El presidente de Vox, Santiago Abascal, no bajó la intensidad este miércoles en sus alusiones al PP y a Alberto Núñez Feijóo. Volvió a insistir en que el popular sigue "vendiendo la piel del oso antes de cazarlo" y "repartiéndose ministerios" como en la previa de las anteriores elecciones generales de 2023, pensando que Sánchez está "acabado". La referencia viene del posicionamiento expresado por Feijóo y la primera fila de Génova desde el cierre del congreso del partido el domingo y más detalladamente este lunes. El PP deja claro que no gobernará en coalición con Abascal incluso bajo el riesgo de elecciones y que solo admitirá un pacto de apoyo externo y condicionado con un programa. Éste, exclusivamente, en los márgenes de la Constitución.

Con esta decisión, Génova quiere dejar claro a su electorado cuál será el proceder en cuanto a pactos —algo que también se aplica a otros potenciales socios— y restar miedo al votante más moderado. También deteriorar el marco discursivo del Gobierno y sus socios, de alerta por el "peligro" que supondría la entrada de Vox en Moncloa de la mano de los populares. Se incidió en él recientemente, en el mayor momento de crisis para Sánchez, algo sorteada tras su comparecencia por la corrupción este miércoles en el Congreso.

El posicionamiento tan directo del PP no gusta en Bambú, que escala un peldaño más su intensidad contra los de Feijóo: una línea más centrada en el reproche del bipartidismo que en priorizar la competencia con los populares en su oposición a Sánchez y el Ejecutivo. Mientras que el PP defiende esa claridad frente a sus votantes, en Vox entienden que Feijóo da por muerto ya a Sánchez pese a constatarse en el último pleno que sus socios siguen respaldándole y afirmar fuentes del Gobierno que su estabilidad depende de nuevas informaciones de la UCO.

Desde que Feijóo fijó ese objetivo de gobierno en solitario, Abascal y los suyos vienen insistiendo en el argumento de que se quiere abrir paso a la alternativa de la gran coalición con el PSOE. Algo que el PP niega. "Ni queremos ministros de Vox, ni ministros del PSOE", recalcó en rueda de prensa el martes la nueva portavoz en el Congreso, Ester Muñoz. En el partido eluden comprar ese marco a Feijóo y posicionarse sobre si pedirían o no entrar en el Gobierno. "Ya veremos", se limitó a apreciar Abascal este jueves.

Vox evita entrar en el debate de gobierno con el PP cuando no hay ni elecciones planteadas. A la pregunta de si pedirán la entrada en una coalición, Abascal lo deja en el aire

No se hizo en la investidura fallida del gallego en septiembre de 2023. Aunque fuentes populares señalan que entonces no había visos de conseguir los apoyos y pudo hacer que Vox facilitara sin condiciones.

Insistió en ese hipotético acuerdo con el PSOE el lunes a golpe de post en X. Desde el Congreso, la portavoz parlamentaria, Pepa Millán, incidió en el supuesto deseo de Feijóo en pactar con un "PSOE bueno" sin Sánchez —tras un relevo—, y nuevamente, Abascal, en el pleno por la corrupción en el que el protagonista era Sánchez, cargó contra el dirigente popular en parte de sus turnos de réplica. De poco sirvió la toma de contacto entre ambos el pasado 25 de junio en el despacho de Feijóo, donde Abascal constató que no habría moción de censura sin los apoyos atados. En parte, ello puede haberle hecho mostrar más dureza.

Durante las contestaciones en el monográfico por corrupción, Abascal dedicó varios minutos a dirigirse a Feijóo siendo Sánchez el protagonista. Así lo reprocharon fuentes populares tras la jornada, de hecho. Incidió en las mismas palabras que recordó este jueves. "Solo discuten por quién ha robado más". "Queremos que se juzgue la corrupción de la mafia del Peugeot y también la corrupción de la Kitchen, que será pronto", adelantó. "Son dos actores en la misma comedia", siguió, asegurando que usan las instituciones a placer para auto amnistiarse.

Entre el oxígeno y llamada de atención

En el PP hablan de una inercia de Abascal de desviar el foco sistemáticamente a Feijóo cuando Sánchez atraviesa el peor momento. Lo hicieron en la misma jornada que se conoció el informe de la UCO sobre Santos Cerdán, lamentan. De ello dieron entonces cuenta figuras como Cayetana Álvarez de Toledo vía X.

