordea el fin del ciclo de sesiones y cualquier acuerdo que no se consense antes de junio aboca a que el PP decida desistir de sus intenciones y se centre en la preparación de cara a septiembre u octubre del nuevo proyecto para presupuestos de 2026.
El clima en Aragón, Murcia y Extremadura
El viernes pasado, el consejero de Hacienda aragonés, Roberto Bermúdez de Castro, apuntó a que "como parece que va a suceder, este año no va a haber presupuestos autonómicos" pese a que las intenciones eran sacarlos adelante. Desde el equipo de Gobierno, con todo, aún siguen sin cerrar la puerta de forma definitiva, aspiran a encontrar algún resquicio, aunque son conscientes de que la situación ya es crítica y cada vez se acotan los plazos. Entrados ya en junio, ya no serían "razonables". La actitud del Gobierno aragonés, pese a todo, es la de no someterse a cualquier tipo de imposición por parte de Vox.
A diferencia de Azcón, que no se ha pronunciado recientemente sobre ese asunto, en su visita a Génova sí se posicionó López Miras a la entrada, este lunes, a la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP, previa a ese congreso del 4, 5 y 6 de julio. "Tendrá que ser Vox quien diga, porque están bloqueando", aseguró el presidente murciano. En el territorio asegura que ya hay un preacuerdo —como en Baleares—, pero que falta la rúbrica y el sí definitivo de Abascal y los suyos. Profundizó en este asunto este martes el consejero murciano de Hacienda, Luis Alberto Marín, que denunció el bloqueo sistemático de Vox.
Por un lado, el consejero indicó que ha habido dos citaciones a Vox por parte del propio López Miras para la firma. "No han acudido a las citas", dijo Marín durante su participación en la octava edición del Observatorio Financiero de la Región. Por otro lado, el PP recalca que se han aceptado las condiciones de Vox, tanto el rechazo a la política migratoria de Sánchez como en lo relativo a pedir modificaciones en el Pacto Verde. La última escusa para dilatar los tiempos ha sido el rechazo al convenio de cultura marroquí [de carácter estatal] que se imparte en algunos centros de secundaria de la comunidad y que no supone coste para Murcia. Los de López Miras, con todo, creen que si se solventa pronto aún hay margen de actuación para contar con presupuestos.
Por su parte, Vox asegura no tener documentos del PP. Quieren, además, que presenten el proyecto y el techo de gasto en la cámara autonómica. Traslada así a los populares la "responsabilidad exclusiva" y acusan a Génova de torpedear.
En el caso extremeño, Guardiola ya lo intentó. Fue de las primeras que presentó su borrador de ley presupuestaria. Superó incluso dos enmiendas a la totalidad. Pero vio como la exigencia de Vox a la elaboración de un nuevo borrador y su sometimiento a una cuestión de confianza alejaban cualquier posibilidad de consenso. Ahora el Gobierno autonómico lo da por perdido y prefiere centrarse en otras cuestiones viendo el vaso medio lleno: aseguran que los prorrogados siguen siendo los más altos de la historia de la región. Mientras que el PP extremeño rechaza reabrir ya ese capítulo, Vox sigue presionando para que Guardiola lleve un nuevo presupuesto que complazca sus demandas. Las relaciones entre PP y Vox allí ya son muy complicadas.
Vox presiona ante el congreso del PP
Después de que este lunes el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, afirmase que el congreso del PP "se va a quedar en nada" y no permitirá abordar un cambio de rumbo real en Génova, siendo "otra decepción" para su electorado, este martes se posicionaba Pepa Millán, la portavoz parlamentaria de los de Abascal. Ésta instó a los populares a distanciarse definitivamente del PSOE y a dar una clara "batalla cultural" sin complejos en asuntos como inmigración o soberanía energética. "No le vamos a decir al PP qué es lo que tiene que hacer, lo que sí pedimos es coherencia" sin "dar bandazos y decir una cosa y la contraria".
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