Creen que siempre acaban dándole oxígeno. Incluso lo piensan cuando Vox exige una moción de censura sin garantías, lo que los populares creen que acabaría reforzando al PSOE mucho más. Sobre todo, después de los tintes de 'moción de confianza' que tuvo el pleno del miércoles. Por otro lado, los populares

Por otro lado, fuentes de Génova expresan entienden que con estos ataques permanentes y la hipérbole constante Abascal y su partido quiere "llamar la atención". Se hace una breve reflexión y se pone también como ejemplo la propuesta de deportaciones masivas sugerida por la portavoz de Emergencia Demográfica y Políticas Sociales, Rocío de Meer el lunes. Creen que elevan el tono o ponen en el foco propuestas maximalistas tan solo 24 horas después de que la atención haya estado puesta en el congreso popular e incluso en Sánchez y el último comité federal y escándalos como el de Paco Salazar.

En concreto, De Meer, en una comparecencia desde la sede nacional, afirmó que en Vox apuestan por "el proceso de remigración". Pese a su "complejidad, pensamos que hay algo más importante que preservar", dijo de la identidad del pueblo español. La también diputada nacional retrató que España ha pasado de un 1 o 2% de inmigración en la década de los noventa a que de 47 millones de ciudadanos entre siete y ocho sean inmigrantes —un 15%— si se tienen en cuenta a sus hijos. "Han venido de diferentes orígenes en un periodo muy corto de tiempo y es extraordinariamente difícil que puedan adaptarse a nuestras costumbres. Lo estamos viendo en nuestras calles [...] esos que no se han adaptado y han protagonizado escenas de inseguridad y tendrán que volver a sus países", trasladó de Meer.

La apuesta por deportaciones masivas de Vox, una forma de estar en el foco tras el congreso de Feijóo o el comité federal del PSOE, según el PP

Posteriormente, y una vez llamada la atención cuando en el Congreso de los Diputados hay pendiente una regulación que apunta a medio millón de inmigrantes que ya residen y trabajan en España, Vox procedió a rebajar sus afirmaciones y a denunciar una campaña de desinformación. Limitó esas deportaciones a las consideraciones que pueda tener un Gobierno y para aquellos que cometan delitos o no quieran integrarse afectando a la convivencia.

Con ello, ya consiguen la atención que no tenían, creen en el PP. No tardaron en Génova en distinguirse. El rechazo a esas deportaciones masivas —también regulaciones masivas— vislumbra un posible bloqueo de un pacto programático en el futuro. Feijóo no está dispuesto a salirse de la ley y esas deportaciones las prohíbe la legislación internacional. Se cita el artículo 4 de la Convención de los Derechos Humanos y el 19 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.

Vox, al usar el término remigración y no repatriación, en todo caso, va más allá. Esta palabra radica en la deportación masiva de ciudadanos que no encajen en el canon de lo que debe ser esas sociedades. En todos los sentidos, pero especialmente en la etnia o las creencias religiosas.

La actitud del PP en público es la de obviar en lo posible las referencias de Vox y centrarse en Sánchez para no contribuir a alentar la que ven una estrategia clara por parte de Abascal.

"Obsesionados con nuestra desaparición"

El propio Abascal rechazó este jueves, en una entrevista en Cuatro, esas acusaciones del PP, al menos las que se refieren a que son "el pegamento de la izquierda". Ven en ese señalamiento un deseo y "obsesión en el PP" por que Vox "desaparezcan al ser los únicos que denuncian los pactos del bipartidismo. "Son los que verdaderamente están unidos". Insistió en esa tesis del deseo de gran coalición.

Tras asegurar que la decisión de entrar o no en un gobierno de coalición depende de la fuerza que den las urnas a Vox, aseguró que también influirá la determinación que tenga el PP para dar un rumbo total a las políticas de Bruselas, al Pacto Verde, a la Agenda 2030 o en materia de inmigración. "Es una trampa del PP" entrar en esas valoraciones, matizó, con todo. En una intervención a mediodía desde Valencia, el vicepresidente de Vox, Ignacio Garriga, aseguró junto a los tres portavoces autonómicos que han conseguido pacto de presupuestos que solo la presencia de Vox garantiza reformas del PP. Eso da una pista sobre qué intenciones puede tener Vox respecto a Feijóo.